La tradicional Fiesta del Cangrejo reúne a las familias de Delta Amacuro en una celebración que se repite cada año entre agosto y septiembre. En esa época, los waraos tienen sus maras artesanales listas para buscar al cangrejo azul, especie que ha formado parte de su gastronomía desde tiempos ancestrales
La pesca de este crustáceo se realiza anualmente en la barra del océano Atlántico y se celebra en toda la entidad, pero especialmente en las desembocaduras del caño Manamo al mar. Entonces, los indígenas provenientes de distintas comunidades y caños del Delta del Orinoco esperan el momento de la puesta exacta de la luna para ir en familia en busca del cangrejo.
Durante la temporada, la cual se extiende hasta septiembre, renace el encuentro familiar tanto de criollos en Tucupita como de los indígenas waraos miembros de las comunidades del Bajo Delta, ubicadas a unas 9 horas vía fluvial desde el Puerto de Volcán en tierra firme.
En este tiempo, los cangrejos salen masiva y progresivamente de sus cuevas a las playas de las costas del Delta, y las familias waraos toman sus canoas y emprenden un viaje sin pronto retorno a su hogar.
Cangrejo rojo y azul
El cangrejo azul se distribuye en el Golfo de Venezuela, el Lago de Maracaibo en el Golfo Triste, Plataforma Unare-Píritu, Golfo de Paria y en el Delta del Orinoco.
Destacan por las dimensiones de sus pinzas, con puntas de un azul intenso en los machos y rojo en las hembras.
Una longitud de hasta 24 centímetros puede alcanzar su caparazón. Hay ejemplares que pueden llegar a pesar hasta un kilo.
Tradicional proceso
Antes de la temporada de la Fiesta del Cangrejo, los waraos se adentran en los morichales, por al menos dos semanas, para preparar la yuruma, una harina que se extrae del tronco del árbol del moriche. Después de estar suficientemente abastecidos, emprenden en familia la larga ruta, que les lleva de dos a tres días, hasta llegar a la costa de Delta Amacuro, donde atrapan a los cangrejos.
Entre todos arman pequeños grupos de búsqueda. Salen muy de madrugada en curiara hasta la barra del océano Atlántico. Mientras navegan abundan los cuentos relatados por padres y mayores, hasta que llegan a la costa. Sin embargo, durante el trayecto se debe lidiar con enormes olas (Makareo) durante la ida y el regreso, lo cual representa un gran peligro.
Ya en el lugar, hay que esperar a que baje la marea para recolectar los cangrejos en los lugares fangosos donde habitan, quedando así al alcance de los pescadores. Los crustáceos atrapados por el caparazón, se introducen en mapires para ser trasladados hasta los hogares de los recolectores y en ocasiones hasta sitios para la venta. Hasta los waraitos más pequeños corretean a los cangrejos. A veces hay tantos que se suben a las ramas de mangle, y pueden agarrarse como si se tratara de frutas.
Cada familia puede llenar hasta diez mapires para comercializar los cangrejos en Tucupita. Previamente, ya han degustado a diario platos de yuruma con cangrejo, por lo que al final de las faenas solo queda para la venta.
Mudanza temporal
Las familias waraos levantan palafitos temporales en la costa pues allí pernoctan por una semana mientras recolectan. Al terminar la Fiesta del cangrejo viajan hasta Tucupita, donde los comercializan. Cada noche, en el campamento de palafitos, todos cuelgan los chinchorros y cuentan las experiencias vividas durante el día. Finalmente llegan con varios mapires llenos, tanto al mercado municipal como al paseo Manamo de la ciudad capital de Delta Amacuro, donde venden cada cesta muy rápido pues las ofrecen a precios accesibles.
Los indígenas, con el argumento de que se trata de una actividad que se hace solo una vez al año, han negociado con las autoridades la autorización para la venta del cangrejo en una parte del malecón. Los criollos se llevan hasta tres mapires, mientras que los chinos compran al por mayor para preparar sus platos típicos, pero no los expenden en sus restaurantes.
La Fiesta del Cangrejo continúa en las casas del Delta Amacuro, donde se rganizan partidas de truco o dominó mientras se preparan platos como cangrejo al coco, al curri, pisillo de cangrejo o simplemente sancochado. Los acompañan con casabe, yuca o plátano verde.
Este 2024 se realizó en Tucupita el Primer Festival del Cangrejo, con una venta especial del crustáceo a cielo abierto en el Paseo Malecón Manamo. La propuesta surgió ante la necesidad de organización y apoyo institucional.
Típico sabor
La sopa o sancocho de cangrejo es uno de los platos tradicionales del pueblo warao, consumido especialmente durante la mencionada fiesta. Se trata de un caldo caliente que se acompaña con casabe y un toque de limón. Este crustáceo también se suele preparar a la brasa.
Pero quizás el plato más representativo en la gastronomía warao es el cangrejo guisado en coco. Para hacerlo, el cangrejo se mete primeramente en agua caliente para que muera, y luego se procede a su limpieza. Se le quita el caparazón y las tenazas para obtener su carne.
Por otro lado, se debe preparar la leche de coco. Para ello es necesario que el coco esté seco. Se le quita la concha y se extrae la pulpa. Se procede entonces a rallar y machacar la carne. Seguidamente, se le agrega agua para obtener la leche. Posteriormente, esta se aliña con cebollas, ají dulce, cilantro y curry.
Al tener listo esto dos ingredientes, se debe calentar a fuego lento la leche de coco aliñada para luego agregarle la carne del cangrejo. La preparación se continúa calentando a fuego lento por unos veinte o treinta minutos y se sirve acompañada de arroz, ensalada y bola de plátano.
Con información de Cortudelta, Ciudad Valencia y Últimas Noticias
Catálogo del Patrimonio Cultural, Municipio Tucupita, Delta Amacuro. Instituto del Patrimonio Cultural, Caracas, 2006, publicado en Alba Ciudad
Fotos cortesía de Últimas Noticias, Tane Tanae y AC Kape-Kape