Una capa de roca parcialmente fundida que se encuentra a 161 kilómetros (100 millas) de la superficie de la Tierra, fue revelada por primera vez en un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas en Austin.
De acuerdo a los científicos, esta nueva capa es parte de la astenósfera que se ubica debajo de las placas tectónicas de la Tierra, en el manto superior. La importancia de la astenósfera radica en que forma un límite relativamente suave que permite a las placas tectónicas moverse a través del manto.
La corteza terrestre es la capa más externa de nuestro planeta, en la que vivimos, y debajo de ella se encuentran el manto, el núcleo externo y el núcleo interno. Tanto los continentes como los océanos del mundo se asientan sobre las placas tectónicas, que son bloques en movimiento constante que forman zonas de convergencia y, a la vez, zonas de divergencia. Es decir que pueden coalicionar o separarse.
Este descubrimiento podría ayudar a comprender más sobre los movimientos de las placas tectónicas de la Tierra, un debate de larga data.
¿Una anomalía?
La búsqueda de una nueva capa en el interior de la Tierra surgió luego que los investigadores observaran signos de esta roca parcialmente fundida debajo de la corteza terrestre, mientras estudiaban imágenes sísmicas y pensaron que era una anomalía.
Intrigado por este hecho, Junlin Hua, candidato a doctorado en sismología de la Escuela de Geociencias Jackson de Universidad de Texas y autor principal del trabajo, compiló más de 700 imágenes de diversas estaciones sísmicas con las cuales obtuvo un mapa global de la astenósfera.
Esto evidenció al equipo científico que lo que habían tomado como una anomalía tenía una presencia más amplia en todo el mundo: La roca parcialmente fundida apareció en las lecturas sísmicas de las áreas donde la astenósfera alcanzó sus temperaturas más altas, alrededor de 2640 grados Fahrenheit (1450 grados Celsius). También reveló otro hecho que sorprendió a los científicos.
Al comparar el mapa de fusión con las mediciones sísmicas del movimiento tectónico, no se encontró ninguna correlación, a pesar de que la capa de fusión abarcaba casi la mitad de la Tierra.
¿Tiene influencia en las placas tectónicas?
Si bien las causas de la suavidad de la astenósfera aún no están totalmente comprendidas por la ciencia y se pensaba anteriormente que las rocas fundidas podrían ser un factor, esta investigación muestra, de hecho, que el derretimiento, no parece influir notablemente en el flujo de las rocas del manto.
Al respecto Junlin Hua afirma: “Cuando pensamos en algo que se derrite, intuitivamente pensamos que el derretimiento debe jugar un papel importante en la viscosidad del material. Pero lo que encontramos es que incluso cuando la fracción derretida es bastante alta, su efecto sobre el flujo del manto es muy pequeño».
Según la investigación, en el manto la convección o la transferencia de calor, tiene lugar a medida que el material menos denso y caliente asciende y el material más denso y más frío se hunde, por lo que la presencia de rocas sólidas y la convección, son las influencias predominantes en el movimiento de las placas.
Importancia del estudio
El estudio, en opinión de los investigadores, es importante para comprender la razón por la que la astenósfera es débil y, al mismo tiempo, entender la tectónica de placas.
«Proporciona evidencia de cuáles otros factores, como las variaciones de temperatura y presión, pueden controlar la fuerza de la astenósfera y debilitarla lo suficiente como para que sea posible el movimiento de las placas tectónicas», indica la coautora del estudio la sismóloga y docente Karen Fischer.
Por otro lado, los hallazgos del trabajo científico, titulado “Asthenospheric low-velocity zone consistent with globally prevalent partial melting” y publicado en Nature Geoscience, pueden ayudar a comprender mejor el funcionamiento de las diferentes capas que componen la Tierra.
Con información de Universidad de Texas y National Geographic en Español
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