Enclavado en un estrecho cañón de la Cordillera de Mérida, al noreste de la ciudad homónima, se encuentra el Parque Zoológico Chorros de Milla, inmenso jardín que, a lo largo de 10 hectáreas, ofrece un exuberante recorrido entre cascadas y riachuelos.
Su elevada ubicación, a 1850 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), favorece a las y los visitantes con un fresco clima de bosque nublado, para deleitarse con una variedad de especies de flora y fauna autóctonos de la región andina.
Este icónico parque merideño, además de constituirse en un lugar de esparcimiento y aprendizaje para sus visitantes, también se ha convertido en un reservorio natural que incluye proyectos de reproducción o cuido especial del Cóndor Andino, el Oso Frontino y la Danta o Tapir.
Un parque especial dentro de la capital merideña
Constituido como «Parque Público Los Chorros de Milla», en el año 1958, su propósito inicial fue el de proporcionar a lugareños y visitantes un parque especial dentro de la capital merideña que concentrara a las especies de flora del estado. Concepto inicial que ha evolucionado al incluirse la conservación tanto de la flora como de la fauna características de la región.
El ambiente es óptimo para las actividades al aire libre y la contemplación de la naturaleza, en especial de las especies de aves para lo que se han desarrollado senderos especiales. Además, está el zoológico con una variada muestra de la fauna autóctona dignamente cuidada.
También constituyen un atractivo especial las cascadas y riachuelos del río Milla, surcadas tanto por pintorescas caminerías como por puentes. Destaca la cascada más elevada, bautizada Tibisay en honor a la leyenda sobre una princesa indígena a la que se atribuye el origen del río Milla y sus caídas de agua.
Tibisay, la digna princesa de los indios de la Sierra
El parque Los Chorros de Milla debe su nombre al río que lo recorre, cuyo origen forma parte de una leyenda indígena que narra la historia de amor a su pueblo y de dignidad frente al invasor español de Tibisay, princesa de los indios de la Sierra.
Su amado, el valeroso guerrero Murachí, murió al defender a la tribu de los conquistadores imperiales. Tibisay vivió desde entonces en una choza fuera del señoreo de los invasores, al cuidado de la sepultura de su amor. Estaba sola con su dolor y sus recuerdos, pero convertida en oráculo y símbolo de la antigua libertad de su pueblo.
El español Don Juan de Milla quiso develar el misterio de Tibisay espiándola. Se instaló en la choza de Murachí, que Tibisay había abandonado para no ser atrapada, mientras construían su enorme casa. Pero poco duró en la zona, pues el llanto de la princesa india convertido en interminable aguacero arrasó con lo edificado y convirtió el riachuelo en un poderoso río.
Convencido de que el lugar era inhabitable, el invasor huyó. En memoria de este suceso, los españoles le pusieron al río el nombre de Milla, que era el apellido de Don Juan, y al construirse el parque, la cascada más alta pasó a ser llamada Tibisay.
Una selva nublada con más de 1000 especies de plantas
Rodeado de vegetación que se corresponde con una selva nublada, el Parque Chorros de Milla posee árboles gigantescos, helechos arborescentes, bromelias y epifitas entre otras variedades de plantas, que algunos expertos afirman llegan a la cantidad de 1600 especies. Todas ubicadas a lo largo de las caminerías para su contemplación.
Este jardín zoológico urbano, exhibe a lo largo y ancho de su superficie una colección de fauna con especies locales, nacionales y algunas internacionales. Destacan como emblemáticos: el Cóndor, el Rey Zamuro, Águila de Copete, Puma, Jaguar, Cunaguaro, Danta, Venado Caramerudo, Mono Araña Negro, Mono Capuchino y el Papión Sagrado.
Otras aves que se pueden apreciar son: el Tucán, Loro Real, la Guacamaya Roja y el Pavo Real. El parque también posee un terrario con una interesante variedad de serpientes como la Pitón Albina, roedores y pequeños lagartos.
Aumentan ejemplares del Cóndor andino
Enmarcado en el programa de reproducción ex situ que busca reactivar el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo para la conservación del Cóndor de Los Andes, el Parque Zoológico Los Chorros de Milla recibió, en 2022, dos ejemplares de estas majestuosas aves, las más grandes del mundo entre las voladoras, especie declarada extinta en Venezuela desde 1965.
Bautizadas Caribay (13) y Juan Félix (25), las aves son producto de la reproducción exitosa en cautiverio, gracias a las estrategias para la conservación de la especie ejecutadas en el Parque Zoológico y Botánico Bararida del estado Lara. Ambos son descendientes de un grupo de cóndores que llegaron en 1989 a Bararida desde el Zoológico de San Diego en Estados Unidos.
En el año 2000, llegaron a Los Chorros de Milla dos cóndores producto del Proyecto de Conservación Cóndor Andino, con apoyo de la Fundación Bioandina Argentina. La pareja procreó al primer cóndor nacido en Venezuela desde la extinción de esta especie, a quien nombraron Nareupa, cuyo nombre significa “Camino del Sol”. La polluela fue reintroducida a la vida silvestre como parte del programa de reintroducción de estos ejemplares, cuya longevidad promedio está calculada en 50 años con récord de hasta 75 años.
Conservación de la Danta y el Oso Frontino
Un programa piloto tanto de cría en cautiverio de tapires como de educación ambiental en este sentido, denominado Proyecto Danta, fue instalado en el Parque Los Chorros de Milla gracias a la Fundación Andígena, con fondos del Tapir Preservation Fund.
Es así como la pareja de dantas, cuyos nombres Pijiguao y Simona, viven en un buen recinto del parque zoológico de la capital merideña como pie de cría para el desarrollo del proyecto.
La Fundación Andígena también patrocina el Club «Amigos del Oso Frontino», dentro del marco del Proyecto Oso Andino, el cual cuenta con la colaboración tanto del Parque Zoológico Chorros de Milla como del Jardín Zoológico Chester de Inglaterra.
El oso frontino se encuentra catalogado en Peligro de Extinción en Venezuela como consecuencia de la persistente cacería ilegal y la modificación de su hábitat natural, mientras que la condición del Tapir o Danta, es de vulnerable.
El parque cuenta con espacios para picnic
Además del zoológico, los puentes, las escalinatas, cascada y caminerías, el parque Chorros de Milla el parque cuenta con lagunas artificiales, quioscos donde venden fresas con crema entre otras delicias, baños públicos, así como espacios para organizar comidas en grupo al aire libre, comúnmente llamadas picnic.
Hasta cuatro horas puede durar el recorrido de este precioso jardín zoológico, ubicado al finas de la calle Chorros de Milla de Mérida y cuyo horario de recepción del público es de martes a domingo de 8:00 am a 6:00 pm.
Es destacable la necesidad de cumplir las normas que rigen el Parque Zoológico Chorros de Milla, entras las que destacan: no alimentar a los animales, abstenerse de traspasar las barreras protectoras, no cortar las flores, no llevar mascotas ni ingerir bebidas alcohólicas y respetar la prohibición de bañarse en las cascadas, pues el agua del río es usada para consumo humano.
Con información de Venelogía, Minec y El Aragueño
Fotos cortesía de Tripadvisor y Minec
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