Científicos afiliados a la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y la Universidad de Southampton (Reino Unido) descubrieron una isla sumergida, comparable en extensión a Islandia, en el océano Atlántico a más de 1.000 kilómetros de la costa brasileña. Hallazgo que ofrece una nueva visión de los procesos que han moldeado al planeta Tierra a lo largo de millones de años.
Aunque el estudio data del año 2018, fue publicado recientemente en la revista Scientific Reports con el título: Las arcillas rojas indican exposición subelectoral del Río Grande Rise durante el episodio volcánico del Eoceno. Su contenido ha capturado la atención de la comunidad científica, abriendo nuevas líneas de investigación sobre el clima antiguo, la actividad volcánica y el movimiento de las placas tectónicas.
La investigación se realizó a 650 metros de profundidad en Río Grande Rise occidental (WRGR por sus siglas en inglés) o la Elevación de Río Grande, parte de una meseta oceánica exactamente ubicada a 1.200 kilómetros de la costa de Brasil. De acuerdo con lo investigado, una columna de magma ascendente del manto terrestre provocó una intensa actividad volcánica, hace millones de años, lo que provocó el hundimiento de la isla.
Utilizaron tecnologías de observación satelital y exploración submarina
Las arcillas rojas subyacentes indican exposición subaérea de la Elevación del Río Grande durante el episodio volcánico del Eoceno.
El descubrimiento de la isla sumergida en Río Grande Rise occidental fue posible gracias avanzadas tecnologías de observación satelital y exploración submarina. Dos expediciones in situ se desarrollaron para el estudio detallado de la presencia de arcilla roja detectada en la zona. Los científicos utilizaron sumergibles operados a distancia (ROVs) y vehículos autónomos submarinos (AUVs) en la exploración del fondo oceánico.
Los ROVs, equipados con cámaras de alta definición, sensores y herramientas operativas, permiten inspeccionar infraestructuras submarinas y recolectar muestras a profundidades inaccesibles para buzos humanos. Los AUVs, por su parte, pueden mapear grandes áreas del lecho marino de forma autónoma, realizando estudios sedimentológicos y detectando anomalías subacuáticas.
La batología y el dragado a lo largo de la WRGR se llevaron a cabo a bordo del buque de investigación oceanográfica R/V Alpha Crucis, y se recuperaron varias rocas volcánicas incluyendo arcilla roja. La batimetría detallada junto a los sondeos de sonar laterales del fondo marino, se hicieron utilizando el AUV Autosub000. Además, se realizaron reconocimientos de vídeo de alta resolución utilizando el vehículo teledirigido HyBIS, desde la nave nodriza RRS Discovery.
Cartografía mostró presencia de arcillas rojas y rocas volcánicas
Imágenes de retrodispersión (BSE) y mapas elementales de diferentes componentes compositivos y matriz de la arcilla roja..
Tras el mapeo realizado, la cartografía detallada de los escarpes volcánicos (grandes pendientes rocosas que se forman en la superficie terrestre por la actividad volcánica) en Río Grande Rise occidental mostró presencia de arcillas rojas y fragmentos de rocas volcánicas atrapadas entre flujos de lava sucesivos.
En consecuencia, se estudió la composición mineralógica, la geoquímica y las propiedades magnéticas de la arcilla roja, con el fin de entender su origen y significado en la evolución de la región. La evidencia geológica sugiere que este tipo de sedimento, el cual no se forma en el océano sino en condiciones cálidas y húmedas propias de tierra firme, se encontró intercalada entre capas de lava de 44 millones de años (44Ma) de antigüedad.
Los científicos determinaron que el alto índice químico de alteración (CIA) de la arcilla roja (93, en comparación con menos de 50 para la mayoría de las rocas alcalinas) indica un origen en la meteorización extrema de flujos de lava y rocas volcánicas durante el Eoceno (hace entre 56 y 34 millones de años), en un clima cálido-húmedo, antes del hundimiento térmico de Río Grande Rise occidental a su actual profundidad métrica.
Hallazgo de la isla sumergida abre nuevas líneas de investigación
El descubrimiento de la isla sumergida en el Atlántico sur tiene profundas implicaciones para múltiples disciplinas científicas, pues permite abrir nuevas líneas de investigación relacionadas con el clima antiguo, la actividad volcánica y el movimiento de las placas tectónicas.
Pero no solo es un hito científico, también tiene el potencial de influir en las relaciones internacionales y el control de recursos estratégicos. Desde una perspectiva económica, la zona de Río Grande Rise es de considerable interés debido a su riqueza en minerales críticos para la transición energética, como el cobalto, el níquel, el litio y el telurio, así como otras tierras raras.
Si bien su gestión está regida por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, por encontrarse en aguas internacionales, se conoció que el gobierno brasileño ha solicitado una extensión de su plataforma continental para incluirla a la WRGR en ella, lo que ha abierto un debate sobre si esto es posible, más allá del límite de 200 millas náuticas establecido por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
A todo evento, el hallazgo de la isla sumergida en el océano Atlántico subraya la importancia de la investigación oceanográfica continua y la necesidad de marcos legales claros para gestionar los recursos y las reclamaciones territoriales en un mundo donde la geografía está en constante cambio.
Con información de Nature, Mining, Cronista, El Debate y Canal 26
Fotos cortesía de Nature, Todamateria y Wikipedia
No te pierdas
> Descubren montaña submarina de 3109 metros cerca de la costa de Chile
> Descubren que fracturas submarinas dividen placa del Pacífico