Recorrer centros urbanos en Venezuela es encontrarse con realidades muy diferentes, cada una con su propia dinámica de vida, pero todas unidas en el concepto de una urbanidad, que en el caso del venezolano no lo distancia de su propia esencia. Un recorrido por seis ciudades venezolanas que, a través de seis iconos, nos muestran que son un poco como nosotros: especiales, coloridas, todas dotadas con un carácter propio, afable, hospitalario, pleno de valores y aspectos positivos que celebrar.
Desde la ciudad pujante que da entrada al Llano venezolano, hasta la capital del país, con más de cuatro millones de habitantes hasta menos de 500 mil, estos centros poblados conforman tejidos urbanos con sus propias expresiones y espacios, y cada uno de ellos tiene símbolos que caracterizan su vida, su cultura y le confieren identidad propia.
El San Juanote en la capital del estado Guárico, el teleférico más alto y largo del mundo en Mérida, el colorido y vibrante Saladillo en Maracaibo, la desafiante altura del obelisco de Barquisimeto, el puente que cruza la angostura de nuestro Orinoco en la ciudad que rinde honor con su nombre al Libertador de Nuestramérica, y la Plaza Bolívar más conocida de Venezuela y del mundo, son ejemplos de espacios urbanos que no sólo hablan de historia, tradiciones, costumbres, sino que forman parte vital de los habitantes de la ciudad, símbolos de su cultura y de lo afirmativo venezolano.
Na´guara de Obelisco
La ciudad de los crepúsculos, Barquisimeto, saluda a todo el que llega a visitarla desde la altura de los 75 metros de su Obelisco, con más de 70 años de historia, un ícono guaro que domina un espacio que describe a la ciudad y sin el cual la dinámica larense sería impensable.
Más que un importante sitio de convivencia, los espacios donde se ubica el Obelisco en la parroquia Juan de Villegas, se han convertido en una opción para pasar un rato diferente, una forma distinta de disfrutar la urbe en su propio paisaje. Un museo a cielo abierto, áreas de recreación infantil, lugares para caminar, patinar o montar bicicleta, hacer ejercicio o simplemente pasar un buen rato con amigos y familia, disfrutando de actividades culturales, son algunas de las opciones que ofrece este icono urbano.
Se inauguró el 14 de septiembre de 1952, como un presente para Barquisimeto por su aniversario número 400, y parte del programa del Aniversario por la Identidad Nacional, mediante el cual Marcos Pérez Jiménez impulsó la construcción de monumentos y obras públicas.
Este impresionante paralelepípedo de concreto y acero da mucho más que la hora, pues otorga identidad, pertenencia y orgullo al pueblo barquisimetano, que lo cuida con celo. Ha sido objeto de varias restauraciones e intervenciones, manteniéndose como el espacio urbano por excelencia para el disfrute del centro de la capital del estado Lara y se ha convertido, además, en eje de una zona cultural y social para el esparcimiento de residentes y visitantes.
Desde las alturas del mirador del Obelisco se puede apreciar una perspectiva única de Barquisimeto. Este ícono guaro ilustra la belleza de la también llamada ciudad musical del país, representativa del centro-occidente venezolano.
Mérida por todo lo alto
Hablar de la ciudad de Mérida implica forzosamente hablar del Mukumbarí, el teleférico más alto y largo del mundo, emblema de Venezuela e ícono de la ciudad de los caballeros.
Esta ciudad se ubica en la zona andina venezolana, donde destaca como destino turístico y centro de vida estudiantil.
Con cuatro tramos, 12,5 kilómetros de recorrido total y una altura máxima de 4.765 metros sobre el nivel del mar, el teleférico de Mérida ofrece desde su primer trayecto, saliendo de la estación Barinitas, ubicada a 1.577 metros sobre el nivel del mar, vistas únicas de la ciudad y la hermosa montaña que la enmarca.
Dos tramos más, llevan a las estaciones La Aguada, ubicada a 3.452 metros sobre el nivel del mar y Loma Redonda a 4.045, trayecto durante el cual se ven, desde lo alto, los valles de Mérida y hacia arriba, el pico Bolívar, el punto más alto de Venezuela.
Ubicado a 4.765 metros sobre el nivel de mar, el cuarto tramo del Mukumbarí lleva al Pico Espejo. Un mirador con la virgen de las Nieves da la bienvenida a la estación donde se pude ver y hasta tocar la nieve. Desde allí se pueden apreciar los picos Bolívar, Humboldt y Bomplant, y en un día despejado, se puede llegar incluso a ver Barinas.
Ya sea en épocas de mayor nieve, entre julio y septiembre, o la del clima más despejado, entre diciembre y febrero, visitar el Teleférico Mukumbarí es la mejor opción para disfrutar Mérida por todo lo alto.
Al calor de Maracaibo
Y si hablamos de la tierra del sol amada, llena de contrastes y color, qué mejor muestra de esto que las calles del barrio El Saladillo, heredero de los colores y sabores de Maracaibo. Allí se funden costumbres, tradiciones y una gastronomía de remotas raíces, con la actividad económica, social y cultural propia de la ciudad.
Este tradicional barrio se caracteriza por unas viviendas muy populares, desarrolladas durante los siglos XIX y XX, dotadas de un estilo local propio, adaptado a las condiciones climáticas de la ciudad, edificaciones que dieron a este lugar un carácter autóctono y una identidad propia muy arraigada.
Su nombre se originó por su ubicación, al lado de unas salinas (ancha y angosta) que iban desde el frente del puerto de Maracaibo.
Desafortunadamente en la década de 1970, bajo la presidencia de Rafael Caldera, un plan inconcluso de desarrollo urbano, acabó con buena parte del barrio para ampliar las vías de transporte automotor, por lo que hoy en día son pocos los vestigios que quedan del barrio original.
Las edificaciones históricas que se conservan están en los alrededores de la Calle de la Tradición o Calle Carabobo, la cual ha sido declara Zona de Valor Histórico de la Nación y Patrimonio Histórico Artístico y Cultural de la ciudad de Maracaibo.
Reconocida como un importante centro económico del occidente de Venezuela, en Maracaibo se viven sus tradiciones, especialmente en la calle Carabobo que, ubicada en pleno centro de la ciudad, evidencia en su arquitectura autóctona, angostas calles, y coloridas fachadas con ventanas de madera y tejas rojas, el calor de su gente y la forma en que siempre se ha disfrutado la vida en la capital del estado Zulia.
Nació con la ciudad
La que hoy es la Plaza Bolívar de Caracas, ha existido desde el primer día de la fundación de la ciudad por Diego de Losada, el 25 de julio de 1567, justamente es el espacio a partir de la cual se desarrolló la vida urbana de “Santiago León de Caracas”, hace más de 400 años. Desde entonces, el sitio se convirtió en el corazón de esta urbe y del país.
A partir de 1754, la plaza comenzó a lucir unas arquerías construidas por el Gobernador Phelipe de Ricardos, que sirvieron para ubicar comerciantes informales, convirtiéndola en el Mercado Mayor de la ciudad.
A nivel constructivo, la Plaza Bolívar ha pasado por procesos de transformación de siglo a siglo, como el proyecto de remodelación realizado en la segunda mitad del siglo XIX que implicó el traslado del Mercado a la Plaza de San Jacinto, la demolición de los arcos, la instalación de las fuentes y los jardines, la construcción de las gradillas y en el siglo XX, la sustitución del piso original por placas de granito gris.
Ese espacio entre cuatro esquinas: Monjas, Principal, Gradillas y La Torre, ha sido testigo de la historia de esta urbe y del país: mercado colonial, toros y cañas, teatro, danzas y fiestas, plagas y epidemias, terremotos y guerra, triunfos y derrotas, heroísmos e independencia, hasta ejecución y fusilamiento de enemigos políticos y conspiradores contra el gobierno colonial español, siendo los más conocidos el de José María España y José Leonardo Chirinos, cuyos cadáveres fueron descuartizados en la misma plaza en 1799.
Sus denominaciones han cambiado a la par de la evolución de su historia y su infraestructura:Plaza Mayor, Plaza Pública, Plaza Nueva, Plaza Real, Plaza Vieja, Plaza Principal, Plaza de Armas, Plaza de la Constitución, Plaza de la Catedral, Plaza del Mercado y Plaza Bolívar.
El 7 de noviembre de 1874, Antonio Guzmán Blanco inauguró la estatua ecuestre del Libertador en la Plaza Bolívar de Caracas en medio de una gran celebración que incluyó el uso, por primera vez, de aparatos eléctricos para iluminar sus espacios.
Es una réplica esculpida en bronce, con una aleación de 90% de cobre, de la escultura El Libertador del Perú, hecha por el artista Tadolini quince años antes en ese país. Su autor fue Escipión Tadolini, hijo del primero. Mide 4 metros de altura y representa a Simón Bolívar sobre un caballo erguido sobre sus patas traseras.
Un dato curioso es que en el interior de la base del pedestal de la obra, se guardan una serie de monedas de plata de la época y documentos como: la colección Historia y Geografía de Venezuela, escrita por Agustín Codazzi; el acta del primer censo de la República, realizado en 1873; un ejemplar de cada uno de los principales diarios que circulaban en el país, junto a las Constituciones de los años 1857, 1858, 1864 y 1874.
La Plaza Bolívar de Caracas literalmente nació con la ciudad y junto a ella ha ido evolucionando y consolidándose como icono de la capital del país y protagonista de la vida caraqueña. Y como esta ciudad está llena de contrastes, historias, vida, y parece renovarse constantemente.
El omnipresente San Juanote
Resulta impresionante la vista de la monumental figura del Santo Patrono de la capital del estado Guárico, allí, en pleno centro de la ciudad, cerca de la iglesia y la sede de la gobernación, un icono que, junto a Los Morros de San Juan, sin duda forma parte vital del latir de esta urbe llanera.
Esta figura de casi 20 metros de altura domina el centro de la ciudad desde un promontorio ubicado a unos cuarenta metros sobre el nivel de la Plaza Bolívar, por lo que además es visible, prácticamente, desde todos los rincones.
San Juanote fue prometido por Juan Vicente Gómez en respuesta a una solicitud de la población de San Juan de los Morros. Fue construida a principios de la década de 1930 y entregada, como un presente para la ciudad, al ser decretada capital del Estado Guárico, teniendo como fecha de inauguración el 21 de diciembre de 1935.
Hay discrepancias en su autoría, algunos aseguran que el diseño original es del escultor Alejandro Colina, otros dicen que es de Renzo Blanchini, encargado de terminar la obra.
La imponente representación de San Juan Bautista, sostiene en su mano izquierda un cayado terminado en cruz y, en la derecha, una concha marina, símbolo cristiano del bautismo. A un lado de su pie izquierdo hay un cordero. La base de la estatua tiene bajorrelieves que representan momentos en la vida del Santo.
La imagen de San Juanote está protegida por leones de concreto y cañones antiguos, pero sin duda la protección más efectiva es la devoción y el cuidado de toda la población de San Juan, quienes ven en ella una parte significativa de su identidad cultural.
Un puente en la angostura del Orinoco
Ciudad Bolívar es una tranquila población que descansa a un lado del tercer río más caudaloso del mundo y el más grande de Venezuela. En el paisaje de esta hermosa ciudad del estado Bolívar, la angostura del río Orinoco se funde con el casco colonial y el impactante puente que conecta, en la parte más estrecha del río, a los estados Anzoátegui y Bolívar.
Inaugurado el 6 de enero de 1967, para ese momento el noveno puente del mundo, el más grande de Suramérica y el primero que unió por vía terrestre las mitades norte y sur de Venezuela a través del río Orinoco. Está constituido por un armazón metálico de 1.678 metros de largo y 14,6 metros de ancho. Sus torres tienen 119 metros de altura cada una.
El puente Angostura – cuya altura máxima sobre las aguas del Orinoco es de 57 metros en verano y de 41 metros en la temporada de lluvias – fue diseñado y construido por una empresa estadounidense, pero la ejecución de la obra fue supervisada por el arquitecto criollo Paul Luztgarten, con mano de obra 100% venezolana, proveniente de Bolívar, Anzoátegui y Monagas.
Esta ciudad fue fundada con el nombre de Angostura en 1764 y renombrada en 1846 como Ciudad Bolívar, en honor al Libertador. El día 5 de julio de 2009 se declaró como capital temporal de Venezuela, en motivo de la conmemoración del 198° Aniversario de la Independencia de la República.
Sus calles y construcciones de estilo colonial guardan la historia del país con espacios como la Catedral de Ciudad Bolívar, la Casa Parroquial, la Casa Museo San Isidro, la Casa del Congreso de Angostura, la Casa del Correo del Orinoco, la Cárcel Vieja y el Fortín Zamuro.
Con más de 50 años de servicio, el puente en la angostura del Orinoco es más que un icono turístico del estado Bolívar, constituye una de las joyas de la ingeniería en Venezuela, no solo por la complejidad de su estructura sino por el papel estratégico que jugó por mucho tiempo, como único enlace vial entre el estado Bolívar y el resto del país.
En Venezuela sobran las razones para sentirnos orgullosos, nuestras ciudades con sus impactantes iconos son una buena muestra de ello. Hermosos templos y casonas coloniales, imponentes esculturas, edificaciones llenas de historia, impresionantes obras de infraestructura, parques que exponen una de las biodiversidades más amplias del planeta, elementos que nos definen y constituyen parte importante de nuestro patrimonio cultural.
Conocer nuestros valores y legado es un primer paso para lograr su protección, pues solo se puede cuidar lo que se reconoce. Sirva este primer recorrido por iconos de ciudades de nuestro país, como una muestra de la singularidad de lo afirmativo venezolano. Vendrán muchas más, sin duda.
Con información de IAM Venezuela, Venezuela Tuya, Caracas Cuéntame y NotiZulia
No te pierdas
> Waraira Repano, guardián eterno de Caracas
> La Flor de Venezuela, hermoso espectáculo en la capital larense
2 comentarios
Es bueno dar a conocer todos estos sitios de nuestra Venezuela querida. Le felicito por tan hermosas vistas.
Gracias. Resaltar con pasión y empeño nuestra historia, gentilicio, patrimonios y riquezas naturales es una tarea imprescindible para sembrar conciencia sobre la grandeza de Venezuela.