Desde lo alto de una colina en un populoso sector de Caracas, el Observatorio Cagigal ha sido testigo desde el siglo XIX de importantes avances científicos y tecnológicos en Venezuela.
Ubicado en la parroquia 23 de Enero, determina mediante un reloj atómico de cesio la hora oficial de la República y transmite las señales por frecuencias radiales. Además, ha desempeñado un papel crucial en la comprensión y el monitoreo de la actividad sísmica en el país. Un dato interesante es que entre sus directores estuvo el célebre botánico suizo Henri Pittier.
Su nombre rinde homenaje a una figura fundamental de la ciencia venezolana, quien destacó en diversas ramas del saber, Juan Manuel Cagigal y Odoardo, reconocido astrónomo y matemático que fundó los estudios de las matemáticas en nuestro país y la Academia de Matemáticas, durante el primer Gobierno de Páez en 1830.
El Observatorio se levanta a 1.037 metros sobre el nivel del mar y su actual sede, que data de 1954, muestra una rotonda central y refinados detalles, fue diseñada por Carlos Guinand Sandoz, uno de los arquitectos venezolanos más importantes del siglo XX.
Observatorio Astronómico y Meteorológico de Caracas
Ya desde el siglo XIX se hacía evidente la necesidad de un observatorio en Caracas. Fue en 1866 cuando el entonces presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela, Manuel Urbaneja, dirigió un informe al Ministro de Instrucción Pública en el que reiteró la importancia de edificar un observatorio en la capital, impulsando la idea de su creación.
Anteriormente, las observaciones meteorológicas formales fueron llevadas a cabo por el Colegio de Ingenieros de Venezuela, fundado en 1861. Se ocuparon de estas labores venezolanos como Agustín Aveledo y Alejandro Ibarra. Antes de eso, algunas personas o grupos llevaron a cabo labores similares en forma aislada, como el Barón Alejandro de Humboldt, en el siglo XVIII.
La creación del Observatorio Astronómico y Meteorológico de Caracas fue decretada el 8 de septiembre de 1888, por el presidente Juan Pablo Rojas Paúl. El hecho refleja un interés creciente por la ciencia y la tecnología en la Venezuela del siglo XIX.
Lo alto de un cerro que para aquella época gobernaba prácticamente toda la ciudad, era el lugar más adecuado para la construcción del Observatorio Cagigal. Así se estableció en la colina Quintana, la cual luego fue renombrada colina Cagigal en honor al Coronel Juan Manuel Cagigal. Sin embargo, la institución no llevó su nombre desde el inicio. Curiosamente, la colina se llamó cerro de Belén, del Calvario, El Guarataro, de la curva de las piñas, El Obispo, Monte de Piedad, La Planicie, hasta que fue llamada oficialmente colina del Observatorio, y finalmente el que hoy obstenta.
Evolución del Observatorio Cagigal
El Observatorio Cagigal comenzó a funcionar con equipos rudimentarios: un pequeño sismógrafo y un telescopio cedido por Henry Lord Boulton, quien lo había adquirido en la Casa Bardou de París. Esta donación evidencia para ese momento la forma en que la ciencia trasciende las fronteras nacionales y la conexión de los científicos venezolanos con la comunidad científica internacional.
Mauricio Buscalioni, italiano entendido en ciencias astronómicas y meteorológicas, fue su primer director. En 1894 fue sustituido por Luis Ugueto Pérez, ingeniero y astrónomo venezolano, miembro fundador de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Durante su gestión se adquirieron nuevos instrumentos meteorológicos, pues antes no se podían hacer observaciones astronómicas por falta de instrumental.
Observatorio Cagigal – Década de 1950.
Posteriormente, durante la gestión del escritor y físico Eduardo Röhl se inicia la modernización del observatorio convirtiéndolo en una referencia en las áreas de astronomía y geofísica. Además, se ocupó de la infraestructura, encargando el nuevo edificio a Guinand Sandoz, destacado arquitecto, parte del grupo de profesionales formados en Europa, encargados de modernizar la ciudad de Caracas.
La edificación original, dañada por abandono, fue refaccionada en 1933 y era periódicamente sometida a mantenimiento, hasta que en 1953 fue demolido para construir la nueva sede. Culminada en el año 1956, exhibe una equilibrada composición con un volumen central a manera de rotonda, y detalles compositivos neoclásicos con acentos ornamentales y decorativos, tanto en el interior como en el exterior.
Ahora bien, con el tiempo, el cielo de Caracas fue llenándose de contaminación y alta luminosidad artificial, haciéndose cada vez más difícil las observaciones astronómicas, por lo que se decidió crear el Centro de Investigaciones de Astronomía (CIDA), en Mérida, donde fueron instalados los telescopios y respectivos equipos.
¿Quién fue Juan Manuel Cagigal?
Juan Manuel Cagigal nació en 1803 en el seno de una familia ligada a la administración colonial española en Barcelona, estado Anzoátegui. Al quedar huérfano de padre en 1810, fue encargado a un primo de su progenitor, Juan Manuel Cagigal y Niño, quien llegó a ser gobernador y capitán general de Venezuela y Cuba. En 1816, Cagigal y Niño entregó el mando del ejército realista a Pablo Morillo y partió a España llevándose consigo a Juan Manuel que entonces tenía 13 años. Vivió 12 años en Europa, formándose como matemático en España y Francia, incluso se le ofreció una cátedra en una institución educativa parisina, pero la declinó.
En 1828 regresó a Venezuela destacando en varios campos del saber y la vida pública criolla. Tres años más tarde, fundó en Caracas la Academia Militar de Matemáticas, germen de los estudios matemáticos en el país y origen del actual Colegio de Ingenieros de Venezuela. Además, fue miembro fundador de la Sociedad Económica de Amigos del País.
Quien serviría de inspiración para la creación del Observatorio Cagigal importó los primeros telescopios usados en el país, escribió tratados de mecánica y astronomía, realizó propuestas en materia vial y ferroviaria y efectuó una célebre expedición científica al cerro Ávila o Waraira Repano. Además, pintó acuarelas, participó en la firma del Tratado Michelena-Pombo entre Venezuela y Colombia, se desempeñó como periodista y parlamentario e incluso ocupó una cátedra universitaria de literatura.
Quizás el esfuerzo en tantas tareas acabó por agotarlo e influyó en los desórdenes mentales que sufriría luego hasta su muerte.
Entusiasmo nacionalista
Cagigal partió nuevamente a Europa en 1841 con el cargo de secretario de la delegación venezolana en Londres y París. Allí se dedicó a actualizar sus conocimientos científicos, visitar museos y bibliotecas y participar en la vida social. Ante las ofertas que recibió como hombre de ciencia en París, en un arranque de entusiasmo nacionalista replicó que prefería la gloria de fundar los estudios matemáticos en su patria que toda la honra que podría proporcionarle destacar en Francia.
Durante la estancia en Europa sus problemas mentales aumentaron. “La desgracia comenzaba con la monomanía tranquila, tímida. Creía que iban a perseguirle, que querían asesinarlo. Y esas ideas (…) fueron lentamente aislando del mundo científico y social a inteligencia tan luminosa”, señaló al respecto Arístides Rojas.
Tras volver a Venezuela en 1844, ante el agravamiento de su salud mental, sus parientes decidieron trasladarlo al pueblo de Yaguaraparo, ubicado al noreste del estado Sucre y actual capital del municipio Cagigal, donde su familia poseía una hacienda azucarera llamada “El otro lado”. Allí vivió sus últimos diez años de vida.
Finalmente, Juan Manuel Cagigal falleció a las 7 de la mañana del domingo 10 de febrero de 1856, a los 52 años de edad. Sus restos recibieron sepultura en la iglesia San Miguel de Río Caribe, pero se extraviaron antes de ingresar al Panteón Nacional en Caracas.
El Observatorio hoy
A lo largo de su historia, el Observatorio Cagigal ha experimentado diversas etapas de crecimiento y modernización, adaptándose a los avances tecnológicos y a las necesidades del país.
Aunque en el pasado se dedicó a la astronomía y meteorología, actualmente su enfoque principal está en la sismología y la determinación de la hora oficial de Venezuela a través de un reloj atómico de cesio, transmitiendo las señales por frecuencias radiales.
También colabora con otros observatorios e instituciones científicas de todo el mundo. La institución ofrece talleres y charlas de la mano de expertos sobre diversos temas relacionados con el universo.
Asimismo, aloja al Museo Sismológico, adscrito a la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), el cual promueve la educación y la cultura de prevención sísmica.
Museo Sismológico de Caracas
Museo Sismológico – Fotografía: Funvisis
Con el objetivo de masificar el conocimiento científico en sismología, geología e ingeniería sísmica, el Museo Sismológico de Caracas se inauguró en las instalaciones del Observatorio Cagigal el 31 de mayo de 2007. Esta institución coadyuva a reducir la vulnerabilidad de la población venezolana ante la ocurrencia de terremotos y es un referente en el desarrollo de la cultura preventiva, ya que en sus espacios los visitantes pueden aprender, entre otras cosas, sobre las fallas geológicas activas en Venezuela, el origen de los sismos, los equipos sismológicos más antiguos e importantes del país. Además de cómo actuar antes, durante y después de un terremoto.
Con más de 12 salas que comprenden una serie de exposiciones interactivas, el Museo cuenta con una exhibición permanente enfocada en la Sismología e Instrumentación Sísmica. Además, incluyó en su exposición permanente una sala dedicada a los tsunamis, en la que pueden apreciar una maqueta interactiva que muestra cómo se origina este fenómeno y qué medidas debe aplicar la población costera para estar segura en caso de producirse un movimiento sísmico que desencadene una alerta de ese tipo.
Museo Sismológico – Fotografía: Funvisis
Uno de sus mayores atractivos es el Simulador de Terremotos, que permite a los visitantes tener la experiencia de percibir cómo es un movimiento sísmico y aprender de una manera interactiva y lúdica las medidas de autoprotección que deben aplicar ante su ocurrencia.
La iniciativa de crear un Museo Sismológico surgió de la necesidad de rescatar los espacios del Instituto Sismológico y de Mareas Terrestres del Observatorio Cagigal, lugar donde nació la sismología en nuestro país, para preservar tanto el valor histórico como patrimonial de esta edificación, así como los equipos científicos que albergaba.
Con información de IAM Venezuela, La Guía de Caracas, Venezolanos Ilustres, Funvisis y Tayabeixo ORG
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