El 5 de julio de 1811 Venezuela consagró su independencia, un acto de voluntad del pueblo que desde años atrás había comenzado a luchar por su libertad. Nuestro país se convirtió en esa fecha en la primera colonia en América en anunciar su emancipación de la Corona Española.
Impulsado por la Sociedad Patriótica, con Francisco de Miranda y Simón Bolívar al frente, el histórico acontecimiento marcó el destino político y social del país. La tarde de ese viernes los representantes de las provincias de Caracas, Cumaná, Barinas, Barcelona, Margarita, Mérida y Trujillo proclamaron libre a la nación del dominio español.
Una década de luchas, victorias y derrotas llevó al 5 de julio de 1811, pero quedaría todavía mucho por enfrentar hasta lograr la independencia del país. Las brasas del fuego de la libertad, antes atizadas por los rebeldes pueblos indígenas y los indómitos cimarrones esclavizados, se seguirían alimentando con las acciones de los precursores de la emancipación y los patriotas, llegando a convertirse en la flama de la libertad.
El 5 de julio de 1811
La mañana del 5 de julio de 1811, el Presidente del Congreso, Juan Antonio Rodríguez Domínguez, anunció la posición a favor de la emancipación. En una larga sesión pública, buena parte de los 36 diputados presentes pronunciaron amplios alegatos a favor. Se hizo la votación definitiva. Ese viernes, en horas de la tarde, el Supremo Congreso declaró la absoluta independencia de Venezuela.
“A nombre y con la voluntad y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes, y que como tal Estado libre e independiente tiene un pleno poder para darse la forma de gobierno que sea conforme a la voluntad general de sus pueblos”.
Estas palabras forman parte de la proclama que contiene el Acta. Así, los miembros del Supremo Congreso declaraban el establecimiento de una nación que tenía como base los principios federales y republicanos, rompiendo de manera definitiva con la monarquía española. Con este acontecimiento, Venezuela se transformó en el primer país de Hispanoamérica y el tercero de América que declaraba su independencia, después de Estados Unidos (1776) y Haití (1804). Fue un acto jurídico-político trascendental, emanado de la voluntad del pueblo soberano que había elegido a los diputados al Congreso.
Ese mismo día en sesión vespertina, se encomendó redactar un documento al diputado Juan Germán Roscio y al secretario del Congreso, Francisco Isnardi. Éste debería contener los motivos y causas que produjeron la Declaración de la Independencia para que, luego de ser revisado y aprobado por el Congreso, sirviese de Acta, y pasara al Poder Ejecutivo para legalizarlo.
Proclama de los derechos del pueblo
Ya el primero de julio de 1811, en sesión legislativa desde el Palacio de Gobierno de Venezuela, ubicado en la provincia de Caracas, el Supremo Congreso venezolano, con Francisco Xavier Yanes como presidente, había proclamado la Declaración de los Derechos del Pueblo. Desde ese momento se instauró que la soberanía residía en la gente, y el ejercicio de ella en los ciudadanos con derecho a sufragio.
La soberanía reside en el pueblo, y el ejercicio de ella en los ciudadanos con derecho a sufragio por medio de sus apoderados legalmente constituidos.
Proclama de los Derechos del Pueblo, 1 de julio de 1811
Esta acción, antecedente importante del 5 de julio de 1811, marcó el inicio de la organización del Estado por medio de una Constitución, para tener una soberanía como poder supremo que no estuviese más en manos de la monarquía.
El texto expone además una máxima sencilla: «haz siempre a los otros el bien que querrías recibir de ellos; no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti». La Declaración de los Derechos del Pueblo fue la tercera más importante de su tipo que se daba en el mundo en esa época, abriendo la participación al pueblo que desde años atrás luchaba contra la opresión.
A fuego lento
La decisión de aprobar definitivamente la autonomía nacional por parte del Supremo Congreso se demoraba por vacilaciones y dudas. Entre mayo y junio la Sociedad Patriótica intensificó su presión sobre el Congreso buscando que declarara la emancipación. Desde mediados de junio estaba presente en los discursos el tema de la emancipación. Personajes como Juan Germán Roscio, Fernando Peñalver, Francisco Javier Yanes y Francisco de Miranda lo habían mencionado. En la sesión del 2 de julio se presentó una «moción sobre la necesidad de la Independencia», la cual quedó suficientemente apoyada.
El debate continuó el 3 de julio, después de que el presidente del Congreso manifestara que era “el momento de tratar sobre la independencia absoluta”. Tras varias intervenciones se armó una trifulca sin decisión. Esa misma noche, en la Sociedad Patriótica la aspiración por la libertad inspiró a Simón Bolívar a pronunciar su primer discurso político conocido:
“Trescientos años de calma, ¿no bastan? La junta Patriótica respeta como debe, al Congreso de la Nación, pero el Congreso debe oír a la Junta Patriótica, centro de luces de todos los intereses revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad sudamericana, vacilar es perdernos”.
Como grupo de presión, la Sociedad Patriótica era conocida como el segundo Congreso, pero Bolívar abogaba por el respeto al Poder Legislativo, y la necesidad de que fuese el Congreso el que declarase la Independencia. Siguiendo su propuesta, una delegación de la Sociedad Patriótica intervino en el Congreso el 4 de julio, pero se suspendió el debate para consultar el Poder Ejecutivo plural, que formaban Cristóbal de Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón. Estos debates que comenzaron el 2 de julio terminarían el 5 de julio de 1811.
¡Viva la Patria! ¡Viva la libertad!
En las barras había un público numeroso el 5 de julio de 1811. Estaba formado en buena parte por miembros de la Sociedad Patriótica, como Simón Bolívar, Miguel Peña y Antonio Muñoz Tébar. A las tres de la tarde, en medio de las aclamaciones de los diputados y del público, Rodríguez Domínguez anunció que estaba «declarada solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela».
La oposición fue escuálida. El acta expresa que la mayoría fue casi unánime, con la excepción de Manuel Vicente de Maya, de La Grita, quien sostenía que la declaración era prematura. También presentaron objeciones el presbítero Ramón Ignacio Méndez y el diputado Juan Bermúdez de Castro, quien luego modificó su opinión y votó a favor.
El júbilo estalló. El pueblo gritaba ¡Viva la Patria! ¡Viva la libertad! Francisco de Miranda y Francisco Espejo encabezaron una manifestación de ciudadanos que salió a las calles entre toques de tambores y repiques de campanas celebrando el anuncio. Se dirigieron al Palacio Arzobispal para invitar al arzobispo Coll y Prat a celebrar la nueva. Miranda portaba el pabellón tricolor que sería luego adoptado como símbolo de la nación. Fueron también a la plaza Mayor, actual plaza Bolívar, donde Miranda, según lo expresa fray Juan Antonio Navarrete, «tremoleó la bandera de la Libertad e Independencia como teniente general de las Tropas Caraqueñas».
Tan pronto como tuvo conocimiento de la declaración, el Poder Ejecutivo plural, cuya presidencia ejercía ese día 5 de julio de 1811 Juan de Escalona, dirigió una proclama a los habitantes de Caracas informándoles que el Supremo Congreso de Venezuela había acordado la independencia absoluta.
Una década de luchas
El 5 de julio de 1811 tiene sus antecedentes en el fracasado movimiento insurreccional de Gual, España y Picornell, promovido desde La Guaira en 1797, así como en los proyectos constitucionales y luego, a principios del siglo XIX, con las expediciones de Francisco de Miranda de 1806, y los acontecimientos del 19 de abril de 1810.
La mañana del 19 de abril de 1811 la ciudad de Caracas festejó el primer aniversario de la conformación de la Junta Suprema, y la expulsión de Vicente Emparan. Los festejos fueron programados por la Sociedad Patriótica, la organización política más efervescente e influyente, que reprochaba al Supremo Congreso de Venezuela su tibieza y miramientos en relación a la independencia absoluta de Venezuela como condición para la fundación de la República.
Se eligieron 44 diputados, 24 por la provincia de Caracas, nueve por Barinas, cuatro por Cumaná, tres por Barcelona, dos por Mérida, uno por Trujillo y uno por Margarita. Estas siete provincias formaban la Confederación Americana de Venezuela.
El 2 de marzo, en la casa del Conde de San Javier, se hizo la sesión inaugural del Congreso General de Venezuela. Fue el primer Parlamento convocado en Venezuela, protagonista de acciones trascendentales como la del 5 de julio de 1811. El Congreso tenía el principal objetivo de lograr la redacción de la Constitución.
Después del 5 de julio de 1811
El documento conocido como Acta de la Independencia, aun cuando está fechado en Caracas el 5 de julio de 1811, día en que fue declarada, fue redactado posteriormente. El Acta por la cual se justifica política y jurídicamente la emancipación fue escrita por Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi. El 7 de julio fue leída, aprobada y suscrita por los miembros del Congreso.
Fue publicado oficialmente el 14 de julio, día en el cual se organizó una ceremonia en la Plaza Mayor, en la que izaron la bandera de la Venezuela independiente los dos hijos del prócer José María España, ejecutado por las autoridades monárquicas en ese mismo lugar 12 años antes.
En el mes de agosto de ese mismo año se plasmaron las últimas firmas y pasó al Libro de Actas. Pero el Supremo Congreso no se quedó solo en la declaración de independencia, sino que la hizo visible y sentó sus bases. Así, en diciembre de ese mismo año aprobarían la nueva Constitución.
Con información de Memorias de Venezuela y Venezolana de Televisión
No te pierdas
> La universal firma de Miranda enaltece nuestra Acta de Independencia
> José Leonardo Chirino y su revolución precursora
> Conoce las batallas de la gesta emancipadora de Venezuela
> La Batalla de Carabobo sepultó tres siglos de poderío español