La condición pluricultural y multiétnica de nuestro país está presente en los juguetes tradicionales venezolanos. A las ancestrales costumbres de nuestros pueblos originarios en torno al juego, se fueron sumando la cultura de los españoles, los aportes de hombres y mujeres traídos de África y, más recientemente, de los inmigrantes de otras latitudes.
Para cada niño los juguetes son parte importante de su mundo, reflejo de sus sueños y alegrías. Jugar es la principal actividad que realiza todo ser humano durante sus primeros años. Nos permite desarrollarnos, física y emocionalmente, así como a mantener activa la mente. Fortalece valores como la solidaridad y el compañerismo, y los lazos familiares cuando todos en casa comparten actividades lúdicas.
Por su sencillez, los juegos tradicionales están presentes en todos los entornos, sobre todo en los más humildes. Conforman un espacio mágico donde el niño transforma un trapo en una muñeca y un pedazo de madera o cartón, en un carrito.
Así, las muñecas de trapo, carritos, carruchas, marionetas, títeres y chapitas, contribuyen a desarrollar el sentido de pertenencia e identidad del individuo en formación. El niño aprende jugando esa parte valiosa de su patrimonio cultural y de lo afirmativo venezolano.
Las entrañables muñecas de trapo
No existe niña venezolana que no haya tenido al menos una muñeca de trapo, uno de los juguetes tradicionales más populares y de antigua data. Ha sido fuente de inspiración de creadores venezolanos como Zobeyda Jiménez, “La muñequera”; Aquiles Nazoa, Armando Reverón y Alí Primera.
En nuestro país se elaboran con un sinfín de técnicas y materiales. Desde las que crean las propias niñas con sus madres y abuelas en casa, hasta las fabricadas industrialmente. Hay muñecas de trapos andinas, orientales, llaneras y las populares negritas. Además de retazos de tela, también las elaboran con fibras vegetales, taparas, barro, madera, plástico y papel.
Papel histórico de la muñeca
Las muñecas tienen un rol histórico pues han existido en todas las civilizaciones del mundo. En América y el Caribe, tenían un sentido espiritual porque permitían mantener el contacto con la madre naturaleza.
Para hacerlas, nuestros pueblos originarios hilaban fibras obtenidas de la hoja del maíz, el fique, la enea y otras plantas, usadas comúnmente para confeccionar chinchorros, hamacas y vestimentas. También empleaban cueros de animales, plumas de aves, cortezas de árboles e incluso, raíces.
Con el tiempo, en nuestra tierra de gracia, las culturas se enlazaron. Se sumaron las tradiciones que trajeron los hombres y mujeres esclavizados desde África. Cabezas de piedra o de semillas de mango de hilacha, rostro de caracoles y semillas, fibras vegetales trenzadas, botones, y conchas marinas. Materiales que en ocasiones representan a sus deidades y los vinculaban con sus creencias e idiosincrasia.
Por su parte, los españoles quisieron imitar en las muñecas, la realeza de su país, vistiéndolas con hermosas telas y adornos.
Muñecas y tradición
Más allá de la costumbre de jugar con muñecas de trapo, hay otras tradiciones relacionadas con ellas. En las costas venezolanas, así como en el Caribe, se asociaban las muñecas con la suerte en general, prosperidad, buenas cosechas, suerte, partos seguros. Además de fungir como acompañantes, representaban ángeles protectores.
En los siglos XIX y principios del XX, se solía bailar el vals de los 15 años de las señoritas, pasando una muñeca de trapo entre los bailadores, para representar el paso de la infancia la adultez. Después del baile, la quinceañera lanzaba la muñeca entre las niñas menores de 15. Todavía hoy se usan como centro de mesa y recuerdos en las fiestas.
De igual forma persiste, en muchos lugares de Venezuela, la costumbre de «bautizar» o echar el agua y ponerle un nombre a las muñecas de trapo. También suele hacerse al final de un curso o taller para su elaboración.
La muñeca de trapo es uno de los juguetes tradicionales venezolanos que no debe desaparecer, pues forma parte de nuestra identidad cultural. Jugar con muñecas desarrolla el equilibrio armónico del cuerpo y la lógica. Su elaboración en grupo, mientras se comparten materiales y experiencias, desarrolla habilidades motrices, capacidad verbal, cooperación y potencia las habilidades artísticas.
Caballito de San Juan
Uno de los primeros juguetes tradicionales de los niños venezolanos es, sin dudas, el caballito de San Juan. Desde las versiones más sencillas, como el simple palo de escoba que toman los pequeños para simular cabalgatas, hasta los industriales, este juguete forma parte de la infancia.
Se trata de una cabeza de caballo, elaborada con tela principalmente, que se coloca sobre uno de los extremo de un palo, que simula el cuerpo del animal y sobre el que cabalga el niño.
Aunque se juega en todo el país, esta tradición está especialmente arraigada en el estado Bolívar, donde se relaciona con el Día de San Juan. Incluso realizan un festival y marcha dedicado a este juguete. Cada 24 de junio niños, niñas y adultos disfrutan con cantos y bailes dedicados al caballito.
Carritos y carruchas
Otro juguete es el carrito. Desde mucho tiempo atrás, los propios niños los construyen a partir de los materiales que tienen a su alcance. Así tenemos carritos hechos de madera, de cartón, materiales reciclados tales como latas, tapas de botellas y un sinfín de opciones más. Lo importante es que tengan un sistema de ruedas que permita la movilidad.
Mención aparte merece la conocida carrucha, una estructura de madera con cuatro rolineras como ruedas. En la parte frontal se le amarra una cuerda que sirve para controlar el vehículo.
Durante los últimos años se han hecho esfuerzos por rescatar las carreras de carruchas, muy populares en el pasado.
La carrucha es utilizada en el interior del país para transportar enseres.
Más juguetes tradicionales
Son muchos y variados los juguetes tradicionales en Venezuela. Entre ellos hay uno no tan conocido, pero sí muy popular. Quienes jugaron con él, quizás se le dificulte reconocerlo por su nombre: El escalador.
Nuestros artesanos jugueteros que trabajan con madera, suelen tener versiones de este juguete. Se trata de seis o más rectángulos de madera que se unen entre sí con trozos de cinta de tela. Esta estructura le permite generar movimiento y crear distintas figuras que hacen volar la imaginación de los pequeños.
El juego consiste en sujetar uno de los extremos con el dedo índice y el pulgar, e iniciar un movimiento de vaivén. Esto crea una ilusión óptica mediante la cual se percibe que los bloques se caen, emitiendo un característico sonido cuando chocan unos con otros.
La variedad de juguetes tradicionales en Venezuela es tan infinita como la imaginación de niños y creadores. Entre ellos podemos citar por ejemplo al gurrrumango, un juguete con más de cien años de existencia. Se elabora con semillas de mango, aprovechando la abundancia de este fruto en el país. Su funcionamiento es similar al gurrufío.
A jugar chapitas
Otro símbolo de diversión, especialmente en zonas populares de Venezuela, es el famoso juego de chapitas. Resulta común ver, en las tardes y los fines de semana, a chicos y no tan pequeños reunidos jugando con chapitas en las calles.
Con chapas de botellas y un palo de escoba, o cualquiera que esté a mano, se arma fácilmente un encuentro entre equipos de al menos dos o tres jugadores cada uno. Es una forma original y económica del jugar béisbol.
Muchos de los grandes peloteros venezolanos alguna vez jugaron con chapitas. Este juego incluso es considerado un semillero de grandes beisbolistas, pues agudiza la vista y mejora el bateo. A pesar de no ser un jugue tradicional como tal, forma parte de la cultura venezolana y es un símbolo urbano de la diversión.
Marionetas y títeres
Otro tipo de muñeco muy popular entre los juguetes tradicionales venezolanos, es la marioneta y el títere. La primera tiene cordeles en sus extremidades que les confieren movimiento. Estas cintas se amarran a una estructura de madera o hierro, generalmente en forma de cruz, que se mueve con las manos para transferir movimiento a la marioneta.
Los títeres muñecos confeccionados como una funda en la que se introduce la mano para moverlos, también son parte de los juguetes tradicionales. Cumplen un rol esencial desde el punto de vista pedagógico.
Con teatrino y sin él, la creatividad se manifiesta en grandes y pequeños cuando dan vida a títeres y marionetas. Diversión y aprendizaje en la casa, la escuela y los espacios de recreación.
Con información de Juguetes y Juegos Venezolanos, Hablemos de Culturas, Juegos Tradicionales de Nuestra Venezuela y Steemit
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