Científicos desarrollaron combustible de avión con plásticos reciclados e hicieron entrega del primer litro como prueba de este logro. Esto constituye un paso significativo hacia la reducción de gases de efecto invernadero y su incidencia en el cambio climático, así como la disminución de la contaminación ambiental en la Tierra.
El proceso para obtener este combustible especial se centra en la pirólisis, una técnica térmica avanzada que descompone los residuos plásticos en ausencia de oxígeno. Todo, luego de que los plásticos recolectados y seleccionados, son limpiados para eliminar impurezas.
La producción del referido combustible fue posible gracias a la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción de Chile (UdeC Santiago), iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), ejecutada en colaboración con ENAP y Nutra Trade y que contó con el respaldo del Ministerio de Energía y el programa Vuelo Limpio de la Agencia de Sostenibilidad Energética.
El proceso inicia con la recolección y selección de desechos plásticos
Man holding bag full of plastic pollution collected on beach, North East England, UK
El proceso para producir el combustible de avión sostenible se inicia con la recolección y selección de desechos plásticos urbanos, predominantemente polietileno y polipropileno. Tras una rigurosa limpieza y clasificación para descartar impurezas, los plásticos se introducen en un reactor donde son sometidos a un proceso de pirólisis térmica en un entorno carente de oxígeno y a temperaturas que oscilan entre 400 y 500 °C, lo que provoca la descomposición molecular del material.
Los gases resultantes de esta descomposición se condensan, generando un aceite sintético en bruto. Posteriormente, este aceite es refinado y tratado catalíticamente para purificarlo, eliminando compuestos no deseados y ajustando sus propiedades (como el punto de inflamación, la viscosidad y el contenido energético) para equipararlas a las del queroseno convencional destinado a la aviación.
El producto final cumple con la normativa internacional ASTM D7566, la cual define la calidad y los requisitos para el combustible de aviación sostenible, lo que permite su mezcla certificada con combustibles fósiles tradicionales sin comprometer el rendimiento, la seguridad o la integridad de los motores aeronáuticos.
Combustible de plásticos residuales facilita transición a una aviación sostenible
En términos operativos, el combustible derivado de plásticos residuales puede ser utilizado en combinación con combustibles convencionales sin necesidad de modificar los motores o la infraestructura existente de los aeropuertos, facilitando así una transición más rápida hacia una aviación sostenible.
Su uso también ofrece múltiples beneficios ambientales, entre los que destaca la ayuda a mitigar la acumulación de residuos plásticos en el medio ambiente, especialmente en el mar, dada la alta demanda y uso de este tipo de materiales en la vida cotidiana.
Además, al sustituir parcialmente la gasolina tradicional, reduce la emisión de dióxido de carbono neto, ya que el carbono contenido en este combustible sustentable proviene de residuos plásticos ya existentes y no de fuentes fósiles nuevas.
Inicia una revolución para la industria aérea y la gestión de residuos
La entrega del primer litro de combustible hecho con plásticos, en Chile, constituye el inicio de una revolución para la industria aérea y la gestión de residuos, dado que presenta una oportunidad para atacar simultáneamente dos graves problemas terrestres al mitigar la contaminación plástica y reducir la huella de carbono del transporte aéreo.
Proyectos de este tipo generan empleos de alta especialización, fomenta la investigación científica y crea cadenas de valor vinculadas a la economía circular, un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar tanto materiales como productos existentes, todas las veces que sea posible, para crear un valor añadido.
De igual manera reafirma la apuesta científica, institucional y gubernamental por un desarrollo sostenible donde tecnología, medio ambiente y economía circular convergen para proteger el planeta. Asimismo, es una referencia para todos los países que enfrentan la contaminación plástica y buscan alternativas destinada a descarbonizar la aviación.
El equipo investigador prevé ejecutar vuelos de prueba en 2026
El equipo investigador chileno prevé ejecutar vuelos de prueba con mezclas de combustible reciclado en 2026, en cooperación con la aerolínea estatal y proveedores de combustible aeronáutico. Esto marcaría un nuevo hito en el compromiso ambiental y colocaría al país como modelo regional en materia de energías limpias en el transporte.
Pese a los prometedores avances, aún existen desafíos por superar para el despliegue masivo de este combustible sustentable. Por ejemplo, la escala de producción debe incrementarse para satisfacer la demanda global, a fin de lograr un proceso rentable y eficiente.
Además, es crucial garantizar la recolección y gestión adecuada de los plásticos residuales para asegurar una materia prima constante y de calidad. Por otra parte, las regulaciones internacionales también juegan un papel clave para aprobar y certificar el uso de combustibles alternativos en aviación, en pro de la seguridad y el desempeño durante el vuelo.
La combinación de innovación tecnológica, inversión en investigación y compromiso ambiental podría hacer que en pocos años volar con plástico reciclado deje de ser una idea futurista para convertirse en una práctica habitual en la aviación mundial.
Con información de Actualidad RT, Atacama Noticias e Interferencia
Fotos cortesía de ONU, Robotus, Vrid, Avatar Energía e Interferencia
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