En tiempos ancentrales, para las comunidades indígenas de Venezuela que hacían vida en las cercanías del río Orinoco, era común encontrarse con unas tortugas enormes, de hasta un metro de longitud y caparazones aplanados y ensanchados, color café oscuro o negro: la tortuga arrau
Un espectáculo increíble que hoy solo podemos imaginar porque, aunque esta especie forma parte de lo afirmativo venezolano, se ha visto diezmada por una serie de amenazas, la de mayor incidencia: el ser humano.
Las aguas del Orinoco y sus afluentes se llenaban de estos quelonios, cuyas hembras sólo anidan en este ambiente, en los bancos de arena y playas que se forman durante la temporada de sequía.
La importancia de este reptil para nuestros pueblos originarios se confirma con la variedad de denominaciones en lenguas indígenas que han recibido: wärara, totori, buoreré e ikorimakaite.
Abundancia perdida
Unos 200 o 300 años atrás la tortuga arrau, el quelonio de caparazón duro más grande del mundo, se distribuía abundantemente en nuestro país.
A principios del siglo XIX, Humboldt estimó una población de 330.000 hembras reproductoras solo en el Orinoco medio pero para mediados del siglo XX, quedaban unas 123.000. En los últimos 64 años el proceso de disminución se aceleró pasando de 36.100 tortugas que anidaron en 1950, a 602 en 2014.
Su mengua se debe a que ha sido objeto de una presión humana muy intensa, que no ha variado desde épocas coloniales, marcada por el consumo de adultos, neonatos y huevos, siendo la especie de tortuga que más se consume.
A lo anterior se suman factores como la contaminación de los ríos de la cuenca del Orinoco, debido al bajo porcentaje de aguas servidas tratadas, así como el uso de las tortugas como fuente de ingresos económicos por parte de la población.
Además, se enfrenta a depredadores naturales como los caricaris, zamuros, garzones, gabanes, cangrejos, culebras, peces y caimanes, entre otros.
La tortuga del Orinoco
En Venezuela, este reptil se encuentra a lo largo del río Orinoco y sus tributarios principales, desde la confluencia con el brazo Casiquiare en el estado Amazonas hasta su salida al mar en Delta, y se encuentra mayormente en el Orinoco medio, desde Caicara hasta Puerto Ayacucho, y en otros ríos caudalosos, turbios y de poca corriente como Meta, Capanaparo, Arauca y Apure.
Se ha registrado además en Colombia, Venezuela, Guyana, Brasil, Ecuador, Bolivia y Perú
La tortuga arrau, nombre científico Podocnemis expansa, es un reptil del orden Testudines, familia Podocnemididae, género Podocnemis.
Conocida también como tortuga del Orinoco, Arrau sideneck, South American river turtle, y giant south american turtle, sus machos son más pequeños que las hembras, las adultas pueden llegar a pesar 50 kilogramos, y su peto varía entre oscuro y crema amarillo.
En Venezuela existen cuatro áreas de anidación conocidas: Orinoco Medio, brazo Casiquiare, río Meta y río Suripá. Las dos primeras concentran el mayor número de ponedoras.
Situación crítica
Ante las crecientes altas tasas de explotación, especialmente significativas entre 1940 y 1960, se registró a la tortuga arrau en la lista de las especies amenazadas del país, decretando su protección desde 1946.
Su veda indefinida fue decretada desde 1962 y ratificada en 1996, por el Decreto N° 1.485. En ese mismo año, el Decreto N° 1.486 la declara Especie en Peligro de Extinción.
En 1989 se crea el Refugio de Fauna Silvestre y Zona Protectora de la Tortuga Arrau, y desde ese año se adelanta un programa de conservación.
La tortuga arrau, aparece desde 1995, en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana en la categoría de especies en peligro crítico de extinción.
También está considerada por el Grupo de Especialistas en Tortugas Terrestres y de Agua Dulce de la Comisión de Supervivencia de Especies de UICN como en Peligro Crítico desde 2014.
Todas las especies del género Podocnemis están incluidas en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites 2014).
Acciones de conservación
En atención a la crítica situación de la tortuga arrau, el Gobierno venezolano adelanta, como parte del Plan Nacional de Conservación de la Diversidad Biológica, un programa de conservación que incluye trasplante de nidos en riesgo, rescate de neonatos, liberación de juveniles y seguimiento poblacional, así como la zoocría de neonatos por un año e investigaciones del crecimiento; además se realizan actividades en guardería y educación ambiental.
Una de las acciones más importantes ha sido la cría de neonatos con fines de reforzamiento poblacional que ha traído la liberación, hasta el año 2018, de más de 930 mil ejemplares criados en cautiverio en áreas naturales protegidas y otras zonas en el río Orinoco.
Las tortugas son liberadas luego de cumplir un año de vida para darles un tamaño adecuado que las ayude a sobrevivir en su hábitat natural. Esta actividad es de impacto ambiental pues contribuye con la salvación de la vida y la conservación de la diversidad biológica en Venezuela y el mundo.
Criaderos de tortugas arrau
En la actualidad existen 11 zoocriaderos en el país como Hato El Cedral (Apure), Caño Igüez (Portuguesa), Pdvsa-Petrocedeño (Anzóategui), Hato Santa María (Barinas), Comunidad Momoni (Amazonas), entre otros.
Pero la recuperación de la especie no está asegurada porque aún existe una alta depredación de especímenes juveniles y adultos.
Es importante tomar en cuenta que, como se estima que las hembras se vuelven adultas entre los 15 y 28 años de edad, se espera que su recuperación solo será posible después de décadas de protección eficaz, que permita que una gran cantidad de los juveniles liberados lleguen a adultos y aumenten la población reproductora.
En un estudio genético en el que se analizaron 18 poblaciones, se encontró que las más divergentes son las del Orinoco medio y del río Araguaia (Brasil), extremos norte y sur del área de distribución de la especie, respectivamente, lo cual hace aún más prioritaria la conservación de la población del Orinoco medio.
Las Arrau se desplazan a grandes distancias, a medida que el nivel de los ríos varía como consecuencia de las fluctuaciones anuales cíclicas en la precipitación. A pesar de las acciones tomadas, su extinción a corto plazo es probable, a menos que sumen medidas enérgicas para evitarlo.
Cada 19 de marzo se conmemora en Venezuela el Día de la Tortuga Arrau (Podocnemis expansa) o tortuga del Orinoco, ocasión propicia para el llamado a la conservación de esta especie en peligro de extinción que forma parte de lo afirmativo venezolano.
Con información de Imparques, Mas Verde Digital, Venezuela Verde y Provita
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