Ante el rápido avance del cambio climático, América Latina se convierte en líder en energías renovables: se esfuerza cada día por invertir en proyectos de energía limpia más eficientes, adoptando también mejores políticas energéticas.
Durante la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, varios países de la región presentaron planes estratégicos para incrementar el desarrollo de energía renovable y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entusiasta del desarrollo de energías limpias, destaco el amplio desarrollo que le ha dedicado Uruguay a la energía solar y eólica, así también Costa Rica, al convertirse en el primer país del continente en funcionar totalmente con energía renovable por más de 250 días.
Otros países, como Brasil y Chile, están invirtiendo también en energía solar y eólica.
Brasil invirtió 7.1 mil millones de dólares en nuevas energías, demostrando su compromiso para transitar hacia una economía baja en carbono; mientras que Chile lidera con orgullo la energía solar con la implementación de la mayor planta fotovoltaica en la región: El Romero Solar, la cual tiene la capacidad de producir energía para 240,000 hogares, con aspiraciones a llevarla a niveles comerciales.
Del mismo modo, Venezuela se ubica en la vanguardia latinoamericana en el uso de energías renovables, con una inversión superior a los 5 mil millones de dólares. Su apuesta por seguir desarrollando el potencial hidroeléctrico del bajo Caroní, a instancias de los proyectos Caruachi y Tocoma, así como los primeros pasos en la instalación de parques eólicos en Los Taques, estado Falcón, y los avances en los proyectos para el desarrollo de energía geotérmicos y mareomotriz dan cuenta de ello.
Por su parte, Argentina y México revelan su interés en un cambio significativo, estableciendo objetivos de energía renovable, adoptando políticas de apoyo y la provisión de incentivos fiscales.
Argentina, particularmente, presentó un decreto para que el país genere el 8% de su electricidad a partir de fuentes renovables durante todo el año en curso.
Además, durante el encuentro, las principales ciudades latinoamericanas, como Río de Janeiro, Buenos Aires, Quito, Caracas, Ciudad de México y Santiago de Chile, establecieron alianzas globales, en las que comprometieron a trabajar más duro e implementar proyectos para abordar los impactos del cambio climático antes de 2020.
Acciones como éstas colocan a la región al frente de la promoción y desarrollo de nuevas formas de energía.