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Historias de agua, historias de vidas

por Haiman El Troudi
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Historias de agua, historias de vidas

Una vida en condiciones tan extremas que implique, además, caminar kilómetros para conseguir agua para beber, no es una visión apocalíptica. Hoy es la realidad para miles de mujeres y niñas. Son historias de agua, historias de vida de seres extraordinarios e invisibles.

La distancia media que recorren las mujeres de África y Asia para buscar agua, es de seis kilómetros de acuerdo a lo indicado por Naciones Unidas en  folleto informativo N° 35  sobre el derecho al agua.

Historias de agua, historias de vidas

Fotografía Naciones Unidas.

Y es que son mujeres, las responsables del abastecimiento de agua en ocho de cada diez familias que no cuentan con agua en la vivienda.

Se encargan, además, del mantenimiento y aprovisionamiento de sus hogares, y el cuidado de los hijos. Labores que suelen ser minimizadas pero en condiciones extremas, como las que sufren millones de hogares en el mundo, adquieren dimensiones extraordinarias

Día tras día deben recorrer kilómetros soportando un peso de 20 kilogramos sobre sus espaldas, exponiéndose a factores de riesgo para conseguir tan solo 20 litros, la mínima provisión de agua que necesita un ser humano para la vida.

Difícil realidad

Historias de agua, historias de vidas

Muchas horas de un día emplean las protagonistas de estas historias para buscar agua, algo que la mayoría hace solo abriendo un grifo. Un doloroso promedio de 200 millones de horas al día dedicadas a la búsqueda, de acuerdo a los datos revelados en el informe de la ONU sobre Desarrollo Humano 2015. Esto afecta el tiempo disponible para otras actividades como formación, educación, atención a la familia, generación de ingresos, así como ocio y descanso.

Son variados los problemas y situaciones detrás de la carencia del vital líquido. Desde históricos y prolongados episodios de sequías, en algunas regiones de África y Asia, hasta problemas agudizados por el cambio climático, que contribuye a la evaporación de enormes cantidades de agua en ríos y lagos, además de favorecer los incendios, lo que se traduce en una gran pérdida de recursos naturales.

Historias de agua, historias de vidas

Fotografía de Lynn Johnson en National Geographic.

Todo ello, sumado a la falta de infraestructura y las distancias entre las poblaciones y las fuentes de agua, conforman una situación en muchos casos difícil de solventar.

Hay problemas adicionales a considerar como las afectaciones de salud que sufren las mujeres al cargar mucho peso, principalmente dolencias musculares o del sistema óseo, así como la violencia a la que pueden exponerse, como asaltos en sus largas rutas.

Conocer la realidad del agua en lejanas latitudes a través de sus mujeres, de sus historias de agua, historias de vida, es una oportunidad de concienciar acerca de la importancia del vital líquido.

La historia de Fátima

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Fátima, aldea de Hucula, pequeña aldea de África. Cortesía de la organización Ayuda en Acción.

En África dos de cada tres habitantes de zonas rurales, no tiene acceso a agua potable. Mozambique es uno de los tres países donde más de la mitad de la población, no cuenta con agua potable. Fátima vive allí, en la pequeña aldea de Hucula. Hace tres años tuvo que dejar sus estudios para asumir la responsabilidad de surtir de agua a su familia.

Cada día tiene que recorrer cinco kilómetros para buscar agua, distancia que la separa de la fuente más cercana, un charco de río en el que llena un bidón de 25 litros, el abastecimiento de agua diario para su hogar.

Sobre Fátima recae la responsabilidad de que su familia no muera de sed, puedan cocinar, asearse y vestir ropa limpia. Además de cargar un peso de 25 litros sobre su espalda, en el camino corre el riesgo de ser atacada por cocodrilos o cobras.

Como ella, muchos niños se exponen a enfermedades como la diarrea y, también a la imposibilidad de acceder a la educación, permaneciendo en el círculo de la pobreza. Su historia de agua, historia de vida fue difundida por la organización “Ayuda en Acción”, como parte de una campaña para reunir fondos y llevar el agua a su aldea.

Cuando la lluvia no llega

Historias de agua, historias de vidas

Paulina Epung’u habitante de Lotureirei, Kenia. Cortesía de ONU Mujeres.

A sus 58 años de edad, Paulina Epung’u habitante de Lotureirei, Kenia, y madre de siete hijos, debe caminar al menos un kilómetro cada vez que necesita agua. «Es mi rutina tres veces al día. Tengo que ir a buscar agua para nuestro uso y también para las cabras y ovejas, ya que están demasiado débiles para caminar», dijo Paulina en una entrevista a Europa Press.

La mujer es parte de los 2,7 millones de personas afectadas por las sequías en el Cuerno de África, que se han prolongado hasta por tres años seguidos. La suya es una de esas historias de agua.

«En un buen día, conseguimos agua de una bomba solar a un kilómetro de aquí, pero cuando esta bomba se rompe, tenemos que escarbar el cauce del río seco en busca de restos de lloviznas», agrega, evidenciando así lo difícil que resulta obtener agua para su familia, en una zona donde incluso olvidan cuando fue la última vez que llovió.

Kilómetros para crear conciencia

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En la capital de Francia no es usual ver a una mujer cargando un bidón de agua sobre la cabeza, menos en un Maratón. Esta es la historia de Siabatou Sanneh que, con 40 años de edad, participó en la 39 edición del Maratón de París para evidenciar la distancia que debe recorrer la gente de su aldea, en Gambia, para obtener el vital líquido.

Con el número 64173 Sanneh se sumó a los miles participantes de la maratón, que recorrieron 42 kilómetros, ataviada con la ropa habitual de Gambia. “En África, las mujeres recorren cada día esta distancia para conseguir agua potable”, decía un cartel que colgaba sobre sus hombros, “ayúdennos a reducir la distancia”, fue el mensaje de esta valiente mujer en París.

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Siabatou Sanneh, Gambia, durante el Maratón de París.

La misión que la llevó a salir por primera vez de Gambia, era sensibilizar a las personas y buscar ayuda para facilitar el acceso al agua potable en su país. Sanneh debe buscar agua tres veces al día acompañada de sus hijas de cuatro y diez años de edad, quienes también están acostumbradas a cargar pesados bidones.

Su viaje fue financiado por la asociación Water for Africa, que promueve el acceso al agua potable en el continente africano, como parte de una campaña para recolectar fondos que permitan financiar bombas de agua en Bullenghat, donde vive Sanneh, y otros pueblos. Un pozo de bombeo cuesta alrededor de cinco mil euros y se puede instalar en cinco días.

Apreciar el agua

Marsabit, Kenya. Fotografía de Lynn Johnson en National Geographic.

Desde 1993, cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, una fecha establecida por Naciones Unidas para recordar su importancia y crear conciencia sobre los millones de personas que viven sin acceso a esta.

Aunque suene exagerado, el uso consciente de un recurso vital como el agua desde nuestros hogares, puede ayudar en alguna medida a reducir inundaciones, sequías, escasez, contaminación y, a mediano y largo plazo, también a combatir el cambio climático.

Si limitamos el aumento del calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, podríamos reducir la sequía causada por el clima hasta en un 50%. Si usamos el agua de manera más eficiente, reduciremos los gases de efectos invernadero. Y al trabajar para reducir los efectos del cambio climático en el agua, protegeremos la salud y salvaremos vidas.

Todos tenemos un papel que desempeñar y mucho que aportar.

Arriesgar la vida para conseguir agua

El año pasado (2019) una brutal sequía en la India, obligó a las mujeres a arriesgar sus propias vidas para conseguir agua.

En el pueblo de Badewadi las féminas tuvieron que descender al fondo de profundos pozos, de hasta 20 metros, usando solo cuerdas, sin ninguna medida de seguridad y portando cubetas en las manos.

Esta historia se repitió en 25 aldeas de Trimbakeshwar Taluka, ubicada en el distrito de Nashik, Maharasthra.

A través de y con las mujeres

Eliza Mngale, integrante del Grupo de Mujeres de Tegemeo, Tanzania.

También hay historias de agua positivas. La exitosa gestión del Grupo de Mujeres de Tegemeo (‘independiente’en la lengua local), en Tanzania, ha sido reconocida por la ONU, gracias al trabajo que han realizado para mejorar el acceso al agua, en la región de Mweteni.

“Nosotras hemos hecho mucho en estos diez últimos años, pero necesitamos hacer más y para ello debemos encontrar un camino para seguir mejorando”, afirmó Eliza Mngale, una de las integrantes del grupo, cuya búsqueda de fondos internacionales y la eficacia de su labor, les llevó a proveer de agua limpia y sana a su comunidad.

Historias de agua, historias de vidas

Además desarrollaron un plan estratégico para frenar la contaminación y mejorar la salud mediante el saneamiento y la higiene.

Para ellas los objetivos continúan porque el reto es llegar a más personas. Desde su exitosa experiencia, plantean que las mujeres deben ser parte de las mejoras para el acceso al vital líquido.

Mngale lo expone de manera sencilla: “Si se quiere implementar el agua y los servicios sanitarios, necesariamente hay que hacerlo a través de y con las mujeres, pues nosotras, además de ser trabajadoras muy eficaces, somos quienes nos preocupamos por el agua, quienes más sufrimos su carencia. Hay que tener por tanto en cuenta a las mujeres, si se quiere tener éxito en los programas de implementación”.

Imprescindible y vital

Historias de agua, historias de vidas

Marsabit, Kenya. Fotografía de Lynn Johnson en National

El agua es imprescindible para la vida, sin embargo, una de cada tres personas viven sin acceso a ella.  En promedio, mientras en los países con más recursos cada persona usa unos 350 litros, en países de África y Asia, por ejemplo, hay personas que cuentan con dos a cinco litros al día para vivir. Un hecho tan cotidiano para muchos como beber un vaso de agua, se convierte en un lujo para millones de personas.

Las desigualdades en el acceso al agua se agravan en áreas rurales. Como ejemplo, en una zona muy remota de Turkana, Kenia, la distancia para ir a buscar agua puede ser de hasta 25 kilómetros.

Recolectar el agua y llevarlas a los hogares es una labor invisibilizada, pero sin duda representa la vida de millones de familias. Dar luz a estas impactantes historias de agua, historias de vida, contribuye a crear conciencia sobre otras realidades y el valor de cada gota de agua. Sobre la importancia de cuidarla como un preciado bien, indispensable para todos.

 

Con información de ONU, Ayuda en Acción, Muhimu, Es Global y Telesur

Fotografías cortesía de Ayuda en Acción, National Geographic, Fundación We Are Water y ONU


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