Cuando llega septiembre comienza a sentirse en el aire el aroma de la dulce y ácida mandarina, que deleita a los venezolanos. Es muy buscada por su particular y refrescante sabor, siendo una de las diez frutas preferidas en Venezuela, y el cítrico más consumido en el mundo.
Considerada hermana de la naranja, existe desde hace millones de años y su origen se remite al continente asiático. En nuestro país destacan de manera especial las dulces mandarinas de Araira, que desde el oriente de Venezuela llegan a todos los rincones nacionales y fuera de nuestras fronteras.
Además de su sabor dulce con un toque de ácido, la mandarina deleita a los venezolanos por su facilidad para pelarla, su bajo costo y la riqueza en vitamina C, A, ácido fólico, magnesio y potasio, que trae múltiples beneficios.
Hermana menor de la naranja
La mandarina pertenece a la clase magnoliopsida y a la familia de las rutáceas (limas, limones, naranjas, pomelos). Es el cítrico más afín a la naranja. Por mandarina se conoce al fruto de al menos dos especies: Citrus reticulata y Citrus unshiu. Existen además numerosos híbridos de naranjas y mandarinas, cuyo nombre genérico es mandarina.
La dulce y ácida mandarina es un fruto similar a la naranja, pero más pequeña y de base achatada. Su corteza es lisa, brillante, de un tono variable de amarillo a rojo anaranjado.
Este cítrico se consume principalmente como fruta fresca, aunque también se preparan conservas de gajos de mandarinas.
El fruto mide en promedio entre 4-7 cm de longitud y 5-8 cm de diámetro. Su jugosa pulpa puede ser muy dulce. Está dividida en gajos, con semillas o no en su interior, dependiendo de la variedad. La piel posee numerosas glándulas oleosas, que impregnan las manos de la persona, originando su característico olor.
En cuanto al mandarino, es un árbol pequeño, espinoso, de hoja perenne, adaptable a condiciones climáticas desérticas, semi-tropicales y subtropicales.
La mandarina en Venezuela y el mundo
Millones de años de existencia tiene la mandarina y su origen se ubica en el sudeste asiático. Su nombre se le atribuye al color del traje que usaban los mandarines chinos. Hoy en día es cultivada en todas partes, con innumerables variedades y es la fruta cítrica más consumida en el mundo.
Los mayores productores de mandarinas son Brasil, Estados Unidos, China, México, España, India, Irán, Italia y Argentina. En Venezuela la producción se acerca a las cien mil toneladas por año. Los principales estados productores son Yaracuy, Carabobo y Miranda con 65% del total. También se cultiva en Trujillo, Táchira, Mérida y Sucre.
Prácticamente la totalidad de producción de esta fruta se consume en el país. Solo un 5% se exporta a Colombia y las Islas del Caribe, principalmente para Aruba.
La mayor parte de las unidades de producción agrícola distribuye su cosecha a través de intermediarios, que las llevan a supermercados y fruterías. Mención aparte merece la ruta de las mandarinas que se puede apreciar en la vía hacia oriente, especialmente entre los meses de diciembre y abril, cuando los puestos a lo largo del camino se tiñen del olor y color de la mandarina cultivada en Araira.
Araira huele a mandarina
Araira, pueblo del municipio Zamora del estado Miranda, se ubica a solo 45 kilómetros al este de Caracas. Se encuentra en un estrecho valle a las orillas del río Araira, elevándose a unos 345 msnm, entre colinas y montañas de diferentes alturas y verdores, con un clima ideal para el cultivo de la dulce y ácida mandarina.
Se fundó en 1874 para instalar a un grupo de campesinos inmigrantes y hoy, algunos de sus descendientes pueblan el lugar.
Región agrícola por excelencia, Araira es el mayor productor de mandarinas del país y en sus campos, se cosechan las más sabrosas.
La palabra “Araira” evoca el nombre de la hija de un cacique, la población cuenta con la protección de “Nuestra Señora del Carmen” su patrona, cuyas festividades son famosas por las “Alfombras de Flores”. Son conocidas las ferias de las Mandarinas que se realizan en Salmerón y sus caseríos, para celebrar la cosecha cada año.
Tradición dulce y ácida
La mandarina aparece en Araira en la década de 1960. Pellegrin Capon fue el pionero en injertar esquejes de mandarina en patrones de naranja agria. Para 1970, el cultivo de mandarinas se había extendido por la parroquia Bolívar y, actualmente, es el producto agrícola que ocupa mayor extensión de terreno en la zona.
Los agricultores de la zona, que se dedican casi en exclusiva al cultivo de la dulce y ácida mandarina, utilizan métodos empíricos aprendidos por la tradición y la práctica. Cuentan con miles de plantas distribuidas en haciendas de Salmerón, Juan Torres, Macanillal, Trompillo, Fila del Viento, Quebrada Fofa, El Venado, Quebrada Honda, y Brazo Chiquito.
Caracas y Maracay son los principales mercados de su producción, pero ésta se distribuye por todo el país y fuera de sus fronteras.
La mandarina de Araira es de tono rojo y es la más comercial porque es menos susceptible a la plaga y se conserva por mayor tiempo sin dañarse.
Mil y un beneficios de la mandarina
Son múltiples los beneficios que ofrece la mandarina. Es una fuente importante de vitamina C, aunque en menor proporción que la naranja. Por otra parte, es rica en fibra y posee un elevado contenido en agua y es bajas en calorías.
Contiene, además, ácido fólico, vitamina A, ácido cítrico, potasio, magnesio, calcio y minerales.
Debido a su alto contenido de potasio, su frecuente consumo ayuda a prever la aparición de problemas coronarios, vasculares y neurológicos, pues provoca que la sangre circule a un ritmo mucho más saludable en el cuerpo. También ayuda a reducir los niveles de ácido úrico y sus sales.
Es efectiva contra las infecciones, pues estimula la formación de anticuerpos. Se recomienda ingerirla para evitar catarros y cuando las defensas bajen.
La mandarina abre el apetito, humedece los pulmones y elimina la tos. Es útil para tratar la fiebre, el hipo, la anorexia, la tos con flemas y la intoxicación etílica. También, contiene folato, una vitamina del complejo B que guarda relación con la salud durante el embarazo.
Respecto a sus componentes, es una fuente primaria de betacriptoxantina, con propiedades antioxidantes, así como fitoquímicos D-limoeno, cumarina, flavonoides y terpenes. Elementos que ayudan a disminuir el riesgo de cáncer.
Este cítrico contiene una sustancia llamada hesperidina que posee propiedades bronquiodilatadoras y antiinflamatorias, adecuada para el tratamiento de las úlceras y favorece el correcto funcionamiento de la vesícula.
El aceite volátil que posee puede estimular el aparato digestivo, propiciando la expulsión de los gases acumulados en el intestino y en el estómago y favoreciendo la digestión.
Dulce cosecha
La cosecha de la dulce y ácida mandarina comienza en septiembre y finaliza en marzo. Casi todas las plantas son injertos con naranja agria, que las hace frondosas y más productivas. También usan injertos de limón agrio sin semilla, dando un resultado similar.
Los productores suelen hacer su propio injerto a la planta y, cuando éste crece lo suficiente, se siembra, conservando una distancia de cinco a seis metros, entre una mata y otra. El árbol injertado tarda dos años en dar fruto. Tiene un ciclo de vida de 40 años, siendo más productivo en su etapa media.
La cosecha se debe hacer cuando la mandarina comienza a secarse, momento que determina la experiencia del agricultor. De una mata se obtiene unos cinco o seis guacales de mandarinas.
Al finalizar la cosecha, se procede a “emplantillar” la mata: podarla, quitar las tiñas y las ramas secas para que nazcan nuevas y de produzca más. En esa etapa, también se limpia y abona el terreno y se cavan círculos alrededor de cada planta para que en la temporada de lluvia, el agua quede más tiempo al pie de ella.
Chúpate esa mandarina
Esta fruta es tan popular en Venezuela que varias expresiones y refranes la tienen como protagonista. Una de las frases más conocidas es «chúpate esa mandarina», usada irónicamente para poner en evidencia algo sorprendente, impactante, desagradable o que asusta al interlocutor. La frase tiene una pregunta implícita: ¿qué te parece?, ¿cómo la ves?, ¿qué me dices de esto?
«Más fácil que pelar mandarinas» es otra conocida expresión relacionada con este cítrico. Se emplea para indicar asuntos de sencilla resolución.
Por otro lado, la mandarina es asociada popularmente en Venezuela con la buena fortuna, por lo que se utiliza en rituales de prosperidad. Uno de los más conocidos, se hace los 31 de diciembre a la medianoche, cuando se consume una mandarina para saber cómo será la fortuna en el año nuevo.
Con información de Frutas-Hortalizas, Santuario de las Mercedes, Blog José Luis Morales y VTV
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