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Los 26 años de Samuel Robinson en Simón Rodríguez

por Haiman El Troudi
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Los 26 años de Samuel Robinson en Simón Rodríguez

El  Libertador Simón Bolívar, su obra más perfecta en lo que a formar al hombre nuevo se refiere, dejó plasmado en carta desde Pativilca el reconocimiento universal a Simón Rodríguez por su capacidad, pasión y visión para enseñar.

Esa fue su bienvenida al maestro, quien regresó a América tras vivir 17 años en Europa como Samuel Robinson, el hombre que se convirtió en un  “filósofo cosmopolita”, como lo describió el mismo Bolívar en otra misiva, y quien jamás dejó de luchar por la educación social como nuevo modelo de enseñanza para las nacientes repúblicas americanas.

Samuel Robinson nació en Jamaica con 26 años y durante 26 años potenció su formación intelectual, política y técnica con interminables lecturas, junto a la acumulación de experiencias e intercambios  personales. La docencia, su pasión de vida, fue el  principal sustento durante esa época luego de haber pasado por Jamaica y los Estados Unidos para asentarse en Europa, donde  tuvo presencia  en Francia, Austria, Italia,  Alemania, Prusia, Polonia, Rusia e Inglaterra. El maestro nunca estuvo en España.

En Jamaica sólo estuvo unos meses. En los Estados Unidos, el primer país independizado de América, permaneció dos años en los que observó que tal independencia no era para todos. En Europa, además de su desempeño como maestro y su trabajo en un laboratorio, Robinson participó en reuniones secretas de carácter socialista y se reencontró con su discípulo excelso junto a quien juró por la libertad de América en el Monte Sacro, lo que se convirtió en su única religión, como lo confesó en su lecho de muerte.

De Rodríguez a Robinson 

Los 26 años de Samuel Robinson en Simón Rodríguez

Abandonado por su padre y su madre, Simón Narciso Rodríguez, nacido el 28 de octubre de 1771, sólo vivió 26 años en Caracas, de los cuales destacan su título de maestro a los 20 años, la regencia de la escuela pública de la ciudad, donde dio clases al niño Simón Bolívar;  las  Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas, y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento (escritas en 1794), y su participación en la gesta preindependentista de José María España, Manuel Gual y Juan Bautista Picornell (1797).

Luego de salir de la cárcel, porque no se encontraron pruebas de su conspiración contra el régimen colonial, Rodríguez  se marchó para siempre de Venezuela, dejando a su esposa, María de los Santos Ronco y su hermano, Cayetano Carreño. Decidido a no dejarse atrapar por los imperialistas, cambió su nombre al de Samuel Robinson en la isla de Jamaica. Entonces se convirtió en un ser absolutamente libre, ávido de adquirir todo el conocimiento posible y de vivir en el mundo sin la servidumbre de hombres y mujeres.

Al llegar a Europa Samuel Robinson no era venezolano ni suramericano. En Paris se presentó como oriundo de Filadelfia, donde Samuel es un nombre común. Su apellido fue tomado de Robinson Crusoe, el náufrago aventurero de la novela de Daniel Defoe, que pasó 28 años en una isla desierta en la desembocadura del río Orinoco, cerca de las costas de Trinidad y Venezuela.

Nadie es profeta en su tierra

Los 26 años de Samuel Robinson en Simón Rodríguez

Si bien Simón Rodríguez fue criado con rigurosa enseñanza católica por un sacerdote que era su tío: José Rafael Rodríguez,  Samuel Robinson no era un creyente. No obstante, constató que, como reseña la Biblia las palabras de Jesús,  “ningún profeta es aceptado en su propia tierra”, al recordar el rechazo de sus ideas educativas revolucionarias en Caracas y ante el reconocimiento de los habitantes de Bayona, donde enseñó español e inglés en su propia escuela.

Robinson, al igual que Rodríguez, siempre fue pobre, mas la docencia y su facilidad para los idiomas lo acompañaron como sostén económico. El maestro también tuvo trabajos operativos. En los Estados Unidos trabajó como obrero en una imprenta, así conoció de cerca a habitantes de la primera nación independizada del Nuevo Mundo, un país que adoptó el sistema republicano con la división de Poderes determinada por Montesquieu, ese que soñaba para Venezuela.

Pero al estudiar a la sociedad, y los procedimientos de ese régimen, comprendió que la proclamada independencia no era para todos, menos para los afrodescendientes y que los angloamericanos dejaron en su nuevo edificio (republicano), un trozo de lo viejo (imperialismo).

El reencuentro con Bolívar

Los 26 años de Samuel Robinson en Simón Rodríguez

La verdadera identidad de Samuel Robinson sólo fue conocida por Simón Bolívar, quien prematuramente viudo, volvió a Europa para devolver pertenencias de María Teresa del Toro a su padre y tratar de superar la depresión que padecía. Allí busca y encuentra a su maestro, éste lo rescata de las ganas de morir, potencia su formación intelectual y jura con él no descansar hasta romper “las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”, en el Monte Sacro.

Robinson, convertido en un poderoso pensador que dominaba las tres actividades intelectuales básicas de la época: la ciencia, la literatura y la política, también conocía directamente las teorías del socialismo francés.

“Concurrí a juntas secretas de carácter socialista”, confesaría años más tarde quien habría tomado el socialismo en el sentido de ideas sociales: educación social, escuela social, interés social, y quien fue, como lo describió el historiador Alfonzo Rumazo, un socialista, pero según su personalísimo criterio.

El maestro despertó las pasiones intelectuales en su Emilio, ese que comenzó a moldear en Caracas cuando era niño. Hizo que Bolívar conociera, estudiara y asimilara todos los clásicos de la antigüedad, además de todos los clásicos modernos de españoles, franceses, italianos y gran parte de los ingleses; y que adquiriera conocimientos de derecho que el alumno aplicó como gobernante. No en balde se afirma que, entre otros, la independencia de América se hizo con las doctrinas de Voltaire, Montesquieu, Rousseau y Raynal.

Robinson regresa para ayudar al Nuevo Mundo

Los 26 años de Samuel Robinson en Simón Rodríguez

Testigo presencial del auge y mengua del pensamiento político liberal en Europa, Samuel Robinson apostó por el avance de esta corriente en Suramérica. Es así como motivado por la independencia de Venezuela y la Nueva Granada, obra de su discípulo convertido en el Libertador Simón Bolívar, decidió regresar al continente donde nació para ayudarlo a construir el Nuevo Mundo.

“Mis últimos años que han de ser ya pocos, los quiero emplear en servir a la causa de la libertad; para eso tengo escrito ya mucho, pero ha de ser con el apoyo de usted”, le comunicó a Bolívar. Robinson rechazaba el concepto de instrucción pública, porque consideraba que “la mayor fatalidad del hombre en el estado social es no tener con sus semejantes un común sentir de lo que conviene a todos”. El maestro promovía la educación social para remediar tal situación.

El maestro regresó a América a principio de 1823. Desembarcó en Cartagena. Provenía de Londres, donde compartió con don Andrés Bello, otro excepcional maestro caraqueño. Al pisar el suelo suramericano ya no es Samuel Robinson, pero con él se queda toda la sapiencia y experiencia acumulada a lo largo de 26 años fuera del continente.

Extravagante pero noble e insobornable

Los 26 años de Samuel Robinson en Simón Rodríguez

Este hombre extravagante y hasta chocante, pero noble, patriota, desprendido e insobornable, que obtuvo más derrotas que victorias en su lucha por descolonizar y socializar la educación en su tiempo, murió a los 83 años tan pobre como nació.

Pero se volvió inmortal y hoy el maestro Robinson ha logrado liberar a Venezuela del analfabetismo y promueve la inclusión del componente socio-productivo a la formación académica impartida en los ambientes de aprendizaje, como mecanismo que contribuye al mejoramiento y bienestar socio-económico de las comunidades.

 

Con información de IVenezuela y Core

Rumazo González, Alfonso. 8 Grandes Biografías. Tomo III, Simón Rodríguez. Ediciones de la gobernación del estado Sucre. Cumaná, 2001 (Segunda edición).

Selección de documentos de Simón Rodríguez. Ediciones Biblioteca Familiar.


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1 comentario

APP enero 15, 2021 - 3:55 pm

El proceso de formación del niño , del joven , y del adulto debe tener dos. vertientes:
1) Instrucción para conocer la ciencia y las letras . Para. Ser sabio , científico e importante .
2) Educación para conocer , amar y defender al hombre , la comunidad , la sociedad y al pais . Para ser GENTE y. PATRIOTA .

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