Pensar en Venezuela es pensar en colores vibrantes. El amarillo, azul, y rojo que identifica el gentilicio con la bandera nacional, la gama de tonalidades del lila al blanco de las orquídeas, las incontables variedades de amarillo de los araguaneyes en flor, y el contraste entre el negro y el amarillo de los turpiales, son sólo una muestra de ello.
Venezuela es luz, es vida y sus símbolos así lo evidencian. Esos símbolos que asumimos como propios de nuestra tierra, representados en su flora y fauna, en sus paisajes y en los símbolos patrios que cuentan la historia de gloria del país del Libertador Simón Bolívar.
Recorramos los vibrantes tonos de la Venezuela afirmativa, a través de los aspectos que nos identifican como nación, que van más allá de los decretados en Gaceta, matices que muestran la identidad nacional y nos diferencian de otras culturas.