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Galipán, el pueblo de las flores

por Haiman El Troudi
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Galipán el pueblo de las flores

Al norte de Caracas, en el Parque Nacional Waraira Repano, se encuentra una pequeña población conocida como Galipán. Sus primeros habitantes, provenientes de las Islas Canarias, se instalaron hace más de 200 años en una gran extensión de accidentado terreno ubicada en la vertiente norte del cerro.

Muchos años después, el lugar es popular por sus cultivos de flores, frutas y otros rubros, así como sus posadas y restaurantes rodeados por un agradable clima de montaña.

Galipán el pueblo de las flores

Este lugar era parte de la ruta que utilizaban los conquistadores españoles durante la época colonial para trasladarse desde el puerto de La Guaira hasta Caracas.

Hoy, sin duda, el mayor atractivo es su mágico entorno con un vibrante verdor vegetal cubierto de coloridas flores y diversos cultivos, marcado por los caminos zigzagueantes que recorren el ondulado terreno. Todo ello conforma un rincón paradisíaco enclavado en la montaña que mira al mar Caribe y que es conocido como el pueblo de las flores.

Origen ancestral

Galipán el pueblo de las flores

Según la leyenda que cuentan algunos de sus habitantes, este pueblo debe su nombre a un cacique indígena llamado “Galipa” que pertenecía a la nación Caribe, la cual habitó esas tierras siglos antes de la llegada de los españoles. La tribu estuvo asentada en la parte baja del sistema montañoso del cerro fundamentalmente. Con la llegada de los conquistadores europeos, los habitantes indígenas originarios fueron desplazados o aniquiliados.

El sector ubicado en la parte baja, San José de Galipán, adquiere importancia por constituir vía obligatoria para comunicar a Caracas con La Guaira. Cuando Francisco Fajardo funda el caserío San Francisco de Galipán se inicia la conformación de una trocha que luego sería “el Camino de los Españoles”, por mucho tiempo la única vía de comunicación entre la Capital y el litoral.

Camino de los Españoles, ruta histórica entre el valle y el mar

 

 

 

 

 

En 1589, Don Diego de Osorio y Villegas – Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela- inició la construcción del Puerto de La Guaira y la ampliación de la vía de comunicación que recorría Punta de Mulatos, San José de Galipán, Boca e´Tigre, Río Anauco y de allí hasta la Puerta de Caracas.

Los Isleños ubicados en esta zona baja de la montaña se dedicaron a cultivar cacao y tenían constante comunicación con el Puerto de La Guaira por donde salían los productos al exterior, lo cual llevó al mejoramiento posterior de las vías.

El camino a Galipán

A pesar de que su relación económica y cultural la mantiene fundamentalmente con Caracas, que se localiza a una distancia aproximada de 21 kilómetros, el poblado de Galipán forma parte de la Parroquia Macuto de La Guaira,

Para llegar allí se puede subir desde Cotiza utilizando un vehículo rústico con tracción en las cuatro ruedas en menos de media hora.  La empinada subida pavimentada que llega hasta la cima donde se halla el Hotel Humboldt, comienza en el “pie del cerro” que se ubica en la avenida Peñalver entre San Bernardino y Cotiza. Allí hay un terminal de transporte colectivo disponible para turistas y visitantes.

Durante el trayecto se puede disfrutar de un hermoso paisaje donde destacan numerosos árboles y una vista al oeste de la capital. A los pocos minutos hay un puesto de guardaparques donde se debe pagar una módica entrada al parque nacional. Luego se llega a un estacionamiento para los que quieran seguir caminando hasta Los Venados, equipado con facilidades para acampar.

Galipán el pueblo de las flores

La cima está a unos 1.870 metros de altura y donde termina el pavimento, lugar conocido como “Boca ‘e tigre” hay una bifurcación que lleva a San José de Galipán y luego hasta el litoral (Maiquetía y Macuto). Si se continúa a la derecha, enfilando hacia la fila del Waraira Repano (Ávila), se llega a una gruta con una virgen y en una nueva bifurcación bajando hacia la izquierda se llega a San Isidro de Galipán donde se consiguen víveres, así como los famosos sándwiches de pernil y los jugos de fresa o de mora.

También se puede acceder por el Camino Real de los Españoles, entrando por Puerta de Caracas, en La Pastora. Otra vía es la carretera que sube del pueblo costero Macuto, o por Naiguatá. También por el Teleférico.

Un pueblo de cultivo

Galipán el pueblo de las flores

Este pueblo rural dedicado al cultivo de flores, frutas y hortalizas se constituyó entre los años 1778 – 1780 en la vertiente norte del Parque Nacional Waraira Repano, hacia el sur de Macuto y desde la cresta de la montaña hasta Punta de Mulatos. Así, para el siglo XVIII se radica en la zona de San José la última inmigración masiva procedente de las Islas Canarias. Los pobladores se trasladan hacia la parte alta de la montaña, donde se dedicaron a labores agrícolas.

Los primeros habitantes de Galipán se dedicaron primero al cultivo del café. Tiempo después sumaron hortalizas y árboles frutales. Luego se dedicaron a producir carbón, así como al cultivo de flores y fresas. Su auge les permitió vender lo producido en el Mercado Mayor de Caracas, el Mercado de San Jacinto, el Mercado de las Flores en San José y los mercados de La Guaira.

Galipán el pueblo de las flores

Narran que parte de sus tierras pertenecieron inicialmente a un modisto francés, Juan Bautista Jacques, quien se especula llegó con los españoles y se estableció en El Ávila, durante sus posibles expediciones a Caracas. En 1875 vendió las tierras a inmigrantes canarios.

Este pueblo autóctono con tierras que han pasado de generación en generación, es una zona de régimen especial urbano con una superficie de 1.700 hectáreas, constituido por cinco sectores cuyas denominaciones tienen origen hagiográfico, es decir, relativo a la vida de los santos patronos. San Isidro, en homenaje al patrono de los campesinos; San Francisco, el protector de la fauna avileña; San Antonio, patrono de quienes no tienen pareja; San José, en honor a quienes se esmeran en su faena diaria; y Manzanares, epónimo del grupo indígena guanche, proveniente de las Islas Canarias.

Las flores de Galipán

Galipán el pueblo de las flores

Desde hace varias décadas, Galipán se ha hecho célebre por el cultivo y comercialización de sus flores y frutas. Hoy en día su fama trasciende incluso las fronteras del país. En este pueblo el fresco aroma del eucalipto y del pino se apodera de los sentidos mientras los colores de los claveles, calas, lirios, aves del paraíso, gladiolas, rosas, girasoles, orquídeas y otras variedades, alegran la vista.

La floricultura ha pasado de generación en generación. Sus tierras ricas y fértiles, además del clima resulta ideal para su cultivo. Los pobladores han hecho un esfuerzo especial para cultivar claveles y orquídeas, flor nacional de Venezuela.

Galipán el pueblo de las flores

Son tan populares que hay puestos de venta en diferentes zonas de Caracas. Además, dicen que sus flores anuncian la navidad, pues hace muchos diciembres atrás, se esperaba en el último mes del año la llegada de “Pacheco”, un singular anciano galipanero que bajaba del cerro para vender sus flores. También traía con él el frío de la montaña hasta la ciudad, historia que dio origen a la expresión ¡Llegó Pachecho!

El renombre de las flores galipaneras tuvo especial impulso por la canción de Francisco de Paula Aguirre, “Claveles de Galipán”, popularizada por la cantante Raquel Castaños.

Turismo ecológico y gastronómico

Galipán el pueblo de las flores

Galipán ha pasado a ser un sitio propicio para el disfrute del turismo ecológico, pero también gastronómico. Por un lado, es reservorio de una variedad de especies de plantas y animales, por el otro ha desarrollado una tradición que lleva a los visitantes a disfrutar de sus sándwiches de pernil, fresas con crema, chocolate caliente, jugos de fresa, mora, vinos artesanales y mucho más.

Galipán el pueblo de las flores

Además de deleitarse con la vista panorámica de Caracas, del pueblo, sus cultivos, la montaña y hasta el mar Caribe, se puede montar a caballo, realizar caminatas, contemplar aves. Al llegar la tarde, maravillosos colores pintan el cielo mientras la neblina esconde a la montaña ofreciendo una mágica experiencia.

Sin embargo, para seguir disfrutando de este paisaje montañero es vital mantener su quietud. El crecimiento turístico ha alterado su dinámica y el hecho de ser un pueblo autóctono dentro de un parque nacional es un trabajo complicado y delicado, y los galipaneros apuestan al desarrollo, pero en armonía con el medio ambiente.

Galipán en la historia

Hotel Humboldt, las 5 estrellas del Waraira Repano

Otro dato curioson es la vinculación del pueblo de Galipán con la historia republicana de Venezuela. Específicamente en referencia a un frustrado movimiento ocurrido el 17 de agosto de 1858, protagonizado por grupos que se rebelaron contra el gobierno del General Julián Castro, designado presidente tras la renuncia y solicitud de asilo en la Legación de Francia del General José Tadeo Monagas.

La imprudencia de los conspiradores, sus planes descabellados y la confianza excesiva en la impopularidad del régimen, los condujeron a la derrota sin mayores inconvenientes. Un grupo revolucionario que salió de la capital, subiendo por la cuesta de El Ávila, hacia La Guaira, fue hecho prisionero en las cumbres de Galipán. Desde la noche anterior, Carlos Soublette, jefe de Operaciones Militares, había apostado sus fuerzas entre Catia y Maiquetía, por lo que fue fácil retenerlos.

Hotel Humboldt, las 5 estrellas del Waraira Repano

El fracaso del movimiento fue calificado como un “ridículo sainete” y se le dio el nombre de “Galipanada”. Finalmente, los miembros del comité revolucionario fueron detenidos y proscriptos; entre ellos Antonio Guzmán Blanco quien luego asumiría la presidencia en 1870. Una cruz en el sitio donde falleció uno de los soldados caídos, en el área de Boca´e Tigre, en la subida hacia el pueblo, permanece hoy como recuerdo de esta historia.

Otro hito en su historia fue la construcción del Hotel Humboldt en 1955, que generó cambios en la ruta para llegar a el poblado por la carretera de Cotiza. Lo que antes fueran caminos y picas, se convirtió en carretera de tierra para facilitar el transporte de materiales dirigidos al Humboldt.

Paraíso protegido

Galipán el pueblo de las flores

Cuando el Waraira Repano fue declarado Parque Nacional en 1958, los galipaneros se preocuparon por su posible salida de la zona. Ante esta situación, hubo movimientos de rescate y defensa por la permanencia de las familias que por años vivieron allí.

Más tarde, en 1971, un Congreso Mundial sobre Conservacionismo celebrado en Roma aprobó que los parques nacionales podían ser habitados, siempre y cuando los pobladores contribuyeran a su equilibrio y mantenimiento. Fundamentados en esto, los galipaneros se declararon parte del parque nacional.

A pesar de esa disposición, entre los años 1977 y 1978, algunos galipaneros fueron fustigados y desalojados por autoridades militares que desconocían el alcance de tal disposición. Como consecuencia, varios lugareños decidieron trasladarse a otras zonas del país. Esta experiencia los animó a mantener la lucha por el derecho a permanecer en su tierra y, posteriormente, a conformar una Asociación de Vecinos para la defensa de su comunidad.

Actualmente el estatus jurídico de Galipán deriva del Decreto 2334, del año 1992, sobre el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso del Parque Nacional, el cual le otorga la condición de poblado autóctono, como zona especial dentro del Parque Nacional Waraira Repano, con una superficie de 1.720,03 hectáreas.

 

Con información de Guía de Caracas, Venezuela Tuya y Denis Santana


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