Adoptar la regla de las tres erres (3R) puede marcar la diferencia en el cuidado de nuestra casa común, la Tierra. Si logramos un equilibrio entre lo que se produce, se consume y se desecha, podremos reducir el volumen de la basura que generamos y que contamina el aire, las fuentes de agua y los suelos, en desmedro de los animales, las plantas, de nosotros mismos, del planeta entero.
¿En qué consisten las 3R? Reducir, reutilizar y reciclar son tres acciones que, día a día, pueden ayudarnos a tirar menos basura, a usar racionalmente la energía y el agua, a ahorrar dinero y recursos, a ser consumidores conscientes de la importancia de reducir la huella de carbono.
Al trío, Leonardo Boff, teólogo, filósofo, escritor y ex sacerdote franciscano brasileño, le agrega dos erres: reparar, no hay nada lo suficientemente viejo o estropeado que no se pueda reparar o usar para otro fin, y rechazar lo que el marketing nos induce a comprar y realmente no necesitamos. Sin embargo, reparar y rechazar se relacionan directamente con abandonar el consumismo, el hábito de comprar por comprar, de adquirir productos que son innecesarios.
Esta es la primera de tres entregas en las que compartiremos algunas sugerencias relacionadas con las tres prácticas contenidas en la regla de las 3R.
Reducir antes que el consumismo nos devore
Antes de que el consumismo nos devore y eso incluye al planeta que conocemos hoy, es necesario reducir: su aplicación práctica comienza desde no comprar más de lo que realmente necesitamos hasta no despilfarrar los recursos naturales como el agua o la energía, por ejemplo.
El objetivo principal que debemos lograr al consumir, de forma racional y consciente, es reducir la basura que producimos y evitar la dilapidación de materias primas.
Por eso es muy importante reducir los residuos en el origen evitando el uso de productos con excesos de empaquetado y embalaje; embalajes de PVC, tetra-brik y aluminio; así como los productos «usar y tirar».
Compartimos algunas recomendaciones:
- Una forma de evitar los envases de un solo uso es adquirir, en la medida de tus posibilidades productos en envases de gran capacidad, preferiblemente reutilizables.
- Llevar tus propias bolsas cuando salgas a comprar. Las elaboradas en tela o materiales naturales, son una buena opción.
- En la medida de lo posible, prescinde de artículos desechables como pañuelos de papel, rollos de cocina, vasos y platos de cartón, cubiertos de plástico, etc.
- La industria de productos de usar y tirar es la que genera más basura en todo el mundo.
- Si no es posible prescindir de los utensilios y juguetes que funcionan con pilas, utiliza pilas recargables o pilas verdes no contaminantes.
- Piense bien la utilidad de los pequeños electrodomésticos, muchos de ellos son perfectamente sustituibles por nuestras manos.
- Conserva los alimentos en recipientes duraderos. No abuses del papel de aluminio. Los envases de vidrio son muy útiles en estos casos.
- Adquirir alimentos a granel es una buena opción para reducir el peso, volumen, exceso y toxicidad de los embalajes y empaques de un solo uso.
Algunas de estas preguntas pueden facilitar el cambio de hábitos como consumidores: ¿realmente necesito este producto?, ¿cuánto tiempo de utilidad tiene?, ¿dañará el medio ambiente al ser desechado?, ¿fue fabricado con materiales que contaminan?, ¿existe un producto similar pero con menos empaques?
Con información de Ecologismos, Medio Ambiente y Hablando de ciencia
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