Un biotextil flexible, creado a partir de la transformación de desechos de mango y fresas por parte de bacterias, puede reemplazar el cuero en la fabricación de carteras, zapatos, bolsos y otros productos de las industrias peletera y textil.
Este biomaterial denominado Celium fue desarrollado en México por Axel Gómez-Ortigoza, un ingeniero en biotecnología molecular de 26 años, egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
El proceso de producción del biotextil Celium inicia con la recolección de los desechos provenientes de la agricultura y la agroindustria, que luego son transformados en alimentos para bacterias mediante un proceso biotecnológico que, en un lapso de 15 días, genera una celulosa bacteriana a partir de la cual se elabora este biomaterial que asemeja al cuero.
“Los desechos de frutas cuentan con azucares de un gran valor pero son desaprovechados”, afirma Axel Gómez-Ortigoza.
Los lienzos de biotextil pueden ser elaborados del tamaño y forma que se requieran y para teñirlos, darles flexibilidad o hacerlos impermeables se usan productos vegetales y/o orgánicos que no son contaminantes.
“El biomaterial es carbono neutral, con el uno por ciento de la huella hídrica y sin crueldad animal”, señala el joven bitecnólogo.
¿Por qué sustituir el cuero?
Las causas por las cuales se incrementa la tendencia mundial de sustituir el cuero en la fabricación de prendas de vestir, calzado y accesorios están directamente vinculadas al daño al daño al medioambiente y el impacto en el cambio climático.
La primera causa de deforestación mundial es la agricultura animal, se pierde una hectárea de selva por segundo para reemplazarla con pastizales y ganado; el 60% de la agricultura del planeta se destina a alimentar animales; y la segunda, es la presencia de carbono en la atmósfera generada por el ganado vacuno, ya que éste produce grandes cantidades de metano.
“El sacrificio del animal se hace en condiciones brutales y para curtir el cuero se utilizan metales pesados, como el cromo, entregando ´agua muerta´ imposible de procesar en plantas de tratamiento y tóxica para la flora y fauna. Por si fuera poco, al curtir un kilo de cuero se utiliza aproximadamente 16 mil litros de agua limpia, afirma Axel Gómez-Ortigoza, fundador de la empresa Polybion junto a su hermano Alexis Gómez-Ortigoza, a la que luego se sumaría Bárbara González Rolón, PhD en Química de Materiales.
Con la creación del biotextil Celium, Latinoamérica se suma al desarrollo de biomateriales que reemplazan los polímeros tóxicos, provenientes de combustibles fósiles, mediante el uso de bacterias, hongos y levaduras.
Con información de Agencia ID, Instituto Tecnológico de Monterrey y Sputnik News
Fotografías: Polybion
No te pierdas
> El micelio de hongos revoluciona la construcción