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Arturo Michelena, el pintor de la historia

Fue el primer artista plástico en ser reconocido internacionalmente

por Haiman El Troudi
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Arturo Michelena, el pintor de la historia

Arturo Michelena es una figura emblemática del arte venezolano del siglo XIX, sitial que comparte con pintores de la talla de Cristóbal Rojas, Antonio Herrera Toro y Martín Tovar y Tovar. Y es que este artista venezolano plasmó, en sus obras trascendentes, momentos y personalidades de la historia del país y en particular de la épica libertadora.

A lo largo de su prolífica carrera, Michelena dio vida a más de 200 pinturas y unos 500 dibujos, bocetos y estudios, convirtiéndose en un pilar de la tradición artística venezolana y latinoamericana. Esto a pesar de una vida trágicamente corta, pues nació en Valencia el 16 de junio de 1863, y falleció en Caracas el 29 de julio de 1898.

Arturo Michelena, el pintor de la historia

En sus manos cobraron vida imágenes de Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre y el Libertador Simón Bolívar. En su obra, compuesta de retratos y escenas históricas, refleja una fusión única de técnicas europeas con temas locales, una labor que lo llevó al reconocimiento nacional, siendo además el primer venezolano en tener éxito internacional.

Sus pinturas, caracterizadas por su realismo, dominio del claroscuro y capacidad para retratar escenas históricas y costumbristas, sentaron las bases para la pintura criolla posterior, dejando un legado que hoy en día permanece en todos los venezolanos. Cada una de sus obras ofrece una ventana única al pasado y muestra la cultura de la región con emblemáticas creaciones como “El niño enfermo”, “La entrega de la bandera invencible de Numancia al batallón sin nombre” y “Miranda en La Carraca”, las cuales son ampliamente reconocidas y valoradas.

Legado para la historia

Arturo Michelena, el pintor de la historia

El niño enfermo

El impacto de Arturo Michelena en el arte venezolano y latinoamericano sigue siendo palpable. La excepcional habilidad para pintar imágenes conmovedoras y dedicación inquebrantable a su oficio, han dejado un legado de creatividad y pasión, el cual se mantiene como referencia en la historia del arte latinoamericano a pesar de haber sido truncado por una corta vida.

Más que simples representaciones artísticas, sus pinturas constituyen narrativas visuales que transmiten la esencia, los desafíos y las aspiraciones de una importante era en la historia del país.

Michelena fue educado en Venezuela y Europa. Su habilidad en el arte lo llevó a alcanzar el reconocimiento internacional. Su obra “L’Enfant Malade” (El niño enfermo) le valió una medalla de oro en el Salón des Artistes Français en 1887, un logro inusual para un artista extranjero de la época, convirtiéndose así en el primer venezolano reconocido más allá de nuestras fronteras.  Además de su talento artístico,  Arturo Michelena también participó en proyectos culturales y gubernamentales, incluyendo la decoración del Palacio de Miraflores. Su compromiso con la excelencia en su oficio y su contribución a nuestra identidad cultural, lo convierten en una figura respetada y admirada, representativa de lo afirmativo venezolano.

Por estas y más razones se hace necesario honrar la riqueza y complejidad del legado de Michelena como parte de la identidad visual de Latinoamérica. A pesar de su muerte prematura a causa de tuberculosis cuando tenía 35 años, ese legado perdura, manteniéndose como fuente de inspiración y estudio. Sus obras pueden ser admiradas en colecciones y museos en Venezuela y otros países.

Cosa de familia

Arturo Michelena, el pintor de la historia

Estudio para Matanza de los inocentes.

Francisco Arturo Michelena Castillo, o Arturo Michelena como es conocido, nació en la ciudad de Valencia, estado Carabobo el 16 de junio de 1863 y falleció en Caracas el 29 de julio de 1898. Su padre fue Juan Antonio Michelena, también pintor y su principal maestro en la infancia. Además, su madre, Socorro Castillo, era hija de Pedro Castillo, retratista y autor de los murales de la casa de José Antonio Páez en Valencia. Estudió primaria en el colegio regentado en Valencia por Alejo Zuloaga.

Desde muy niño manifestó excepcionales dones para el dibujo y la pintura por lo que, cuando tenía 14 años de edad, se le encomendó realizar todas las ilustraciones de un libro. Así, en 1874 hizo los dibujos para la edición neoyorquina de Costumbres venezolanas, de Francisco de Sales Pérez, quien le toma gran cariño al niño y se convierte en su protector, presentándolo en el círculo de amigos de Antonio Guzmán Blanco con la intención de gestionarle una pensión de estudios.

Entre 1879 y 1882 transcurre un período de aprendizaje durante el cual Michelena, asociado a su padre, abre una Academia de Arte en Valencia para satisfacer encargos de retratos. Resaltan entre sus primeras creaciones: “Cupido Dormido”, “La rosa”, “Brayan Triana” y “En tus brazos”, “Judit y Holofernes” y “Un rayo de luz”. Más tarde recibe lecciones de una dama francesa, Constanza de Sauvage, discípula del pintor francés Eugenio Deveria, quien le enseña a mejorar la distribución de colores, a aprovechar mejor la luz y le imprime algunos conocimientos técnicos.

Primeros reconocimientos y desarrollo

Arturo Michelena, el pintor de la historia

Estudio para retrato ecuestre de Bolívar.

Pinturas murales, copias de cuadros antiguos, retratos infantiles y una abundante producción de dibujos prepararon al joven pintor para concurrir, con éxito, al Salón del Centenario del Natalicio de El Libertador Simón Bolívar, que se celebró en Caracas, y al que envió su primer lienzo importante “La entrega de la bandera al batallón sin nombre” (1883), obra con la que obtuvo el Segundo Premio.

En el año 1885 le ofrecen una beca y parte a París en compañía de Martín Tovar y Tovar para inscribirse en la Academia Julián, donde ya figuran Emilio Boggio y Cristóbal Rojas. Allí es instruido por Jean Paul Laurens, afamado artista que jugó un gran papel en su educación. Gracias a sus recomendaciones, Arturo Michelena se prepara adecuadamente y envía al salón de 1887 un lienzo impactante “El niño enfermo”, con el que gana Medalla de Segunda Clase y reconocimiento Hors concours, máxima distinción que en el salón se le otorga a un artista extranjero. Fue el primer pintor venezolano en tener éxito en el exterior. Junto a Cristóbal Rojas y Martín Tovar y Tovar conforma el grupo de los grandes pintores del siglo XIX.

Arturo Michelena, el pintor de la historia

Asesinato de Sucre en Berruecos,1895.

“El niño enfermo” rápidamente considerada una obra de arte fue adquirida por Astors, en Nueva York, a finales del siglo XIX. En el 2004 Sotheby’s vendió esta pieza por 1.350.000 dólares, un récord para una pintura latinoamericana.

Durante un segundo periodo (1885 – 1889), Michelena adopta el realismo oficial y un ambicioso propósito de ambientación documental y arquitectónica de los asuntos narrados, ya sean escenas de género o episodios históricos. Pinta entonces: “Una visita electoral” (1886), “La caridad” (1887), “La joven madre” y “Carlota Corday” (1889), por el cual le otorgaron una Medalla de Oro en la Exposición Universal de París en 1889.

Tercer periodo de su carrera

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Miranda en la Carraca.

Michelena regresó inesperadamente a Venezuela en 1889 y fue recibido con muestras de júbilo. Luego de una temporada de éxito social en Caracas, se casa con Lastenia Tello Mendoza y retorna a París. A su elocuencia narrativa, une ahora mayor destreza para el dibujo, así como resolución en el uso del color y en la captación del movimiento natural. Asimismo, en su obra aparecen ciertas notas impresionistas y cierta inclinación religiosa

La segunda estancia en París de Arturo Michelena constituye el tercer periodo de su carrera, en el que pinta obras como “La vara rota” y “Pentesilea”. Contrajo tuberculosis y regresa al país por consejo médico en 1890. El éxito le espera en Caracas donde realiza un lienzo en honor a José Antonio Paéz, primer presidente venezolano. Se hace retratista de moda y pintor oficial, siendo objeto de toda clase de agasajos.

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Sin embargo, su salud, cada vez más resentida, apenas le permite dedicarse a obras ambiciosas como “Miranda en la Carraca” (1896), óleo sobre tela que refleja los últimos días del prócer preso en el Arsenal de La Carraca en San Fernando, Cádiz, en donde murió en 1816.

Entre sus últimas pinturas están “Asesinato de Sucre en Berruecos” (1895), el “Descendimiento” (1897) y “La última cena” (1898). Lamentablemente, varias de sus pinturas quedaron inconclusas tras su muerte en 1898. Las obras en que hubiera podido demostrar sus virtudes fueron aplazadas ante la urgencia de los encargos, en medio de una copiosa pero interrumpida producción de bocetos y apuntes que revelan que Michelena fue uno de los mayores dibujantes de Venezuela. Sus restos fueron sepultados en el Panteón Nacional el 29 de julio de 1948.

Aspectos no tan conocidos de Arturo Michelena

Hacia el final de su vida, Arturo Michelena, quien siempre había tenido una pasión especial por los animales y se ve reflejada en algunas de sus pinturas, se apasionó por el hipismo. El pintor incluso adquirió una yegua a la que llamó “Calista”.

La potra participó en varias carreras en el Hipódromo de Sabana Grande, inaugurado el 1° de marzo de 1896, durante el mandato del general Joaquín Crespo. En una de estas contiendas venció al caballo “El Venezolano”, propiedad de Cipriano Castro.

Arturo Michelena, el pintor de la historia

Michelena también disfrutaba de la lectura, encontrando tiempo dentro de su quehacer pictórico para ilustrar encargos editoriales, como los dramas Hernani y Lucrecia Borgia del escritor francés Víctor Hugo, en 1890.

Una edificación levantada a finales del siglo XIX en la caraqueña parroquia La Pastora alberga el Museo Arturo Michelena. Fue construida por Francisco Arturo Michelena Castillo y su padre como taller para la realización de obras de gran formato y la enseñanza del arte.

Esta institución cultural, declarada Monumento Histórico Nacional el 31 de marzo de 1977, alberga una importante colección de las obras, objetos, piezas y documentos legados por su viuda Lastenia Tello de Michelena, como parte del legado aún vivo de este pintor de la historia de Venezuela.

 

Con información de Arte Informado, Pintores de Venezuela, Linkgua Ediciones, Biblioteca de la Fundación Empresas Polar y Wikiart


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