El desafío que implica quedarse en casa toda la familia puede resultar una oportunidad para fortalecer vínculos entre padres e hijos, y hay muchas alternativas para aprovechar el tiempo con los niños de forma positiva.
Es el momento de crear momentos inolvidables, dándole la vuelta a esta situación excepcional establecida por la cuarentena del Coronavirus (COVID-19), para disfrutar juntos actividades que, habitualmente, no se pueden compartir por las limitaciones cotidianas de la vida moderna.
Ante la situación generada por la pandemia, expertos en psicología y comportamiento social recomiendan establecer una rutina en casa, con horarios definidos para los niños. Entre las sugerencias están incluirlos en las labores del hogar, realizar juegos recreativos y educativos, ver películas, conversar, contar historias, leer, escuchar audio libros y otras actividades en la que participen todos y aprovechar el tiempo en familia de forma positiva.
Razón de ser de la infancia
“Todos los niños del mundo juegan, y esa actividad es tan preponderante en su existencia que se diría que es la razón de ser de la infancia”. Así lo explica la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en su publicación El niño y el juego, que destaca la importancia de esa actividad en el aprendizaje infantil.
Y ¿qué mejor momento que estos días de cercana convivencia para jugar en familia?
La Unesco recomienda de igual forma no convertir el juego en una competencia o en un trabajo, darle su tiempo y no tratar de convertir a los niños en adultos en miniatura.
La infancia es una etapa maravillosa e irrepetible, en la que el niño descubre el mundo a su propio ritmo, y tenemos la oportunidad de tener más tiempo para disfrutar de ese periodo al lado de nuestros hijos.
Desde muy pequeños
Sin importar la edad del niño, niña o adolescente, existe una variedad casi infinita de opciones de actividades lúdicas y juegos para pasar momentos inolvidables a su lado. Incluso los más pequeños pueden participar.
Entre las actividades más sencillas está dibujar con los dedos y para ello pueden prepararse pinturas usando materiales naturales como tierra, hojas y vegetales.
Otro ejemplo es el juego de cintas, que puede realizarse reutilizando una botella plástica. Primero, el pequeño introduce varias cintas de colores y, una vez todas adentro, debe sacarlas utilizando sus dedos, formando una pinza (índice y pulgar). Esta actividad ayuda a desarrollar su sistema motriz y a diferenciar los colores.
También podemos jugar a categorizar, utilizando distintos envases y objetos para que los niños clasifiquen según color o tamaño.
Otro juego, el de pesca, puede hacerse con una envase lleno de agua en el que se colocan varias pelotas u objetos que el niño puede “pescar” con algún instrumento.
Jugar sin nada
Hay muchísimas posibilidades de jugar, en familia, sin necesidad emplear muchos recursos. Una buena parte de ellas, fueron compartidas por generaciones anteriores que no contaban con dispositivos electrónicos ni computadoras. Recuperar esos juegos en el seno del hogar y compartirlos entre grandes y pequeños, es una muy buena opción.
Entre esas actividades están:
– Hacer juegos de sombras armando figuras con las manos. Solo se necesita una pared despejada y una lámpara que refleje luz directa para crear sombras.
– Acampar dentro de casa. Con sábanas, colchas, y hasta colchones se pueden armar tiendas en algún rincón de la casa y pasar horas simulando que están en un campamento.
– Construir aviones de papel y competir a ver cuál vuela más lejos.
– Hacer marionetas o títeres con medias o calcetines viejos, e incluso preparar una obra con estos personajes y presentarla en familia.
– Jugar a la búsqueda del tesoro, escondiendo un premio en algún rincón de la casa y dando pistas a los participantes para encontrarlo.
– Organizar desfiles de disfraces o shows de moda con ropa y accesorios que tengas en casa.
– Hacer en familia el árbol genealógico.
Regresar a lo nuestro
Contar historias siempre será una actividad agradable y divertida. Hay una amplia variedad de hermosos cuentos venezolanos como por ejemplo, “Tío Tigre y Tío Conejo” de Antonio Arráiz; “La Manzanita criolla” de Julio Garmendia; “La luna no es de pan de horno” de Laura Antillano; “La I latina” de José Rafael Pocaterra, y “El diente roto” de Pedro Emilio Coll.
Son historias escritas por venezolanos que permiten regresar a lo nuestro, valorar nuestras costumbres e idiosincrasia, y a su vez, transmiten valores importantes.
Regresar a lo nuestro significa también, recuperar esos juegos de la infancia traerán momentos divertidos para toda la familia:
- El escondite.
- La ere.
- La vieja, para lo que se requiere tan solo una hoja de papel o cualquier superficie en la que se pueda hacer el cruce de líneas y dejar 9 espacios para que cada jugador coloque c las O y las X hasta que el primero complete tres de la letra escogida.
- Stop, se puede jugar con hojas recicladas de papel y lápices o bolígrafos. Al escribir en cada columna las palabras que comienzan por una misma letra, los niños amplían su vocabulario.
Juegos verdes
Otra forma de aprovechar el tiempo con los niños en casa, es realizar actividades y juegos reutilizando distintos materiales, como las tapas de los envases plásticos.
Reunir, clasificar las tapas y preparar juegos para disfrutar en familia, al tiempo que los pequeños aprenden sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y se divierten.
Con las tapas podemos trabajar los colores, series, sumas y restas, memoria, tacto, discriminación auditiva, abecedarios y palabras, entre otras ideas. Compartimos algunas de ellas:
- Hacer un tablero usando distintos colores, formas o dimensiones, de acuerdo a las tapas que tengas disponible, para jugar a armar parejas según las coincidencias.
- Escribir números y símbolos en las tapas para practicar, junto a los niños, distintas operaciones matemáticas sencillas.
- Recortar figuras, formas y letras del tamaño de las tapas, las pegas a la superficie para utilizarlos como sellos caseros con los que los niños puedan jugar.
- Al colocar parejas de imágenes dentro de las tapas, se arma fácilmente un juego de memoria.
- Elaborar un tablero sencillo en cartón o papel y 10 tapas para jugar a la vieja.
- Si tienes muchas tapas recolectadas, se puede hacer el abecedario, colocando una letra en cada una, para jugar a armar palabras.
Son múltiples los beneficios de aprender jugando, pues estas actividades contribuyen a la formación de habilidades para la vida y desarrollar el pensamiento crítico en nuestros niños.
Además de estimular la creatividad, la imaginación, la capacidad de socialización y el razonamiento lógico, jugar en familia refuerza los vínculos emocionales entre padres e hijos.
Los juegos además son transmisores de valores, a través de los cuales podemos enseñar la importancia de la solidaridad, tomando como ejemplo la situación generada por la pandemia, el respeto, la tolerancia, la generosidad o la confianza en los demás.
Este es, sin duda, un momento para capitalizar el tiempo disponible a nuestro favor. No permitamos que la opción, obvia, de los dispositivos electrónicos, tenga más peso. Aprovechemos esa oportunidad de oro para pasar tiempo de calidad en familia.
Con información de Unesco, El Mundo, Jujuy al Momento, La Tercera y Las Provincias
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