La Unesco aprobó las acciones propuestas por Venezuela para la salvaguardia de los «Cantos de Trabajo del Llano colombo-venezolano”, explicadas en el informe periódico presentado conjuntamente con Colombia en la 17ª Sesión del Comité Intergubernamental de la Unesco para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se efectúa en Rabat, Marruecos.
En el primer día de actividades el jurado examinador votó favorablemente por el informe presentado por ambos países. Al respecto, el Comité destacó la importancia del mayor grado de unión entre los dos países para fortalecer las medidas de salvaguarda de esta manifestación.
En la ronda de oradores por parte de Colombia el informe fue presentado por la líder indígena, Leonor Zabaleta Torres, embajadora ante la ONU en Nueva York. Mientras que, por la parte venezolana, el presidente de la Fundación Centro de la Diversidad Cultural, Benito Irady, expuso las acciones adelantadas por nuestro país y las nuevas propuestas.
Venezuela y Colombia avanzan en la protección de los cantos de trabajo
En ambas intervenciones se destacó el interés de Venezuela y Colombia en seguir avanzando unidos en los propósitos de esta Convención y, particularmente, en lo que respecta a las acciones para la protección de la manifestación común: Cantos de trabajo del Llano.
“En nuestra Constitución se nos define como una sociedad multiétnica y pluricultural, son razones claras para entender el compromiso entre el Estado y las comunidades practicantes de los cantos de trabajo del llano colombo-venezolano”, afirmó Benito Irady en su intervención ante el Comité.
El Presidente del Centro de la Diversidad Cultural de Venezuela acotó que las efectivas acciones y propuestas reflejadas en el informe aprobado, “se deben esencialmente a los esfuerzos de los portadores de la tradición, incluso en los difíciles tiempos de pandemia para salvaguardar conocimientos ancestrales, en alianza natural con nuestras instituciones de gobierno”, explicó Irady.
Ley para Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial
Por otra parte, Irady resaltó la puesta en vigencia de la Ley para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial en septiembre de 2021, resultado de amplios debates generados por la Asamblea Nacional entre comunidades practicantes del patrimonio vivo. Una ley que representa una guía para cumplir con mayores compromisos entre las manifestaciones que requieren medidas de resguardo urgentes.
En este caso específico, de los Cantos de trabajo del Llano, Irady dijo: “Juntos, Colombia y Venezuela debemos avanzar mucho más (…) el tiempo lo hará posible y el pueblo de ambos países lo reclama”.
Cuatro años de la declaratoria como patrimonio mundial
La manifestación de los Cantos de trabajo de los Llanos de Colombia y Venezuela fue aprobada como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad en el año 2017. Contempla el conjunto de expresiones inmateriales que hacen parte de las actividades de arreo y ordeño, que sirven para aliviar el pesar que genera el esfuerzo de esta labor específica.
Venezuela y Colombia presentaron una solicitud de declaratoria de patrimonio cultural de esta manifestación ante la Unesco, como una medida de protección. Así, el 5 de diciembre de 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura incluyó los Cantos de trabajo del Llano colombo-venezolano en la Lista del Plan Especial de Salvaguardia Urgente del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Esta declaratoria formaliza un desafío a la modernidad, un reto al tiempo presente frente a las nuevas tecnologías. Forma parte de los esfuerzos para salvaguardar esta práctica, entre los que destaca la celebración de encuentros entre depositarios de este patrimonio cultural y jóvenes de la región. Además, se organizan proyectos de formación para maestros de escuela y festivales de canto.
Cantos del llano, siglos de historia
El Llano canta desde el siglo XVI, tiempo al que se remonta su origen con la llegada del ganado vacuno traído desde España. La dinámica social en torno a la ganadería, la cría y el pastoreo, conformaron un ejercicio que se ha transmitido, de generación en generación, desde entonces.
Ya en la Guerra de Independencia se evidenciaba que los llaneros son pródigos cantadores.
Desde la Colonia estas formas de expresión se repiten en los oficios femeninos como pilar maíz, lavar ropa y en el acompasado ritmo del pilón, mientras la mano va trabajando, triturando el grano.
Reflejo de la venezolanidad
Luis Felipe Ramón y Rivera, musicólogo venezolano, fue el primero en dedicarse al estudio de esta manifestación con su obra “Cantos de trabajo del pueblo venezolano” (1955).
Pero por su importancia en la vida del Llano, los cantos de faena han sido reflejados en todos los ámbitos, incluyendo la literatura venezolana. Están presentes en obras como “Memorias de Mamá Blanca” de Teresa de la Parra, “Cantaclaro” y “Doña Bárbara” de Rómulo Gallegos, y “Diario de un llanero” del cunavichero Antonio José Torrealba.
Los llamados cantos de vela acompañan la labor del centinela en descampado, quien mantiene despiertas a las reses con cantos, silbidos y gritos durante las horas nocturnas. Si el ganado dormita y despierta con sobresalto, se desbarajusta la manada y se pierde el rebaño.
La peonada canta a la manada a cielo abierto, para que las reses serenen la jornada del día. Las letras reflejan vivencias comunes y emotivas, inspiradas en los largos trechos de camino.
Con información de Centro de la Diversidad Cultural
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