Hay mucho por decir de Rómulo Gallegos, novelista venezolano del siglo XX, una de sus múltiples y destacadas facetas, y la más reconocida a nivel internacional. Sin embargo, este gran escritor caraqueño, tuvo además destacados roles a los que lo llevó su conocimiento y su amor por el país.
Como político llegó a ser el Presidente de Venezuela electo por el mayor porcentaje de votos, 80% del padrón electoral. Pero además fue educador, periodista y hasta se desempeñó, como jefe de la estación del Ferrocarril Central en Caracas.
Considerado como uno de los más grandes literatos de Latinoamérica de todos los tiempos, Rómulo Gallegos fue merecedor del Premio Nacional de Literatura e incluso, por sus logros en el mundo de las letras, fue postulado al Premio Nobel de Literatura.
La vida lo llevó por distintos caminos, desde sus estudios en un seminario y de derecho en la Universidad Central de Venezuela, hasta convertirse, muchos años más tarde, en el primer presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La versatilidad de sus roles tuvo siempre un eje común: su amor por Venezuela. Así se puede leer en la forma poética con la que dibuja el paisaje criollo en sus novelas, convirtiéndolo en un personaje más de sus historias.
Desde muy joven se dedicó a escribir en semanarios y revistas, ensayos y novelas, hasta la obra que lo consagraría en el mundo literario: Doña Bárbara, conocida y admirada en el mundo entero y traducida a muchos idiomas.
Su contribución a la literatura en América Latina, en especial a las letras sobre la venezolanidad, convierten a Rómulo Gallegos en el novelista venezolano del siglo XX.
Temprana pasión por la escritura
Rómulo Ángel del Monte Carmelo Gallegos Freire, nació en Caracas el 2 de agosto de 1884. Hijo de Rómulo Gallegos Osío y de Rita Freire Guruceaga.
Desde muy joven ingresó al Seminario Metropolitano, pero debió abandonar sus estudios tras la muerte de su madre en 1896.
Se graduó de bachiller en 1904 en el Colegio Sucre y, ese mismo año, inició sus estudios de derecho y agrimensura en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Aunque no terminó estas carreras, el conocimiento adquirido allí, jugaría un importante rol en su posterior toma de conciencia política.
También, a temprana edad, comenzó la trayectoria literaria que lo convertiría en el novelista venezolano del siglo XX, y uno de los más grandes escritores latinoamericanos. En 1903 publicó el semanario Arco Iris en el que incluyó el ensayo «Lo que somos», entre otros escritos.
Para 1906, trabajó como jefe de la estación del Ferrocarril Central en Caracas. Tres años después, en 1909, continuó su camino en las letras al fundar la revista La Alborada, órgano de difusión de artículos, de literatura, política y educación. Sería allí donde Rómulo Gallegos publicaría sus ensayos más conocidos.
Desde 1912 hasta 1930 desempeñó varios cargos directivos en instituciones educativas: Colegio Federal de Varones de Barcelona; Colegio Federal de Caracas, posteriormente Liceo Caracas (actualmente Andrés Bello); y la Escuela Normal de Caracas.
En sus comienzos como narrador Rómulo Gallegos publicó, en 1913, una colección de relatos bajo el título Los aventureros. En 1920 su primera novela, El último Solar, reeditada en 1930, con el título Reinaldo Solar.
De 1919 a 1922 dirigió la Revista Actualidades y también, junto a José Rafael Pocaterra, inició en 1922, las ediciones de La Novela Semanal, a través de la cual se dieron a conocer numerosos escritores venezolanos.
Novelista venezolano del siglo XX
Rómulo Gallegos, novelista venezolano del siglo XX, es considerado como uno de los máximos representantes de la tendencia realista de la narrativa hispanoamericana en las primeras décadas de ese siglo.
Sus obras, especialmente sus novelas, describen de forma vívida los paisajes venezolanos, así como las costumbres de sus habitantes, pasiones y conflictos.
Entre sus novelas más conocidas se encuentran La Trepadora (1925), de cuyos personajes sobresale Victoria Guanipa, figura ambiciosa y sin escrúpulos. Cantaclaro (1934), que cuenta la historia de un cantante popular que recorre las aldeas y los campos. Canaima (1935) que da cuenta de la ruda existencia de unos hacendados en las orillas del río Orinoco.
Otras novelas destacadas son Pobre negro (1937), Sobre la misma tierra (1943), La brizna de paja en el viento (1952), y La doncella y el último patriota (1957), con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura.
Y por supuesto, la que se considera como el título más importante del novelista venezolano del siglo XX, Doña Bárbara (1929) una epopeya que tiene como escenario la llanura venezolana en el estado Apure.
Doña Bárbara
Muchos coinciden en que con Doña Bárbara se inicia una era brillante época de la novelística de Sudamérica. La de grandes historias autóctonas, carentes de influencias europeas y que giran alrededor de sucesos y personajes fascinantes, salidos de un no muy conocido entorno para el momento: los escenarios nuestroamericanos.
Doña Bárbara, publicada en 1929, es su novela con más traducciones tiene en todo el mundo, debido a su temática universal: la civilización contra la barbarie, en medio de un contexto que rinde honor a lo afirmativo venezolano. Además, ha sido llevada en innumerables ocasiones al cine y a la televisión.
Pero es mucho más que una novela costumbrista. Todo en ella gira alrededor de la llanura venezolana, de cuyo seno, surgen los hombres y las mujeres, agitados por las más complejas emociones.
En sus páginas, Rómulo Gallegos, novelista venezolano del siglo XX, da vida a entrañables personajes, entre los que destacan Santos Luzardo, Pajarote, Mujiquita, El Brujeador, Marisela y, por su puesto, doña Bárbara.
Un argumento sencillo pero apasionante. Un llanero que vivió en la ciudad, Santos Luzardo, regresa a la sabana para recuperar las propiedades de su familia. Allí se enfrenta a un salvaje y fascinante mundo, donde el hombre tiene que doblegar a la naturaleza para sobrevivir.
Pero además debe afrontar a una sociedad rural regida por las viejas tradiciones, el autoritarismo y la arbitrariedad personificada en su vecina, la terrateniente doña Bárbara. Una mujer sin escrúpulos, aventurera y enigmática.
Al final las fuerzas del bien triunfan, y la paz se impone en la sabana.
Doña Bárbara simboliza el espíritu de la tierra y el alma primitiva y compleja de la hembra dominadora. Santos Luzardo, por su parte, el espíritu civilizador que lucha, movido por el amor a la tierra.
Visión política
El éxito de Doña Bárbara y el ofrecimiento de un cargo senatorial por parte del gobierno del General Juan Vicente Gómez, que rechazó por sus convicciones democráticas, llevaron a Rómulo Gallegos a expatriarse en Europa, donde siguió escribiendo.
Después de la muerte de Gómez, regresó a Venezuela y en 1936, fue nombrado ministro de Instrucción Pública por el gobierno de Eleazar López Contreras. Intentó reformarlo y cambió su denominación por Ministerio de Educación Nacional. Sin embargo, sus esfuerzos para llevar a cabo una profunda transformación escolar, fueron frenados por un Congreso Nacional dominado por el gomecismo, y debió renunciar.
Posteriormente, el novelista venezolano del siglo XX se desempeñó como Diputado al Congreso Nacional por el Distrito Federal (1937 – 1940) y Presidente del Ayuntamiento del Distrito Federal (1941).
Para 1941, Acción Democrática (antes Partido Democrático Nacional), del cual fue fundador, propone a Rómulo Gallegos como candidato a la presidencia de la Nación contra Isaías Medina Angarita, quien ganó la contienda electoral.
Participó en el golpe militar de 1945 que llevó al poder a Rómulo Betancourt como presidente provisional del país.
Presidente por voto popular
Dos años después, en 1947, fue postulado a la Presidencia de la República, resultando electo. La historia registraría a Rómulo Gallegos como el Presidente electo de manera directa, secreta y universal, con el mayor porcentaje de votos a su favor. Obtuvo más del 80% del padrón electoral.
No obstante, en noviembre de 1948, el ejército da un golpe bajo el mando de una junta militar encabezada por Carlos Delgado Chalbaud y lo destituyen de su cargo.
Viaja desterrado a Cuba y en 1949, fija su residencia en México. Con el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, regresa a la patria, pero ya no se dedicaría a la política.
El novelista venezolano del siglo XX fue elegido em 1960 como comisionado y primer Presidente de la recién creada Comisión Interamericana de Derechos Humanos, órgano de la Organización de Estados Americanos en Washington, Estados Unidos. Ejerció este cargo hasta 1963. Desde entonces vivió en Caracas hasta su fallecimiento el 5 de abril de 1969, a los 84 años de edad.
Reconocida trayectoria literaria
Considerado uno de los innovadores de la narrativa hispanoamericana del Siglo XX, el escritor y político venezolano, cuenta con numerosas distinciones y reconocimientos por su contribución a la cultura en América Latina.
Entre ellas, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Columbia (1948), honor al que renunció en 1955, cuando le fue conferida la misma distinción a Carlos Castillo Armas, dictador de Guatemala.
Otros reconocimientos incluyen Profesor Honorario de la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos, Guatemala (1951); Doctor Honoris Causa de la Universidad de Costa Rica, UCV, Universidad de Los Andes y la Universidad del Zulia, y Escritor Residente de la Universidad de Oklahoma, Estados Unidos (1951).
El Concejo Municipal de Caracas lo proclamó, el 2 de agosto de 1958, Hijo Ilustre de la ciudad. Ese mismo año recibió otras distinciones: Presidente Honorario del Colegio de Profesores de Venezuela, Gran Cruz de San Martín y Premio Nacional de Literatura. Fue electo miembro de la Academia Nacional de la Lengua pero no se recibió. También fue postulado al Premio Nobel de Literatura.
En su honor se creó en 1965 el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos y en 1972, se fundó el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg).
Sin duda alguna fue un venezolano extraordinario, reconocido en el mundo por sus obras literarias que aun hoy representan a Latinoamérica y a la venezolanidad.
Obras de Rómulo Gallegos
- Los aventureros (1913 cuentos)
- El último Solar (1920 novela)
- La rebelión (1922 cuento)
- Los inmigrantes (1922 novela)
- La trepadora (1925 novela)
- Doña Bárbara (1929 novela)
- Reinaldo Solar (1930 novela)
- Cantaclaro (1934 novela)
- Canaima (1935 novela)
- Pobre negro (1937 novela)
- El forastero (1942 novela)
- Sobre la misma tierra (1943 novela)
- La rebelión y otros cuentos (1946)
- Cuentos venezolanos (1949)
- La brizna de paja en el viento (1952 novela)
- Una posición en la vida (1954 artículos y ensayos)
- La doncella (1957 drama)
- La doncella y el último patriota (1957 drama y cuentos).
Con información de Biografías y Vidas, Telesur y Ecured
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