En Italia han inventado una miniturbina eólica vertical para uso doméstico, que integra inteligencia artificial (IA) con el fin de optimizar su rendimiento, pues analiza en tiempo real la velocidad, dirección y turbulencia del viento, lo que permite ajustar el ángulo de las palas cada pocos milisegundos para aprovechar mejor el aire.
Esta innovación de la empresa italiana Gevi Wind permite generar energía limpia en entornos residenciales con vientos bajos, adaptándose automáticamente a cambios del clima. Su diseño compacto la hace ideal para hogares urbanos o rurales.
La miniturbina eólica, compacta, silenciosa y automatizada, promueve la transición energética doméstica al reducir la dependencia de la red eléctrica y las emisiones de gases de efecto invernadero.
La miniturbina eólica mide tres metros de altura y pesa 90KG
Con apenas tres metros de altura, un rotor de 5,4 metros de diámetro y un peso de 90 kg, la miniturbina eólica facilita su instalación en techos o jardines sin necesidad de grandes estructuras. Cuenta con un eje vertical que permite a las palas girar 360 grados, capturando viento desde cualquier dirección.
Opera desde velocidades del viento de 9 kilómetros por hora, gracias a los cual genera entre 3 y 5 kilovatios, potencia suficiente para producir la energía eléctrica que necesitan quienes habitan una vivienda promedio, comunidades locales y hasta pequeñas industrias.
Además, la miniturbina emite solo 38 decibeles a 10 metros, ruido menos fuerte que un refrigerador, lo que la hace muy silenciosa en comparación con generadores de energía eólica tradicionales, y apta para zonas residenciales.
Esta innovación italiana se instala en tejados o patios en menos de seis horas, sin necesidad de usar grúas ni manejos complicados. Asimismo, su diseño minimalista integra a la miniturbina eólica en entornos urbanos o rurales sin irrumpir en el paisaje.
Núcleo de la tecnología es un sistema de IA basado en redes neuronales
El núcleo de la tecnología de la miniturbina eólica es un sistema de IA basado en redes neuronales y aprendizaje profundo. La IA recopila datos meteorológicos continuos mediante sensores integrados, utilizando algoritmos de refuerzo para predecir y optimizar la producción energética, incrementándola hasta un 60% respecto a turbinas verticales convencionales.
Asimismo, analiza la velocidad, dirección y turbulencia del viento, ajustando el ángulo de las palas cada pocos milisegundos para maximizar la eficiencia y reducir el desgaste mecánico hasta en un 70%.
Por otra parte, en condiciones extremas, como ráfagas fuertes, la miniturbina eólica alinea automáticamente las palas para minimizar daños, actuando como un sistema de seguridad predictivo con precisión del 98%.
Conectada a una plataforma IoT, permite monitoreo remoto vía app o web
Vale destacar que conectada a una plataforma IoT, permite monitoreo remoto vía app o web. El procesamiento en la nube analiza datos en tiempo real y genera informes sobre rendimiento, eficiencia y estado estructural. Esto facilita el mantenimiento sin intervención manual y su integración con paneles solares para suministro híbrido constante.
Los usuarios y técnicos acceden a un panel digital que visualiza métricas clave, como la potencia generada o las emisiones de dióxido de carbono (CO2) evitadas, asegurando un dominio absoluto sin intervención manual.
La empresa que ha desarrollado la miniturbina eólica señala que cada kilovatio producido mediante este sistema destierra 22 toneladas de CO2, un golpe decisivo contra el cambio climático y la firme esperanza de un futuro sostenible.
Beneficios ambientales y económicos
Esta miniturbina genera electricidad y fomenta la independencia energética, al liberar a las y los usuarios de las grandes empresas eléctricas y las emisiones de gases de efecto invernadero.
También garantiza un suministro constante de electricidad, incluso en noches o días nublados, gracias a su capacidad para combinarse con sistemas solares híbridos. Está hecha con polímeros avanzados, ligeros y reciclables, para reducir al mínimo su impacto ambiental durante la producción y el uso.
El costo estimado de una miniturbina eólica vertical doméstica, como la GEVI Wind, oscila entre 3.000 y 6.000 euros, dependiendo del modelo y accesorios como inversores o kits de instalación. Económicamente, se estima que la inversión inicial se amortiza rápidamente gracias a su alto rendimiento y bajo mantenimiento.
Los creadores de la miniturbina impulsan un modelo energético distribuido en el que se genere electricidad cerca de donde se consume, lo que reduce las pérdidas de transporte y dota de mayor autonomía a barrios, edificios y zonas rurales.
La transición hacia estos modelos energéticos descentralizados ya tiene ejemplos concretos en países como Dinamarca, donde cooperativas de ciudadanos gestionan microturbinas que proveen energía a barrios completos. Mientras que en España, las iniciativas promovidas en Navarra y Galicia prueban integrar estas turbinas en comunidades energéticas locales. Tal tendencia representa una transformación estructural hacia sistemas más resilientes.
Con información de El Tablero Digital, OK Diario y Canal Solar
Fotos Cortesía de Ecoinventos I, Ecoinventos II, Noticias Ambientales, Tecpa y Energía Evoluciona
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