La producción de papel es una de las actividades industriales con mayor impacto negativo para el medio ambiente. Su proceso de fabricación, distribución y consumo implica la sobreexplotación de recursos naturales que, a su vez, incide en la pérdida de bosques y zonas verdes, destruyendo la flora de zonas específicas e influyendo directamente en el hábitat de la fauna de esos lugares e inexorablemente en la especie humana.
Esta industria supone un daño al equilibrio del ciclo hídrico por la deforestación de los pulmones de la Tierra al no poder soportar los altos consumos de agua, madera y energía para la fabricación de la hoja de papel. Además, la transformación de la madera implica un uso intensivo de los medios de transporte por la maquinaria especializada que se requiere, lo que deja una elevada huella de carbono, al emitir alrededor de 3,3 kg de CO2 equivalente por cada kilo de papel, lo que acelera el cambio climático.
Otro elemento que se suma a este oscuro panorama es que para el blanqueo de la pasta se utiliza cloro, sustancia que genera problemas de salud a las personas y daño ambiental. Y, por si fuera poco, con el crecimiento del comercio electrónico se ha acelerado el incremento del uso de envases de cartón y productos corrugados, lo que empuja aún más los efectos insostenibles en la elaboración de fibras celulosas de papel que lo hacen peligroso para el medio ambiente.
Cuanto papel consume la humanidad
De acuerdo con un reporte de Environmental Paper Network, el consumo de papel alcanza niveles insostenibles para la vida en el planeta. Recientemente excedió los 400 millones de toneladas anuales a nivel global. En tal sentido, la ONG Greenpeace señala que 40% de la madera talada para uso industrial es usada en la fabricación de papel y, cada año, se pierden unos 15 mil millones de árboles, por lo que una proyección alerta que, de continuar esta situación, en 300 años habrán desaparecido por completo.
Además, el promedio global de uso de papel es de 55 kilogramos por persona al año. La región de Norte América es la más alta, registrando cuatro veces esa cifra: 215 kg por persona. Pero lo más asombroso es cuando medimos el consumo de papel en su equivalente en árbol, que podría catalogarse de desmedido, aunque varía de forma importante en cada país.
En el caso de España, cada español gasta una cantidad de papel equivalente a cuatro árboles de 12 metros de altura. Los japoneses o estadounidenses gastan el equivalente a seis árboles de 12 metros y los belgas más de 8,5 árboles. Entre los que menos gastan están Rusia, con 1,2 árboles por habitante; Indonesia (0,67); India (0,23) y Azerbaijan (O,26). Aun así, a pesar de las diferencias, si tenemos en cuenta los millones de habitantes que hay en el planeta, el resultado es alarmante. También es de resaltar que el consumo de papel es un indicador del desarrollo y lograr políticas de sostenibilidad ambiental, sigue siendo una tarea pendiente.
Reciclar papel para cuidar el medio ambiente
Cada tonelada de papel que se recicla evita que se talen alrededor de 3,14 toneladas de árboles y que se consuman algo más de 0,5 toneladas equivalentes de petróleo. Fabricar papel reciclado requiere hasta unas 5 veces menos energía, así como la mitad de agua. La hoja reciclada ahorra 37% de emisiones de gases de efecto invernadero sobre el planeta; además, la fibra virgen de celulosa puede reutilizarse hasta 5 veces, que son las 5 vidas del papel.
Si cada persona consume 1 Kg de papel reciclado, que representa unas 200 hojas de 80gr/m2, está contribuyendo a la emisión de solo 1.8 Kg de CO2, pero si el consumo es de 1 Kg de papel de unas 200 hojas de 80gr/m2 de papel de fibra virgen, la emisión será de 3 Kg de CO2. Estas diferencias se deben a que si bien existe el papel 100% reciclado, también existen papeles que en su composición tienen una mezcla de papel reciclado y papel de fibra virgen.
Por otra parte, es importante tener en cuenta los efectos de los tipos de proceso de blanqueo del papel. Por ejemplo, el papel IQ Triotec Unique está compuesto por 50% de fibras recicladas y 50% de fibras vírgenes blanqueadas sin cloro (TCF).
Es importante saber que es posible reciclar todo tipo de papel: folios, periódicos, revistas, cuadernos, cajas y bolsas de papel, pero que hay una serie de papeles que no se pueden tirar al contenedor, como es el caso de las servilletas, papel higiénico o papel de cocina sucio, ya que al estar contaminados no pueden reciclarse debidamente.
Empresas papeleras sostenibles
No es necesario hablar de futuro para encontrar empresas papeleras más ecoamigables, las cuales se caracterizan por lo que llaman la nueva bioeconomía. Utilizan recursos renovables, reciclables y fabrican productos más ecológicos que las tradicionales. El papel ecológico tiene un ciclo de vida sostenible en las 3R de la ecología: reducir, reutilizar y reciclar, que son parte de la solución del grave problema planteado.
Una vez más la conciencia lleva a la lógica indiscutible de cambiar el sistema, de hacerle ver al ciudadano de a pie que la teoría del consumo es una matriz que mantiene a la humanidad en un estado ficticio de desarrollo.
Despertar y cuidar el ambiente para las generaciones futuras, pasa por tomar medidas que nos hagan seres humanos genéticamente verdes. Evolucionar del concepto de bioeconomía o ecoamigable hacia el concepto de sistémicamente verde es aprender a vivir con el ambiente y no vivir del ambiente.
Con información de Docusign, Ecología Verde, Unayta, Ovacen y Blog Leonardo-Gr
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1 comentario
Tenemos que empezar a manejar el concepto de consumismo,versus convertirnos en un modo de actuar que sea sistemáticamente verde, donde la bioeconomía y la economía circular sean en realidad efectivas contra el cambio climático.