Identidad, tradición, herencia, palabras que surgen al pensar en el patrimonio cultural venezolano. Las edificaciones más relevantes para la historia, los personajes y sus creaciones, las manifestaciones y bailes tradicionales, recetas de cocina y costumbres forman parte de él.
Desde esa perspectiva pareciera que todo es patrimonio cultural, y en cierta forma es así. El patrimonio cultural es el sustento de nuestra identidad. Es la referencia a nuestros orígenes, a las luchas de nuestros antepasados y al hacer del pueblo día a día, a nuestra historia. Es todo aquello que nos caracteriza y forma parte de lo afirmativo venezolano.
Cada 28 de marzo se celebra en el país el Día Nacional del Patrimonio Cultural en honor al natalicio del Generalísimo Francisco de Miranda, pionero en el resguardo de la identidad nacional.
Y qué mejor forma de honrar nuestro patrimonio cultural que conocer todo acerca de éste.
¿Qué es el patrimonio cultural?
El patrimonio cultural venezolano está constituido por bienes de diversas características tanto materiales como inmateriales. Desde un punto de vista individual, se asocia a sentimientos y emociones, y representa valores que pasan de generación en generación.
Investigadores coinciden en señalar que se concibe como una muestra significativa de bienes que marcaron la historia de un lugar, y representan los hechos o ideas de un momento determinado. Algunos de ellos hacen énfasis en la relación íntima entre el patrimonio cultural y la identidad como una manera de reconocimiento propio de las sociedades. Mientras que otros autores otorgan más valor a los elementos técnicos de los bienes.
La Ley Orgánica de Cultura (2014) señala que el patrimonio cultural “es el conjunto de bienes y manifestaciones materiales, inmateriales y de la naturaleza heredados y contemporáneos que producto de la actividad humana y sincretismo histórico se entienden y reconocen como resultado o testimonio significativo de la identidad cultural venezolana”. Por otra parte, la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993) indica que “… está constituido por los bienes de interés cultural así declarados que se encuentren en el territorio nacional o que ingresen a él quien quiera que sea su propietario”.
¿Qué conforma el patrimonio cultural?
El espectro de bienes que conforman el patrimonio cultural venezolano es muy amplio y no se limita a monumentos, paisajes, lugares y objetos, pues incluye tanto bienes tangibles como intangibles. Comprende también expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza; así como saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.
Como lo indica el marco legal, el patrimonio cultural venezolano incluye (pero no se limita) a bienes muebles e inmuebles, poblaciones, sitios, centros históricos y ciudades, con valores tradicionales, naturales, históricos, ambientales, artísticos, arquitectónicos o arqueológicos, y con significación para la memoria urbana.
También contiene los testimonios históricos y el patrimonio vivo del país: sus costumbres, tradiciones culturales, vivencias, manifestaciones musicales, lengua, ritos y creencias, obras culturales y estatuaria monumental.
De igual forma se incluye el patrimonio documental y bibliográfico, los objetos y documentos de personajes de singular importancia en la historia, así como las creaciones culturales transcendentes, el entorno ambiental o paisajístico, el patrimonio arqueológico y paleontológico, y cualquier otro bien de interés cultural que amerite ser declarado así.
Primeros pasos
En los primeros tiempos, la actuación del Estado venezolano en torno a la conservación del patrimonio cultural estuvo marcada por la creación de monumentos, la identificación de objetos y monumentos con eventos históricos, y su conservación.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, se comenzaron a intervenir edificaciones para dedicarlas al culto de los héroes que se pensaba constituían el emblema de la nacionalidad. Para ello se inauguraron obras públicas en coincidencia con fechas asociadas a la vida de Simón Bolívar.
Junto a estas intervenciones aparecieron las primeras legislaciones relacionadas con la conservación del patrimonio: el Decreto de Protección de Documentos Oficiales y Objetos Históricos, en 1917, y la Ley de Protección y Conservación de Antigüedades y Obras Artísticas de la Nación y de Archivos Nacionales en 1945. Esta última establecía las atribuciones de la Junta Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación.
Predominó, en estas primeras acciones sobre el patrimonio cultural venezolano, la concepción según la cual el patrimonio histórico y artístico existe como tal, y la misión del Estado es su identificación y preservación.
Marco legal venezolano
La noción de patrimonio cultural, en contraposición al viejo concepto de patrimonio histórico y artístico, fue introducida en la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993).
Como cada país se encarga de establecer su definición de patrimonio cultural a través de leyes, normativas e instituciones, la concepción que cada Estado tiene de ese patrimonio determina las políticas para la protección, investigación, difusión y educación del patrimonio cultural.
En el caso venezolano, el patrimonio cultural es considerado tal por el hecho de ser reconocido por los pueblos y comunidades, y el Estado, en representación de los intereses de la Nación y consustanciado con la democracia participativa, lo asume y le brinda protección y defensa jurídica.
El Instituto del Patrimonio Cultural, ente rector de Venezuela en la materia, tiene la potestad, atribuida por la ley, de realizar las declaratorias de los bienes que integran el patrimonio cultural venezolano. Es decir, define cuál es el conjunto de bienes, tangibles e intangibles, que constituyen la memoria histórica y los referentes culturales del país.
Un nuevo camino
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), abrió nuevas expectativas en torno a la posibilidad de desarrollar una nueva política acerca de la identificación y conservación del patrimonio cultural venezolano. El texto legal incluye referencias explícitas al papel del patrimonio cultural en un proyecto de refundación de la República. Ya desde el Preámbulo se expresa la necesidad de establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural.
Le otorga al Estado la obligación de garantizar la protección, preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histórica de la Nación, siendo inalienables, imprescriptibles e inembargables los bienes que constituyen el patrimonio cultural. Además, reconoce la interculturalidad, la igualdad de las culturas y la atención para las culturas populares constitutivas de la nacionalidad.
Por otro lado, la Carta Magna no solo reconoce la existencia de los pueblos indígenas, sino señala a sus idiomas como patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad. De la misma forma, establece el derecho de los pueblos originarios al mantenimiento y desarrollo de su identidad étnica y cultural, la protección de sus conocimientos colectivos, bienes materiales y del patrimonio arqueológico.
Sirven también como referentes en el tema de patrimonio cultural, otras leyes recientes como la de los Consejos Comunales (2006), la de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas (2001) y la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (2005).
I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano
El I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano iniciado, en 2005, por el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) constituye un esfuerzo por identificar el patrimonio cultural venezolano desde la perspectiva de las comunidades. Para ello se diseñó una estrategia organizativa que tuvo como base el nivel municipal, mediante unos empadronadores, quienes, como cualquier censo, hicieron el registro de los objetos, lo construido, la creación individual, tradición oral y manifestaciones colectivas, utilizando fichas como instrumentos para la recolección de la información
Posteriormente, se declararon Bienes de interés cultural las manifestaciones tangibles e intangibles registradas en el censo, lo que les otorgó un nivel inicial de protección legal. Además, los resultados del censo fueron publicados en más de 100 catálogos que se distribuyeron en bibliotecas, escuelas e instituciones de los propios municipios.
Culminado el Censo, se organizó el Registro del Patrimonio Cultural de Venezuela (RPC), instrumento formal de registro del patrimonio cultural. Por medio de éste se está creando un documento de identidad, único y de validez nacional, para los bienes patrimoniales de Venezuela.
Considerando la necesidad de generar procesos permanentes de identificación del patrimonio cultural, con herramientas para que el pueblo participe en la identificación y preservación de los elementos del acervo cultural, actualmente la Asamblea Nacional está realizando una consulta pública orientada a reformar la Ley de Protección al Patrimonio Cultural.
Referentes internacionales
Desde principios del siglo XX los especialistas en conservación de monumentos y obras de arte, establecieron criterios para la protección del patrimonio arquitectónico y obras de arte a través de Cartas Internacionales como la Carta de Atenas (1931) y la Carta de Venecia (1964), entre otras.
Tras la devastación y saqueo del patrimonio cultural en Europa durante la II Guerra Mundial, se crearon organismos internacionales para el reconocimiento y protección de los bienes culturales y naturales tales como la Unesco (1945), ICOM (1946), IUCN (1948), ICROM (1956), e Icomos (1965). Estas instituciones han establecido normativas y convenciones que dan forma a la legislación internacional del patrimonio cultural, entre ellas la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, Unesco (1972), adoptada por el Estado venezolano en 1990, y la Convención para Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial, adoptada por el Estado venezolano en 2007.
Es importante recordar que en Venezuela las convenciones adoptadas por el Estado y ratificadas por la Asamblea Nacional, forman parte de la legislación nacional. Por lo tanto, integran el marco legal del patrimonio cultural venezolano.
En honor a Francisco de Miranda
Desde el 2004, cada 28 de marzo se celebra el Día Nacional del Patrimonio Cultural, como forma de exaltar el conocimiento, protección, puesta en valor y uso social del patrimonio cultural. La fecha fue escogida en honor al natalicio de Sebastián Francisco de Miranda, en reconocimiento a su interés por preservar la memoria histórica de nuestros pueblos.
Por muchos años Miranda se dedicó a organizar un archivo personal con libros y documentos, con el propósito de legar a la posteridad sus ideales de libertad, igualdad y justicia social, a través de la conservación de la memoria documental. El archivo tiene 63 volúmenes, organizados por el propio Miranda en tres secciones: Viajes, Revolución Francesa y Negociaciones. Además, se conservan siete cartas que escribió el arquitecto Antoine Quatremère de Quincy a Miranda, conocidas como Cartas a Miranda. La necesidad de conservar in situ al patrimonio cultural, la preservación de los sitios históricos, la repatriación del patrimonio expoliado y la mercantilización del arte, fueron temas de interés tratados en las epístolas.
Ya desde 1805 Miranda había establecido en su testamento que sus papeles y manuscritos fuesen enviados a Caracas y colocados en los archivos de la ciudad, cuando Venezuela fuese independiente, para testificar “el amor sincero de un fiel ciudadano y los esfuerzos constantes que tengo practicados por el bien público de mis amados compatriotas”.
Lamentablemente, cuando el más universal de los héroes americanos fue a prisión, sus documentos terminaron en Londres, bajo custodia de lord Bathurst, ministro inglés para las colonias.
El historiador Caracciolo Parra Pérez adelantó, en 1926, las gestiones que permitieron su adquisición por el Estado venezolano. Desde ese momento, el archivo estuvo bajo la custodia de la Academia Nacional de la Historia como parte del patrimonio cultural venezolano. En el 2007 el Archivo de Miranda fue registrado por la Unesco en la Memoria del Mundo.
Con información de ILAM Patrimonio, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, Cultureando en Barinas, IAM Venezuela y Unesco
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1 comentario
Ofrezco un comentario resumido sobre el patrimonio cultural venezolano:
El patrimonio cultural venezolano es una rica y diversa expresión de la historia, tradiciones y creatividad de su pueblo. Desde majestuosas construcciones coloniales hasta expresiones culturales ancestrales, Venezuela posee un legado invaluable que refleja la mezcla de influencias indígenas, europeas y africanas.
Algunos aspectos destacados de este patrimonio son:
Diversidad de expresiones culturales: Desde la música y la danza hasta las artesanías y las festividades, cada región de Venezuela tiene sus propias manifestaciones culturales únicas.
Patrimonio material: Incluye monumentos históricos, sitios arqueológicos, ciudades coloniales, y una gran variedad de obras de arte.
Patrimonio inmaterial: Abarca tradiciones orales, conocimientos ancestrales, rituales, fiestas y expresiones artísticas como los Diablos Danzantes de Yare, reconocidos por la UNESCO.
Patrimonio natural: Paisajes naturales de excepcional belleza, como el Parque Nacional Canaima, que contribuyen a la identidad cultural y al desarrollo sostenible del país.