La noción de desarrollo humano integral supone la adopción de procesos de protagonismos crecientes en la población, y traza un rumbo sobre lo que ha de ser el papel del Estado, en el fomento de una democracia real con participación y protagonismo de la gente.
El desarrollo humano integral implica un concepto de desarrollo eminentemente ecológico a partir del cual, valorar qué acciones resultan positivas o negativas, teniendo muy en cuenta que la tecnología usada, debe adaptarse a estos criterios de valoración para garantizar la sustentabilidad de los recursos naturales para el futuro.
Es el pilar de atención de la causa medioambiental, la promoción y despliegue del concepto de desarrollo desde una perspectiva económica, supeditado a la esfera de lo material y a la generación de mercancías,
¿Desarrollo humano sin inclusión?
La lógica de la acumulación comporta inexorablemente impactos al ecosistema, particularmente por su afán extractivista e inclusive, en el plano bursátil de las criptomonedas, dependientes de formas primarias de minería informatizada que demanda ingentes recursos energéticos.
Millones de personas en el mundo sin acceso a energía eléctrica, observan pasmados cómo la ambición material emplea centenares de megavatios en procesamientos de códigos y algoritmos computacionales para generar moneda artificial en manos de unos pocos.
Este tipo de derroche e inútil desgaste ambiental ocurre ante la mirada condescendiente de las regulaciones nacionales y mundiales, ya que se le asocia al libre emprendimiento. Las mismas nomenclaturas oficiales que aúpan y valoran el desarrollo medido con índices, que cuantifican capacidades productivas e industrializantes de un territorio-nación y sus emprendimientos.
Si las cotas macroeconómicas asociadas al PIB, reservas internacionales, inflación, desempleo, tasa de interés, etc., están en los límites convencionalmente aceptables, entonces el Estado nación satisface las expectativas de su desarrollo. No importa que sus habitantes estén sumidos en miseria y exclusión y menos, que la biósfera se degrade; tal es el caso de los países mal llamados del “tercer mundo”.
Con base a ese concepto, las empresas cierran filas a la lógica de la máxima rentabilidad corporativa. Sus compromisos sociales se transfiguran en la noción del desarrollo nacional, para el que es preciso optimizar procesos y multiplicar utilidades. Es decir, su pensamiento se centra en la productividad como aporte al desarrollo económico, “que trae consigo prosperidad para todos”, no así para el ambiente.
De lo individual a lo colectivo
Para las causas emergentes de bienestar social y ambiental conjugados armónicamente, el desarrollo se refiere a un modelo donde el ser humano y su entorno satisface necesidades calificables y universales.
A decir de Max Neef , en el caso de las necesidades humanas referidas a la satisfacción de las necesidades fundamentales, la generación de niveles crecientes de autodependencia y la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la sociedad civil con el Estado (…) *[1]
El desarrollo humano integral es un proceso de innovación y hallazgos colectivos, de crecimiento, de humanización, de conquista de libertades, igualdades, justicia y amor al prójimo; representa el esfuerzo de los hombres y las mujeres por descubrirse a sí mismos a través de la inteligencia, el fortalecimiento de la voluntad y la conciencia social. Expresa un perfil de ser humano que encarna convicciones y creencias, funcionales a un ideal de sociedad, y que integra la conducta colectiva, el comportamiento humano social y de valores deseables.
Visto desde el aspecto integral, el desarrollo humano se basa en una perspectiva humanista, crítica y emancipadora: el hombre y la mujer pensados en su conjunto armónico, como la base y centro de toda acción social. Transformación y emancipación en el contexto de la inserción o inclusión para la construcción de personas integrales y de sociedades democráticas y solidarias.
Solo cuando se haya producido lo requerido socialmente, se asumen agendas de generación de excedentes, todo ello mediante la constitución de grupos, comunidades y organizaciones con capacidad para forjarse su autodependencia en el ámbito del micro-espacio. Es decir, que dichos excedentes vendrán determinados por los recursos de un territorio dado y las decisiones que tome sobre ellos la población que vive allí, partiendo de que dichas decisiones no sean discriminatorias ni excluyentes.
[1] * Manfred Max Neef, Desarrollo a escala humana, Barcelona, Icaria, 1994.
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Excelente recopilacion que opaca la egoista e intencionalmente limitada conceptualizacion de desarrollo humano integral por una con PERSPECTIVA HUMANISTA, CRITICA Y EMANCIPADORA, definiendolo en un proceso de innovacion y hallazgos colectivos, conquista de libertades, igualdades, justicia y amor al projimo.
[…] se sabe, la transición hacia un umbral de amplio bienestar social y económico de la población, no depende exclusivamente de la demografía sino, además, de otros […]
[…] > Desarrollo humano integral o ecodesarrollo humano integral […]
Interesante la explicación e impactante la aclaratoria con el derroche de energía para generar monedas virtuales….