Flor de Capacho colorido espectáculo que adorna jardines y plazas

La hermosa, grande y colorida flor de Capacho, como se le llama en Venezuela, adorna plazas, jardines y espacios públicos de buena parte del país. Esta planta silvestre es conocida por muchos nombres además del de achira, que proviene de la voz acuy que en quechua quiere decir estornudo.

Se trata de una planta herbácea perenne originaria de América tropical, la cual es ampliamente cultivada por sus flores, así como por sus rizomas comestibles, destacando además por su fácil mantenimiento.

En Venezuela es común encontrarla en diferentes zonas donde también se le conoce como bihao, bijao, o maraca, y zulú, o pericaguá en la región de Paria, estado Sucre. Desde el año 2006, fue designada flor emblemática del municipio Chacao del estado Miranda.

La palabra capacho también se usa el país para referirse a un recipiente similar a una cesta. El término resulta muy común porque también da nombre a muchas poblaciones del país, especialmente en los Andes.

Muchos nombres tiene la flor de Capacho

Llamada La hermosa, grande y colorida flor de Capacho, como se le llama en Venezuela, adorna plazas, jardines y espacios públicos de buena parte del país., la flor de capacho tiene una veintena de nombres, como achira, sagú, chisgua o risgua en Colombia; conga o atzera, achera o atcera en Ecuador; canna o biri en Brasil; zulú o pericagua en Perú y bardana, Papantla y acaxochitl en México. En algunas islas del Caribe y en la República de Sierra Leona, en África la nombran cucuyús, juquián, caña de Indias, caña de cuentas, cañancoro, flor del cangrejo, platanillo, chancle, caeté, achira roja, yerba del rosario o arrurruz.

Es una planta perenne que puede alcanzar hasta 3 metros de altura, perteneciente a la familia de las cannáceas. En Latinoamérica se cultiva, principalmente, por sus cormos o rizomas importantes para la alimentación humana y la agroindustria.

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Se conocen dos tipos predominantes de Canna generalis o Canna indica: la verde, con hojas de ese tono y rizomas blancos; y la morada, con hojas de ese color y rizomas rojizo-violeta.

Crece donde hay poca humedad, requiriendo lluvias moderadas y bien distribuidas, entre 500 a 1.200 milímetros. Prefiere suelos sueltos, de textura franco o franco-limoso, ricos en materia orgánica. Tolera la acidez y crece bien en suelos con pH de 4,5 a 8. Su cultivo se adapta bien a rangos de temperatura, entre 14-16 °C y 27- 32 °C.

Vistosas y grandes flores perennes

 

La achira o capacho es un cultivo de rizoma (raíz) originario de las zonas más bajas de los Andes. Está relacionada con las Cannas decorativas y las plantas tienen un aspecto similar. Se trata de una planta ornamental, de fácil cultivo, con hojas grandes de aspecto tropical.

Tiene flores vistosas y grandes las cuales, en condiciones propicias, pueden estar presentes todo el año. Sus pétalos son angostos en la base, luego se ensanchan y se hacen cóncavos para formar un pequeño capuchón de color translúcido. Existen una gran cantidad de especies diferentes a las que también se les suma otra cantidad no menor de híbridos, debido a esto ofrece una paleta de colores casi infinita que va desde amarillo, naranja y rojo hasta el blanco.

Sus hojas son grandes y elípticas, por lo que se asemejan a las de la mata de plátano o a las del riqui riqui. La flor nace de la base de la planta en tallos largos que se proyectan por sobre las hojas y en los que se forman los capullos. En general, en cada tallo se forman varias flores, aunque no siempre abren todas a un mismo tiempo, pues eso depende de la especie.

Las semillas se utilizan para confeccionar collares y sonajeros o maracas. Además, tallos y hojas sirven de forraje para el ganado. A las hojas también se les utiliza como un tipo de empaque natural para envolver comidas típicas Los rizomas son generalmente blancos, a veces con hojas escamosas de color marrón o rojo. Son similares en textura a las patatas, pero tienen un sabor más neutro. El cultivo se propaga mediante la plantación de segmentos de rizoma.

Planta nuestroamericana

Su distribución es bastante amplia y una larga historia de uso humano, abarcando nativamente desde México hacia el sur, hasta Argentina y Brasil. En Perú, se cultiva desde cerca del nivel del mar hasta una altitud de 2600 metros. En este país latinoamericano su uso se remonta aproximadamente al año 2000 a. C. Se dice que los incas cultivaban capacho en las orillas de las acequias, probablemente como fuente de alimento y también para estabilizar el suelo húmedo, gracias a sus rizomas.

Luego de ser introducida en el sudeste asiático posiblemente a principios del siglo XX, es probable que esta planta se consuma más allí que en Sudamérica, pues se ha convertido en un cultivo común en Malasia, Tailandia, Vietnam y el sur de China.

El rizoma de la flor de Capacho es un alimento básico de fácil digestión, con hasta 80 % de almidón y hasta un 14 % de glucosa y sacarosa, así como un alto contenido de potasio.

Se prepara generalmente horneada o hervida, aunque la flor de Capacho se puede comer cruda así no es muy apetecible pues es similar a una papa fibrosa y acuosa. Su sabor es bastante insípido y a menudo ligeramente dulce, similar al de este tubérculo, pero carece de su complejidad porque no tiene amargo, razón por la que puede parecer insípida. Sin embargo, el rizoma de la achira parece funcionar bien como sustituto de la papa, nabo o colinabo en recetas.

Versátil y tolerante

 

La planta de Capacho tolera una amplia gama de condiciones climáticas. En los Andes, se cultiva en elevaciones de aproximadamente 600 a 2400 metros en zonas tanto de clima subtropical como templado cálido. Sin embargo, prefiere temperaturas más cálidas que muchos de los cultivos de raíces andinos, y se desarrolla mejor en veranos moderadamente calurosos. Aunque incluso es ligeramente resistente a las heladas, una exposición prolongada a temperaturas bajo cero generalmente daña las copas.

Por otra parte, aunque los rizomas le dan cierta tolerancia a la sequía, necesita riego regular, pues su calidad de consumo se hace deficiente cuando la planta se ve obligada a extraer agua de ellos en condiciones secas, y además en esas condiciones crece muy lentamente.

En climas cálidos, la flor de Capacho se puede cosechar en tan solo cinco meses si se cultiva a partir de rizoma. En climas más fríos puede tardar de seis a ocho meses. A diferencia de muchas otras hortalizas de raíz andinas, el rizoma de achira está en óptimas condiciones para el consumo al cosecharlo. Como ocurre con la mayoría de los cultivos de raíces andinos, la propagación vegetativa es la práctica habitual. Las puntas de los rizomas se pueden cortar y plantar. Enraízan y brotan nuevos brotes con facilidad. Aunque usualmente se propaga por rizoma, también es posible cultivarla a partir de semillas. Estas son bastantes duraderas, pues tienen una cubierta muy dura, por lo que se usaban como cuentas o en sonajeros o maracas.

Esta planta puede verse afectada por babosas y topillos en climas tropicales y hongos en los Andres. También es susceptible a la mayoría de virus que afectan a las cannas ornamentales, como el virus del moteado amarillo, el virus del mosaico amarillo del frijol, el virus del mosaico del pepino y el virus de la aspermia del tomate.

Más que una cara bonita

La colorida flor de capacho es mucho más que una cara bonita. Además de que sus rizomas constituyen un alimento, sus hojas y otras partes de la planta aportan muchos beneficios, entre ellos medicinales. Así, por ejemplo, el jugo que sale de ella es antiséptico y cicatrizante, mientras que la hoja es buena para las quemaduras pues refresca y disipa el calor.

Como cicatrizante se prepara en infusión para ayudar a curar heridas y quemaduras, mientras que el jugo de las hojas se aplica como antiséptico para limpiar y desinfectar. Además, las hojas frescas pueden aplicarse directamente sobre quemaduras para aliviar el dolor y reducir el calor de la piel. Los tallos y hojas sirven también como alimento para el ganado. Las semillas se utilizan para hacer collares y sonajeros o maracas. Las hojas se utilizan para envolver y transportar alimentos u otros objetos, así como para cubrir cestas para proteger sus contenidos.

La parte comestible de la planta es el rizoma o cormo. Se puede consumir crudo, rallado o en ensaladas, así como asado o frito, cortado en rodajas finas. También se procesa para extraer una fécula o almidón que tiene un gran valor nutritivo. Los rizomas también tienen propiedades diuréticas y de refuerzo del sistema inmunológico.

 

Con información de Cultivariable, Buensa y Del Amazonas


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