Recientemente científicos venezolanos desarrollaron en el Laboratorio de Fitobiotecnología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes una investigación acerca del uso de microorganismos o bacterias benéficas como biofertlizantes, para promover el crecimiento de vegetales de alto consumo.
El estudio planteó como objetivo determinar el potencial promotor de crecimiento de rizobios (microorganismos/bacterias) autóctonos en la supervivencia y vigor de plántulas de pimentón y lechuga, e identificarlos molecularmente para proponerlos como biofertilizantes.
Un artículo publicado en la revista Bioagro de la Universidad Centrooccidental “Lisandro Alvarado” explica que la investigación explora la posibilidad de transplantar los vegetales desde las plántulas y no sembrar directamente las semillas, una nueva alternativa que permitiría asegurar las cosechas con un bajo impacto económico, al eliminar la necesidad de adquirir semillas certificadas.
Ciencia con sello venezolano
La investigadora Erika Lorena Blanco, biólogo de la ULA, magíster en Agronomía, mención Producción Vegetal de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y doctora en Ecología Tropical de la Facultad de Ciencias de la ULA, explica que la investigación contó con el soporte y asesoría del Centro de Microbiología y Biología Celular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) a través del investigador postdoctoral, Félix Moronta.
Blanco señala que el estudio busca una alternativa en la producción de plántulas para el sector agrícola, ya que representan un éxito al momento del trasplante en el campo.
La propuesta del estudio representaría una opción más económica y ecológica para el ciclo de producción ante el encarecimiento de las labores del campo.
“Con la dificultad de conseguir semillas certificadas o su alto costo, se recurrió a la investigación para determinar opciones nuevas y con el apoyo de la biotecnología que permite la incorporación de microorganismos benéficos para el crecimiento vegetal que estimulan el desarrollo de las plantas, siendo esta una alternativa más ecológica” señaló la científica venezolana.
¿Bacterias como biofertilizantes?
De acuerdo con el proyecto, los rizobios -bacterias naturales del suelo que forman asociaciones beneficiosas o simbiosis, con las plantas son potenciales promotores del crecimiento de hortalizas, incrementando la vigorosidad de las plántulas a nivel de semillero, lo que podría aumentar la calidad y salud del suelo al ser trasplantadas al campo.
La investigación demostró que no se puede generalizar la aplicación de cualquier microorganismo para cualquier cultivo, ya que estos pueden ser benéficos para una especie vegetal pero para otras pueden inhibir su crecimiento.
Los resultados del estudio determinaron que es necesario obtener una identificación precisa de los microorganismos a través de la identificación molecular con más marcadores.
Soberanía alimentaria y ciencia
Estos hallazgos son cruciales para Venezuela, pues representan un avance para la seguridad y soberanía alimentarias.
“Se están utilizando cepas nativas del estado Mérida a nivel productivo, con proyección a campo para mejorar la calidad y salud de los suelos, así como el uso de rizobios como promotores de crecimiento para hortalizas, y no como generalmente eran empleados, solo para el crecimiento y fijación de nitrógeno de plantas leguminosas”, apuntó Blanco sobre el tema.
La relevancia del trabajo también reside en la aplicación que se puede hacer en el campo agrícola, ya que “aporta una solución real en cuanto a disminuir las pérdidas en los trasplantes de los cultivos.
La científica de la ULA afirmó que con el respectivo apoyo gubernamental el proyecto puede seguir adelante con el proceso productivo de las plántulas, así como el mantenimiento del cepario y la producción de los inoculantes a nivel de laboratorio para ofrecer un producto rentable a la comunidad de agricultores en Venezuela”.
Futuro en manos de la biología
Por su parte el investigador del IVIC, Félix Moronta destacó con respecto a este tema la importancia de la biología y la microbiología celular para el futuro agroalimentario de Venezuela, pues el microbioma de los cultivos está actualmente reconocido como partícipe fundamental en la productividad agrícola.
Resaltó además lo crucial de la investigación de cuatro factores: “la genética de la planta, el manejo agronómico, el ambiente y el microbioma se conjugan para hacer que las plantas sean fuertes, sanas y productivas. Por lo tanto, investigar e innovar en estos cuatro factores es vital para fortalecer la seguridad alimentaria”, dijo Moronta.
El científico señaló además la importancia de una política nacional que engrane estos hallazgos con la resolución de problemas en el campo, “particularmente en el contexto actual del cambio climático”.
Moronta concluyó que “la bioprospección de microorganismos beneficiosos para la agricultura es una inversión necesaria y estratégica que fortalecerá la producción agrícola sustentable, ya que son la base para el desarrollo de fertilizantes biológicos”.
Alimentos para la vida
El estudio de la ULA destaca el enorme potencial biotecnológico que está en nuestros suelos, lo que pone en evidencia la importancia de conservarlos y también de saber aprovechar sus recursos genéticos.
Para garantizar la seguridad alimenticia y nutricional es necesario asegurar la producción y disponibilidad de alimentos como el pimentón y la lechuga, reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) como cultivos altamente consumidos por el hombre, de alto valor económico y con gran demanda en las poblaciones.
Adquirir semillas de hortalizas certificadas se ha complicado en los últimos años en Venezuela, situación que ha llevado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan asegurar las cosechas con un bajo impacto económico.
Con información del IVIC, UCLA y Sol de Margarita
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