La centenaria devoción del pueblo de San Javier, estado Yaracuy, al Niño de los Cachitos nace luego que una lavandera se topara, en una quebrada cercana a la comunidad rural, con la peculiar imagen del niño Jesús de Nazaret con tres rayitos de oro en la parte posterior de su cabeza.
De acuerdo a la tradición oral, transmitida de generación en generación, el nombre de esta advocación del hijo de Dios está relacionado con el sonido que emiten los cachos o cuernos de ganado cuando se soplan, escuchado por los pobladores al amanecer y atardecer durante muchos días, lo que motivó a la mujer a buscar en las aguas la explicación del misterio. También con la forma de los tres haces de rayos que el niño lleva en su cabecita.
El homenaje y celebración del Niño de los Cachitos se lleva a cabo cada 25 de diciembre, pero también el 2 de este mes como parte de las Fiestas Patronales de San Javier, en honor a su patrono Francisco Javier.
Patrimonio Cultural de Yaracuy, el niño es festejado con rezos, cantos propios de las festividades navideñas y alabanzas; además de obsequiado con dulces típicos de la entidad y algunas preparaciones saladas que también disfrutan los miembros de la comunidad.
La leyenda del Niño de los Cachitos
Cuenta la tradición oral que, aunque se acostumbraba a tocar los cachos o cuernos para alertar a la población sobre algún peligro o convocar a una reunión, en una ocasión se escuchó el sonido continuo como infinito proveniente de un cacho de venado.
Este sonido fue escuchado durante muchísimos días tanto al amanecer como cuando el sol declinaba en la tarde. Éste se repetía en diferentes direcciones y jamás se vio persona alguna tocando el o los cachos. Un día una lavandera, a quien se le erizaba la piel cada vez que escuchaba el silbido del cacho de venado y sentía un nudo en la garganta por lo que terminaba haciendo la señal de la cruz, decidió a resolver el misterio y se encomendó a Dios, pero no lo consiguió de inmediato.
Un día, luego de terminar de lavar, se armó de paciencia, se recogió la larga falda, se quitó las alpargatas y se adentró en el agua para sentarse sobre una piedra en el centro de la corriente. Allí prendió un tabaco y lo fumó con la candela hacia dentro. Rezaba, entre chupada y chupada, mientras sus pies descalzos jugaban con la corriente. “De pronto sintió que algo se interponía entre sus pies y la piedra. Intrigada se inclinó para ver mejor y un rayo de sol rojizo iluminó un cuerpo brillante, lo sacó del agua, era la imagen del Niño Jesús”. La secó con su ropa y regresó al poblado mostrando su hermoso tesoro llena de júbilo.
En el sitio donde hallaron al Niño de los Cachitos, llamado El Chorrito, levantaron una cruz en recuerdo a este acontecimiento.
Tres haces de rayos dorados
La imagen sagrada tenía en la parte posterior de la cabeza tres haces de rayos elaborados en oro, llamados potencia, la gente pensó que eran parecidos a unos cachitos. Por esa razón y por el sonido infinito de cacho de venado que llevó a su encuentro fue bautizado Niño de los Cachitos. La imagen fue recibida en la iglesia del poblado de San Javier donde empezó a venerarse.
El Niño, ubicado en el lado derecho de la iglesia, es una talla de madera, ensamblada y policromada. Se encuentra en posición sedente con la cabeza ladeada a la izquierda. Su cabello castaño claro es ondulado, ojos vidriados castaño oscuro, nariz grande, labios color rosa, piernas flexionadas, pie derecho apoyado y el izquierdo algo alzado.
Tiene una ficha con la siguiente inscripción “Niño de los Cachitos. Niño venerado desde Las Tinajas 1752 XX. Niño de los Cachitos por su coronita y los cachitos que tocaban en romerías”.
La romería y el velorio
Los preparativos para Romería y el Velorio Niño de los Cachitos inician un día antes. El día de la fiesta, 2 y 25 de diciembre, se reúnen en la iglesia de los cultores, cantores y los habitantes de San Javier para sacar la imagen.
Delante de la procesión van los tocadores de los cachos de ganado convocando a los devotos a acompañar al Niño en el recorrido por las calles de la comunidad de San Javier, que termina en una casa de uno de los habitantes. Allí se lleva a cabo una ceremonia de reconocimiento, tras la cual se coloca en un altar donde es celebrado con rezos y cantos, y se besa la imagen.
En la romería participan los cultores de la manifestación, el grupo de cantores, devotos, creyentes y algunos que están pagando promesas. El niño en su nicho es en su brazo por el allero, y al lado o va quien el cofre para recibir las ofrendas que a bien tengan darle.
Una vez finalizada la parte religiosa a la 12:00 m cuando se canta la salve, continúa con la celebración con parrandas y aguinaldos hasta las 6:00 am cuando el Niño de los Cachitos es llevado nuevamente a la Iglesia de San Francisco Javier.
Solo los hombres cantan
En esta manifestación cultural son los hombres exclusivamente quienes cantan las décimas. Conforman dúos en números variados y entonan versos o cuartetos alusivos a la imagen del niño redentor.
En el medio viene / el niño Jesús / trayendo en sus sienes / rayitos de luz. / Tocando los cachos / salimos ayer / visitando pueblos / desde San Javier. / Todos muy contentos / van a saludar / al divino niño / que está en el altar. / Vamos a Belén / en gran romería /cantándole al niño / con gran alegría.
Los instrumentos acompañantes son el cuatro, la guitarra, las maracas, la tambora y el chinesco, característico de esta fiesta religiosa y popular. El chinesco se elabora con un palo de 1,98 cm de largo, en la parte superior se coloca una madera de forma cuadrada en cuya superficie se ubican recortes de lata, con forma de media luna, sujetados con más trozos de lata de 2 cm cuadrados y cintas de múltiples colores. Una vez listo, si los cultores colocan el chinesco o sonajero cerca del piso reproduce sonidos variados.
Se presume que llegó a Venezuela, con los intercambios de mercancía realizados en épocas pasadas. Hoy los devotos del Niño de los Cachitos y hacedores de este peculiar objeto, se esfuerzan por transmitir su elaboración de una generación a otra y darlo a conocer a la comunidad de San Javier, a nivel local, regional y nacional.
Con información de Catálogo de Patrimonio Cultural Municipios San Felipe e Independencia del estado Yaracuy, Yaracultura I, Yaracultura II, Yacultura III y Orinoco Padre Río
Fotos cortesía de Yaracultura y Centro de la Diversidad Cultural
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