Los pobladores de Capaya, estado Miranda, aseguran con orgullo que Simón Bolívar nació allí. Forma parte de una historia resguardada en la memoria colectiva de todas las generaciones y de la tradición oral del municipio Acevedo, a tal punto que incluso un decreto de la alcaldía señala a esta población como lugar simbólico del nacimiento del Libertador.
Esta historia tiene como fundamento una referencia: la presencia de los padres de Simón Bolívar en la antigua hacienda Palacios y Sojo, ubicada en esa población mirandina, apadrinando a una niña hija de una esclava tan solo unos días antes de la fecha de nacimiento del Padre de la Patria. Dado el riesgo que implicaba en aquella época viajar hasta Caracas por las montañas, aseguran que la madre de Simón no pudo movilizarse y que una vez nacido el niño había fue llevado a la capital en “guanepe”, donde fue registrado y bautizado.
La tardanza en el bautizo del niño Bolívar, realizado el 30 de julio, seis días después de su nacimiento, se interpreta también como un indicio de que pudo haber nacido en otro lugar. Aunque de la hacienda en la que tuvo lugar el supuesto alumbramiento del Libertador solo quedan las ruinas escondidas entre la maleza, cada espacio de Capaya tiene un simbolismo o anécdota asociado a él; tradición oral que ha contribuido a apropiarse de la figura de Simón Bolívar, convirtiéndola en parte fundamental de sus valores históricos e ideológicos como territorio.
Así, durante muchos años, esta historia se ha mantenido en la memoria colectiva capayense a través de las voces de los descendientes de los antiguos pobladores y especialmente de los de los esclavos de la conocida entonces como Oficina Palacios.
¿El Libertador era barloventeño?
Busto del Libertador en la Plaza Simón Bolívar de Capaya.
La importancia de la figura del Libertador hace que sea reconocida, recordada y honrada en todo el territorio nacional, como sucede en esta población mirandina donde se tejen muchas historias.
Entre ellas una que se repite en las voces de todos los capayenses señala que, días antes de la fecha del alumbramiento de Simón, su madre doña María de la Concepción Palacios y su padre Juan Vicente se encontraban en la hacienda apadrinando a la pequeña hija de una esclava. El riesgo de viajar por las montañas hasta Caracas por largo tiempo no permitió que la familia Bolívar se movilizara de la hacienda Palacios y Sojo, por lo que el 24 de julio de 1783 el llanto de un niño se escuchó en aquellas tierras. Como referencia, destacan que en esa época el traslado de Capaya a la capital duraba varios días, en este caso aún más, ya que una mujer en estado avanzado de gravidez no podía montar a caballo.
Cada año los pobladores de Capaya celebran el cumpleaños de El Libertador Simón Bolívar – Foto Historia de Venezuela Visual
El relato también indica que unos días después, el recién nacido fue trasladado a la capital a través del camino real en un guanepe (especie de petaca elaborada con caña amarga) por Santiago Vaamonde Palacios para ser registrado y bautizado. Debido a esto las voces del pueblo refieren que al pequeño Simón Bolívar se lo llevaron “eguanepao pa’ Caracas”.
Los más ancianos refieren que incluso existía un libro en la casa parroquial que presuntamente contenía el documento de partida de nacimiento del hijo de María Concepción Palacios, aunque el paradero del mismo se desconoce. Al respecto, se dice que al libro le fueron arrancadas las hojas que daban testimonio del hecho. Si bien no existen datos para confirmar esta historia, los capayenses afirman con orgullo legítimo que Bolívar era barloventeño.
La antigua hacienda Palacios
Alfredo Cedeño, mostrando restos de la que fuera la hacienda de la familia Bolívar Palacios en Capaya.
Hoy en día existen algunos restos del lugar donde otrora se levantaba la antigua hacienda Palacios y Sojo en donde, según la tradición oral de Capaya nació Simón Bolívar. Estaba ubicada en las inmediaciones de esa población, entre Aragüita y Las Morochas, junto a la quebrada Palacios.
La hacienda, una de las propiedades de la familia Bolívar y Palacios, comúnmente conocida como «Palacios» u «Oficina Palacios», fue centro cacaotero y de abastecimiento de víveres para la localidad. Formaba parte de un complejo de haciendas e ingenios que se encontraban establecidos por todo el valle y el área de Barlovento desde principios del siglo XVIII. Al respecto, la tradición oral la describe como un caserón de paredes de tapia, con cubierta a dos aguas y tejas criollas. Aún se pueden ver partes de estas tejas en el terreno en medio de la vegetación que domina el lugar.
Capaya, estado Miranda
Mediante exploraciones arqueológicas recientes se han podido hallar, además, algunos vestigios de los pavimentos originales de la casa que estaban compuestos por ladrillos y losetas de arcilla cruda en los espacios interiores, entre otros materiales, probablemente como piedras de canto rodado en los espacios exteriores, similares a los existentes en otras edificaciones relacionadas con la producción agrícola. En zonas adyacentes a la ruina se encuentra también una pequeña cisterna de agua que probablemente fue utilizada para la actividad agraria desarrollada en ese lugar.
Este espacio forma parte de un proyecto que busca revitalizar la memoria histórica de la localidad, impulsado por el Festival de Historias Insurgentes de Miranda, con el objeto de reconstruir los aportes de la familia Bolívar en la zona.
La población de Capaya
Localizado en el municipio Acevedo del estado Miranda, Capaya es uno de los pueblos más antiguos de la zona de Barlovento. Si bien su fecha fundacional es incierta, su origen se relaciona con las actividades en torno a la producción de cacao. Debido a esto, su población estaba integrada mayormente por quienes podían trabajar la tierra, amalgamando indígenas, esclavos negros, zambos, mulatos libres, mestizos y blancos.
De ello da cuenta el obispo Mariano Martí en 1784 quien, en ocasión de su visita pastoral a la Provincia de Venezuela, ofrece detalles del poblado, de sus haciendas y de la cotidianidad de sus habitantes.
En este sentido, el religioso destaca la gran cantidad de afrodescendientes que habitaban en la población, producto del proceso de introducción de esclavos. De los 1.212 habitantes de ese entonces, 714 eran esclavos y 250 indígenas, mientras que el resto estaba conformado por una minoría de blancos y otros grupos sociales.
Bolívar siempre presente
El proceso de mitificación de Bolívar en Capaya no sólo se relaciona con la historia de su nacimiento. Además, resalta otras referencias, entre ellas su paso por esas tierras en el año 1814, durante la Emigración a Oriente; travesía que realizaron 20 mil personas con el Libertador a la cabeza, durante 20 días desde Caracas a Barcelona, pasando por las montañas del pueblo.
La emigración a Oriente, obra del pintor venezolano Tito Salas
Dicho recorrido, realizado dentro de los linderos de esta población mirandina, permitió a sus pobladores señalar algunos lugares geográficos y evocar momentos históricos puntuales. Por ejemplo, el pueblo El Café fue nombrado de este modo porque allí le ofrecieron al Padre de la Patria una taza de esta bebida; mientras que el barrio Tamarindo asumió ese nombre por el árbol bajo el cual Bolívar descansó junto a sus tropas.
Además, en referencia a la tradición oral que señala que el Libertador nació en Capaya, se destaca El Paredón, donde se pueden divisar los restos de la antigua hacienda Palacios.
La versión oficial
Antigua fachada de la Casa Natal del Libertador ubicada en el casco central de Caracas
De acuerdo a la versión oficial, Simón José Antonio Bolívar Palacios nació el 24 de Julio de 1783 en la conocida como Casa Natal, ubicada en el centro de Caracas, en medio de la calle empedrada que une las esquinas de San Jacinto y Traposos.
Esta construcción que data del siglo XVII, era propiedad de don Pedro de Ponte Andrade Jaspe de Montenegro por el matrimonio de su hija María Petronila Ponte Andrade Jaspe de Montenegro con don Juan Bolívar Villegas. Posteriormente pasó a Don Juan Vicente Bolívar al contraer matrimonio el 1 de diciembre de 1773 con doña María de la Concepción Palacios Blanco, quienes trajeron al mundo a cuatro hijos en este inmueble: María Antonia, Juana, Juan Vicente y Simón.
Luego de la muerte de los padres del Libertador, la casa es deshabitada y posteriormente vendida, pasando por varios usos hasta que, en 1912, fue comprada por el Estado, restaurada y reinaugurada el 5 de Julio de 1921, como Casa Natal del Libertador, con el objetivo de glorificar la obra del hombre que liberó a los pueblos de América, y convertirlo en “un santuario de veneración permanente”, pasando a ser un museo que muestra elementos de su vida.
La pila donde fue bautizado el niño Simón, antes ubicada en la Catedral de Caracas
Con una sola planta, la vivienda construida entre medianeras posee patios interiores rodeados por corredores y habitaciones. En el patio principal se exhibe la pila donde fue bautizado el niño Simón, antes ubicada en la Catedral de Caracas. La casa es una muestra de la arquitectura colonial con muros revestidos de mármol imitando sillería, un portal de piedra coronado por el escudo de los Bolívar, nobles materiales, maderas y mobiliario de época. El decorado incluye pinturas de Tito Salas, Arturo Michelena y Martín Tovar y Tovar.
Con información de Red Patrimonio, Miranda y Revista Memorias
Catálogo del Patrimonio Cultural del Municipio Acevedo, estado Miranda. Instituto del Patrimonio Cultural, Caracas, 2005.
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