La comida chatarra, con aditivos químicos, carbohidratos procesados, azúcar refinada y la baja ingesta de alimentos naturales como vegetales, frutas y hortalizas, no solo afecta nuestra salud sino la del medio ambiente.
La industria del alimento provoca cerca de la mitad de las emisiones de gas con efecto de invernadero, desde el proceso de producción hasta que terminan servidos en nuestra mesa pero además, en la actualidad, se pierde o desperdicia el 1/3 de la comida que se produce en el mudo, lo que genera 8% de las emisiones anuales.
Una dieta poco saludable está generando aumento excesivo de peso, obesidad, repunte de enfermedades cardiovasculares, diabetes, entre otras afecciones.
Cambiar nuestros hábitos alimenticios no solo mejora nuestro bienestar físico, sino que fortalece nuestra salud y la del planeta.
La agricultura no solo es víctima del calentamiento de la Tierra, sino que también es un factor que contribuye a ello, principalmente por la producción y liberación de gases de efecto invernadero y por la alteración de la superficie del planeta. Y no olvidemos que los alimentos que comemos normalmente llegan a nuestra mesa tras ser producidos, almacenados, envasados, transportados, preparados y servidos, siete fases que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Como especie, nos toca adaptarnos a las consecuencias de las nuevas realidades ambientales. Definitivamente es hora de apartar las superficialidades de un mundo material y abrazar en colectivo los valores que nos unen con la naturaleza y con nuestro entorno.
Somos responsables de formar y dejar un legado de conciencia y perfeccionar estrategias para que nuestra descendencia enfrente con éxito los retos del cambio climático.
Adoptar mejores hábitos es urgente para inducir transformaciones en todo el sistema asociado a nuestra dieta diaria
Compartimos algunas sugerencias que te ayudarán en el cambio de tus pautas de consumo:
- Prefiere los alimentos naturales. De la naturaleza a la mesa se evita tanto la ingesta de comida con aditivos químicos nocivos para la salud, como el uso de envases desechables que contaminan el medio ambiente.
- Evita las carnes rojas. El ganado supone casi 2/3 de las emisiones de efecto invernadero y un elevado porcentaje de las emisiones de gas metano.
- Duplica el consumo de frutas y verduras. No sólo contribuye a disminuir el consumo de carnes, sino que podrás ahorrar si adquieres las de la estación o temporada.
- Disminuye la ingesta de azúcar refinada y dale preferencia a la sal marina. No imaginas la cantidad de enfermedades que previenes con ésta y el resto de las sugerencias, lo que ayudará, por ejemplo, a que la inversión en atención médica pueda ser redistribuida a la protección del medio ambiente.
- Sazona con especies y vegetales naturales. En general, esquiva los productos procesados y cuando no puedas evitarlos, selecciona los contenidos en materiales reciclables como cartón o vidrio.
- Prepárate para comer menos carne de res, cordero, cerdo, pavo, pollo, atún enlatado, huevos; y consumir más arroz, brócoli, tomates, lentejas, entre otras verduras, hortalizas y vegetales.
Con información de FAO, Vida Sostenible, N ational Geographic y Natura Medioambiental
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