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Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

por Haiman El Troudi
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Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

¿Quién puede imaginarse a la capital de Venezuela sin el majestuoso Ávila resguardándola? Definitivamente resulta imposible pensar en esta vibrante urbe sin la compañía del Waraira Repano, eterno guardián de Caracas. Y es que desde cualquier lugar de esta congestionada ciudad, el imponente verdor de la gran muralla natural que la separa del Mar Caribe está siempre presente, como dice la canción, desde Petare rumbo a La Pastora.

Con una altura máxima de 2.765 metros sobre el nivel del mar (Pico Naiguatá), el Parque Nacional  Waraira Repano  (El Ávila) constituye, desde tiempos inmemorables, el marco natural que rodea a la capital de Venezuela y un espacio de vida con una riquísima biodiversidad.

Alejandro de Humboldt​, geógrafo, naturalista y explorador alemán, junto a Aimé Bonpland, naturalista, médico y botánico francés, ascendieron hasta la cima del Ávila el 3 de enero de 1880. Los acompañó en una parte de la excursión el joven Andrés Bello, quien contaba entonces con 19 años.

El Waraira Repano es, además, vital para la salud de los caraqueños como espacio de esparcimiento y por ser el pulmón de esta ciudad densamente poblada, pues ofrece espacios naturales y fuente de oxígeno, parte importante sin duda, de los nueve metros cuadrados de áreas verdes que la Organización Mundial de la Salud recomienda que cada ciudadano tenga acceso.

Waraira Repano

Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

 

El nombre Waraira Repano viene de los indígenas de la etnia Caracas y significa “Sierra Grande”. Esta montaña se localiza en la cadena del Litoral Central y forma parte de la Cordillera de la Costa, en la región centro norte de Venezuela. Se extiende desde el estado La Guaira, el Distrito Capital hasta el norte del estado Miranda.

Desde tiempos ancestrales El Waraira es muy importante para la vida de las personas, una motivación para amar la flora y la fauna, fuente de inspiración para innumerables poetas, artistas plásticos y cantantes.

Además, sus espacios ofrecen variadas opciones para el sano esparcimiento, como un teleférico, restaurantes, pista de patinaje sobre hielo y una amplia planicie con miradores, desde los que es posible disfrutar el paisaje marino de La Guaira.

Guardián bajo protección

Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

 

El Ávila fue decretado Parque Nacional el 12 de diciembre de 1958, mediante el Decreto  N° 473. Este emblemático lugar de recreación y esparcimiento contó en sus inicios con una superficie de 66.192 hectáreas.

En 1974 esa superficie fue ampliada 19 mil hectáreas, para un total de 85 mil 192 que conforman el parque en la actualidad.

Fue en el año 2011,  por decreto del Comandante Hugo Chávez, que pasó a llamarse Waraira Repano, en reconocimiento a los pueblos indígenas originarios que le dieron ese nombre y a su legado cultural e histórico.

Entre mitos y leyendas

Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

 

Cuentos, mitos y leyendas se tejen desde siempre en torno a esta montaña. Dicen que es un volcán o que en sus entrañas hay una serpiente dormida, pasando por la Virgen del Picacho, los aparecidos, fantasmas y tesoros ocultos, el querido cerro ha sido fuente de inspiración de muchas historias.

Una de ellas, de origen indígena, asegura que en tiempos antiquísimos no existía la montaña. Cuentan que un día las tribus ofendieron a la gran Diosa del Mar y los Dioses lanzaron su ira sobre el pueblo aborigen del Valle de Caracas. Aunque los Chamanes intentaron conjurar el castigo, un estruendo anunciaba la llegada de una gran ola que arrasaría con hombres, piedras, árboles y animales, presagiando la extinción de la vida.

Ante el clamor arrepentido del pueblo que imploró perdón de rodillas, la Diosa mostró clemencia y justo cuando iba a descender la ola sobre ellos, se convirtió en la gran montaña que hoy existe.

Luego apareció el Sol y un arcoíris surcó el valle. Todos voltearon hacia el cerro reverenciando su imponente silueta mientras gritaban ¡Waraira-Repano! Desde entonces custodia a Caracas, cambiando de colores con el paso del Sol, como lo hace el mar.

La historia del Parque

Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

 

En la segunda década del siglo XX cuando la Caracas de los techos rojos comenzaba a crecer, con el fin de asegurar las aguas de las quebradas que nacían en la vertiente sur del Ávila, la autoridades fueron comprando las fincas y propiedades ubicadas en las faldas de la montaña, desde el Camino de los Españoles hasta la quebrada Caurimare.

A los pobladores de Galipán y Hoyo de la Cumbre, como estaban en la vertiente norte, se les permitió permanecer en sus terrenos con sus tradicionales actividades agrícolas. En 1940 William Vogt, ecólogo de fama mundial, tras evaluar los ecosistemas venezolanos, resaltó la importancia de preservar las zonas montañosas para evitar que la lluvia provocara erosiones catastróficas y se afectaran los reservorios de agua de las ciudades.

En el caso del Ávila, un grupo de científicos, entre ellos Henry Pittier, Alfredo Jahn y Eduardo Rohl, hicieron comprender su importancia como pulmón vegetal y la necesidad de protegerlo en su totalidad, a fin  de impedir que la violenta expansión física y demográfica de la capital se tragara la montaña, como sucedió en el bosque de Los Mecedores.

No sólo se declaró Parque Nacional en 1958, sino que se instalaron viveros en distintos sitios del parque. Con estos trabajos lograron rescatar plantas y especies de aves, mamíferos, reptiles y batracios. Además, identificaron dentro de sus 85 mil 192 hectáreas diversos ríos, quebradas y formaciones rocosas.

Cuna de biodiversidad

Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

Querrequerre (Cyanocorax yncas), una de las especies de aves que habita en el Waraira Repano.

 

El Waraira Repano es un importante refugio de fauna silvestre, en el que se puede encontrar gran variedad de pequeños mamíferos, aves y reptiles. El 36% de las aves del país hacen vida en esta montaña, unas 500 especies distintas, incluidas nueve que sólo se encuentran en nuestra nación.

Entre los animales de tierra podemos encontrar miles de insectos, más de 100 especies de mariposas y 120 especies de mamíferos aproximadamente, como ardillas y cachicamos, cunaguaros y pumas, pero gran parte son muy difíciles de observar ya que se alejan de las zonas cercanas a la ciudad para internarse en los bosques más profundos. Además conviven en este rico ecosistema unas 20 especies de anfibios y 30 de reptiles.

Los estudios botánicos arrojan que se pueden observar aproximadamente 1.800 especies de plantas, entre ellas el árbol gigante llamado El Niño, otras como el Frailejón Arbolito y 180 variedades de orquídeas, aproximadamente. Se han descubierto una decena de especies de plantas endémicas y también se encuentran especies cultivadas por el hombre, como guamo, café y eucalipto en los lugares donde se establecieron haciendas durante la época colonial.

Un regalo para Caracas

Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

 

El Waraira Repano constituye un regalo para Caracas, no sólo por su exuberante verdor y su variada biodiversidad, sino porque se puede disfrutar, en cualquier momento, de su frescura, el silencio y la tranquilidad del contacto con la naturaleza, terapia invaluable para la salud física, mental y espiritual.

Desde Altamira, Cotiza, Los Chorros y El Marqués es común ver a los caraqueños subiendo el cerro, para disfrutar de un sano esparcimiento en familia. Disfrutar de este espacio puede llevarte a recorrer la selva, pasar por arroyos, cascadas, observar animales y acampar, siempre rodeados por el canto de los pájaros.

Y si te acercas hasta el pueblo de Galipán, puedes disfrutar aromas de eucalipto, romero y diversas flores, y cerrar el paseo con un tradicional sanduche de pernil.

Amenazas

Waraira Repano, guardián eterno de Caracas

 

El pulmón vegetal de Caracas, lamentablemente, está expuesto a varias amenazas, desde el cambio climático, incendios forestales hasta las invasiones ilegales. Es usual, especialmente en verano, ver el fuego consumiendo hectáreas del Waraira. A pesar de los cortafuegos y la oportuna actuación de los bomberos forestales,  algunos causan gran daño, llegando incluso a salirse de control.

Las fuertes lluvias causan erosión en los terrenos de la montaña. En 1999 parte de ella sufrió una, a gran escala, como consecuencia de una vaguada que trajo el desgarre de hectáreas enteras. Otro problema lo constituye la expansión demográfica de la ciudad, que propicia  las invasiones de terrenos en la falda del cerro, ocasionando así deforestaciones y construcción de viviendas ilegales.

El llamado es a que todos contribuyamos a cuidar nuestro querido Waraira Repano, símbolo de la Venezuela afirmativa. Debemos convertirnos en los guardianes de este importante ecosistema, de la misma forma cómo él ha custodiado la vida de la ciudad por años.

 

Con información de Cerro El Ávila, Natura Medioambiental  y Correo del Orinoco


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4 comentarios

DARSON JARAMILLO PINEDA agosto 11, 2019 - 4:03 pm

ES UN PARQUE MUY BELLO Y EXTENSO LLENA DE NATURALEZA DONDE SE RESPIRA TRANQUILIDAD ADMIRANDO SU BASTO CAMPO FORESTAL ESTE PARQUE ES UNA DE LAS REPRESENTACIONES MAS BELLAS QUE HAY EN NUESTRA TIERRA VENEZUELA

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Mary Avila julio 23, 2020 - 6:34 am

Al llegar a este parque se siente la energía maravillosa de la naturaleza, su aire, su olor, su pureza es tan auténtica que jamás se puede olvidar.

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Daniel Garmendia diciembre 10, 2021 - 12:54 pm

¿Quién le dio el Nombre de «Ávila» a la montaña y en honor a quién?

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Manuel Willie septiembre 29, 2024 - 8:25 am

Extraordinario artículo

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