Con los nombres indígenas de Chaguaramo o Mapora, se conoce en nuestro país a un tipo de palma autóctona de gran altura y belleza que es símbolo de la flora venezolana en el estado Yaracuy.
Alto, majestuoso e imponente son algunos de los calificativos para caracterizar a esta especie, también llamada Palma Real venezolana, nombre que deviene de un pasado ligado a la nobleza colonial.
A pesar de haber sido adoptado por Yaracuy como su árbol emblemático, éste puede ser encontrado de forma natural en los estados Portuguesa, Barinas, Cojedes, Monagas, Sucre, Bolívar, Táchira y Miranda.
El Roystonea oleracea, su nombre científico, es un tipo de palmera originaria de las Antillas Menores y el Norte de Suramérica que pertenece a la familia Arecaceae de la cual forman parte el cocotero, la palma de aceite, el palmito, entre otros.
Una corona de plumas
Dueño de una fuerte y sólida estructura para soportar los embates del viento, el Chaguaramo es la segunda palma de mayor tamaño, después de la Palma de Cera y puede llegar a medir entre 20 y 40 metros de altura.
Sus raíces de hasta seis metros de largo, son gruesas y ramificadas. Surgen de la parte inferior de su tallo y se insertan profundamente en la tierra, por lo que al ser trasplantadas pueden perder hasta el 70% de su soporte.
Su tallo de color gris presenta formas variadas o con ensanchamientos a alturas diferentes. A lo largo de su estructura pueden observarse marcas regulares en forma de anillos que dan cuenta de las hojas que se le han caído.
De largas hojas compuestas, los miembros de esta especie se alzan como saetas en forma de espiral agrupándose como una corona en la copa. Sus hojas de 5 a 6 metros de longitud, delgadas y ondeadas en la punta, se elevan al cielo como las plumas de un penacho.
Sus flores pequeñas de un blanco amarillento comienzan a surgir luego de los 18 años. Son unisexuales, se dan en la misma planta pero separadas. Son polinizadas por el pegón y la abeja. Sus frutos son ovalados y verdosos al principio, pero marrones o rojos cuando maduran. Florece y fructifica durante todo el año.
Del ornamento a otros usos
El Chaguaramo es cultivado fundamentalmente para uso ornamental, sin embargo, algunas de sus partes tienen variados usos. El tronco y las ramas son usados por los campesinos para construir sus viviendas.
Las hojas, cuando están tiernas, se destinan para la elaboración de encurtidos. Su fruto, llamado palmiche, es una excelente opción para alimentar al ganado porcino, mientras que el aceite que éste destila puede ser usado para elaborar jabón.
En algunos países como Cuba, la raíz del Chaguaramo tiene usos medicinales. Es empleado como diurético para expulsar los cálculos renales y en el tratamiento de la diabetes, por su alto contenido de emolientes.
Poema al Chaguaramo
Alfonso García Ceballos, inspirado en esta palma escribió un poema llamado Árboles de mi patria en el que ensalza las virtudes del Chaguaramo:
Con nombre de Chaguarama,
Como penachos, mi rama
Se eleva por donde quiera.
Aquí soy la mensajera
De Yaracuy que me envía;
Protesto la acción impía
Del hombre que nos destruye,
Su indolencia contribuye
A destruirnos cada día.
Símbolo de realeza
Durante la época de la colonia, según el biólogo y botánico Jesús Hoyos, solo los llamados “nobles” tenían el privilegio de sembrar dos ejemplares de esta especie en el patio, jardín o en la entrada de sus casas, ya que los Chaguaramos eran considerados símbolos de la realeza.
Es así como en muchos lugares y casas coloniales que pertenecieron a importantes personajes de nuestra historia con un cierto rango social, se pueden observar aún, algunos chaguaramos.
Tales son los casos de la Quinta Anauco en Caracas y las Minas de Aroa en Yaracuy, espacios que pertenecieron al Marqués del Toro y Simón Bolívar, respectivamente.
Emblema del paisajismo venezolano
La elegancia y el porte regio del Chaguaramo lo han convertido en un ejemplar emblemático del paisajismo venezolano. Esta planta tiene un lugar destacado en los principales parques, plazas y avenidas de nuestro país.
Afamados arquitectos como Carlos Raúl Villanueva y el brasileño Roberto Burle Marx, recurrían a esta palma como elemento ornamental para imprimirle un sello tropical a sus proyectos. Pasearse por la UCV o por el Parque del Este, es disfrutar del inmenso atractivo visual que sus diseños ofrecen al espectador.
También en la escultura ha sido homenajeado, ya que forma parte del monumento conocido como La India, ubicado en El Paraíso. Esta obra del escultor maturinés Eloy Palacios, fue diseñada como parte del Monumento a la Batalla de Carabobo y refleja a una mujer que se alza por encima de la copa de un Chaguaramo.
Ya sea utilizado en alineaciones en las que asemejan guardianes custodios de la entrada de alguna antigua hacienda, o como elemento ornamental de nuestros espacios cotidianos, es indiscutible que el Chaguaramo es considerado un símbolo vegetal de nuestra Venezuela.
Con información de Árboles nuestros, Diversidad Biológica, Árboles emblemáticos de Venezuela y Ciudad Verde
No te pierdas
> Árboles emblemáticos de Venezuela
> El caprichoso y versátil Cují yaque