Las alarmas se encendieron luego de que estudios evidenciaran que las emisiones de CFC-11 (triclorofluorometano), sustancia química altamente nociva para la capa de ozono, aumentaron cerca de 7.000 toneladas, entre 2014 y 2017, incremento significativo que reactiva la amenaza de uno de los gases invernadero más perniciosos para la capa de ozono, que se creíaLeer más