“Ñángaro, Ñángaro, Ñángaro te quiero cantar para que recuerden que te deben preservar”, es el coro de una canción popular en homenaje a esta ave endémica de la isla de Margarita que ya casi no se vé en los manglares negros de la laguna de La Restinga, su hábitat natural.
Perteneciente al orden de los Psittaciformes, el Ñángaro margariteño (A. acuticaudata neoxena) representa la única población insular existente de la especie Aratinga acuticaudata de la cual es una de las cinco subespecies distribuidas por Suramérica desde la República Bolivariana de Venezuela hasta la República Argentina.
Conservacionistas venezolanos han alertado sobre el grave riesgo de extinción de nuestro Ñángaro, pese a que la especie a la que pertenece se encuentra en la categoría de Menor Preocupación de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en la cual no aparece el lorito margariteño.
Tan inteligente como los delfines
De cuerpo generalmente rechoncho y de posición erguida, el Ñángaro posee patas cortas y robustas de color marrón, con dedos oponibles. Esto les permite agarrarse con firmeza a las ramas y manipular, con mucha precisión, tanto alimentos como diferentes objetos, condición que vinculan al gran desarrollo de la inteligencia de las aves del orden Psittaciformes, comparada con la de los perros o los delfines.
Quienes recuerdan haber visto al Ñángaro salir en pequeños grupos de los manglares, en las hermosas tardes que adornan a La Restinga, destacan su plumaje verde (con un tono verde azulado en el vientre), el azul de su corona y la cola con el interior rojo.
Esta ave neoespartana, mide un poco menos de los 37 centímetros de largo que sus parientes, con un peso estimado entre 140 y 190 gramos. Sus ojos son unos anillos blancos, con iris naranja- amarillo y su pico es marrón.
Reproducción excepcionalmente baja
Comparado con sus primos del continente, la reproducción de los Ñángaros es considerada excepcionalmente baja, por las condiciones ambientales y las amenazas de depredadores a sus nidos, los cuales construyen en las cavidades del tronco de los manglares negros de La Restinga.
Se puede afirmar que los Ñángaros son fieles, ya que se les destaca por su monogamia. La época de anidación de esta subespecie sólo existente en la isla de Margarita, es entre los meses de mayo y octubre con una puesta estimada entre dos y cuatro huevos. Ya en noviembre han nacido los primeros polluelos.
El Aratinga acuticaudata neoxena, se alimenta principalmente de flores y frutos de cardones como el yaurero (Cereus repandus) y el yaguarey (Stenocereus griseus).
El comercio es su principal amenaza
La drástica disminución de la población de Ñángaros en Margarita se debe, principalmente, a que desde hace décadas grupos de lancheros y otros lugareños de La Restinga y Macanao, se han dedicado a la extracción ilegal de sus pichones para su cría y venta como mascotas. Esto, pese a que está protegido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
De acuerdo a estudios, ya en el año 1997 la población de Ñángaros era inferior a los 200 con su potencial reproductivo en declive. Por esta razón la existencia de nuestro lorito cabeza azul está considerada en peligro crítico.
Otra grave amenaza para el Ñángaro es la explotación minera de arena, pues constituye un factor que causa la destrucción de bosques espinosos en los que estas aves se alimentan, situados en su mayoría fuera de los linderos del parque nacional La Restinga.
El ataque de ratas y murciélagos, entre otros depredadores, a los huevos o las crías del A. acuticaudata neoxena, también constituye un peligro para su supervivencia, además de la inundación de sus nidos cuando la marea aumenta más allá de lo acostumbrado. Solo con programas de educación y concientización, unido al trabajo de brigadas de vigilancia y supervisión del hábitat del Ñángaro, será posible evitar su extinción.
Con información de El Ñángaro Blog, Ecoescopio, Fundación La Salle y Naturalista
Fotos cortesía de Argentina Ambiental, Minec, Steemit, Ocells y EBird
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