Hace más de cinco siglos Cumaná fue la primera ciudad de América. Fundada en el oriente de Venezuela, su nombre en la lengua de sus pobladores originarios, los cumanagotos, significa unión del mar y del río, debido a su ubicación en la desembocadura del majestuoso río Manzanares.
Cumaná es territorio de resistencia, rebeldía, fuerza y poesía. Mágico espacio que vio nacer al Gran Mariscal de Ayacucho, al poeta Andrés Eloy Blanco y a todo un pueblo que lleva en alto el legado victorioso del cacique Maragüey.
La ciudad, fundada el 27 de noviembre de 1515, ha ido evolucionando a lo largo de sus 506 años de vida. Antes de que fuera bautizada como Cumaná se le conoció como Puerto de Perlas y Ciudad de oro, entre otros nombres.
El imponente castillo San Antonio de la Eminencia, domina la ciudad desde el cerro Pan de Azúcar. Otras de las maravillas y tesoros que alberga son la Iglesia Santa Inés, joya arquitectónica y el templo más antigu; la Casa Museo de Andrés Eloy Blanco, el Museo Gran Mariscal de Ayacucho y, por supuesto, el emblemático río Chiribichí o río Manzanares.
Tierra rebelde
Cumaná fue la primera ciudad del continente, pero este aguerrido territorio venezolano fue ocupado, desde tiempos ancestrales, por los pueblos originarios de la etnia cumanagoto, quienes poblaron este territorio de gracia, atravesado de sur a norte por el Chiribichí, nombre indígena del que conocemos hoy como río Manzanares.
Los cumanagotos, al mando del cacique Maragüey, se destacaron por la fiereza con la que enfrentaron al invasor español, en defensa de su territorio.
Es la misma fuerza indómita que heredó, Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho, ilustre venezolano nacido en Cumaná el 3 de febrero de 1795, quien ayudó a consolidar la independencia de la América Bolivariana.
Tierra de gracia también fue fuente de inspiración para Andrés Eloy Blanco, poeta, abogado y político que esta ciudad oriental vio nacer el 6 de agosto de 1896.
La primera ciudad
Antiguos documentos señalan que Cumaná fue la primera de las ciudades fundadas en tierra firme, el 27 de noviembre de 1515. Ahora bien, cronistas señalan que tuvo cuatro fundaciones más, de allí los diversos nombres que tuvo antes del que ostenta: Ciudad de Oro, Puerto de Las Perlas, Nueva Toledo y Nueva Córdoba. Finalmente, Diego Fernández de Serpa la bautizó como Cumaná.
Esta población oriental está dominada por una colina, el cerro pan de Ázucar, donde se levanta un castillo con vista hacia todo el territorio oriental y al golfo de Cariaco, que separa la tierra firme de la península de Araya.
La capital del estado Sucre nos cuenta su historia a través de sus manifestaciones culturales, distintiva gastronomía y recursos turísticos que incluyen hermosas playas y edificaciones patrimoniales antiquísimas. Tiene, además, significativas referencias naturales como el Golfo de Cariaco, el río Manzanares, lagunas, humedales, colinas y pequeños valles que la rodean.
Una referencia histórica señala que el explorador Alexander Von Humboldt se preguntó en su lecho de muerte: “¿Seguirá siendo tan limpio el cielo de Cumaná que podría ver a Dios?” Interrogante que manifiesta la admiración que sentía por la ciudad y su hermoso cielo desde el cual, el naturalista alemán estudió la configuración estelar para dibujar sus rutas de navegación, partiendo del Puerto de Las Perlas, como se conocía a la primogénita de América.
Centro histórico de Cumaná
En más de cinco siglos de vida, Cumaná ha sido afectada por diversos terremotos, lo que devino en varias reconstrucciones de las edificaciones y el espacio urbano.
Hoy en el centro histórico de Cumaná conviven el pasado y presente. Su rico patrimonio cultural incluye varios Monumentos Históricos: Ruinas del Convento de San Francisco, la Iglesia de Santa Inés de Guaranache; el Castillo de San Antonio de la Eminencia y otras edificaciones como las ruinas del Cuartel para las Tres Compañías, un muro del antiguo Cementerio de los Españoles, la Casa de los Badaracco, la Catedral, la Residencia del Gobernador, la Casa de Gobierno y los museos Andrés Eloy Blanco y Gran Mariscal de Ayacucho.
Ruinas del Convento de San Francisco.
Con el fin de proteger estos valores patrimoniales, el centro de la ciudad fue declarado zona de valor Histórico en 1977, mediante decreto publicado en la Gaceta Nº 31.267
Estos valores son complementados por manifestaciones culturales como la celebración del Día de Santa Inés, festejada el 21 de enero; la procesión del Nazareno en Semana Santa; los velorios de Cruz de Mayo; las fiestas patronales de la Virgen de las Mercedes, los días 8 y 26 de septiembre, respectivamente, además de las festividades nacionales.
El Castillo San Antonio de la Eminencia
Como ciudad de tierra firme Cumaná fue muy asediada por incursiones de piratas. Según documentos históricos, el Castillo San Antonio de la Eminencia fue construido en la segunda mitad del siglo XVII para proteger a sus habitantes de estas acciones.
Esta fortaleza militar está ubicada en el cerro Pan de Azúcar y desde allí se domina la ciudad. Pueden observarse las azules aguas del Golfo de Cariaco y la península de Araya. Tiene un diseño de estrella de cuatro puntas, cada una de las cuales apunta a un punto cardinal. La edificación tiene paredes de hasta dos metros de ancho, así como túneles y pasadizos que conectan con la ciudad.
A lo largo de los años ha sufrido los embates del tiempo y los terremotos, por lo que ha sido intervenido y restaurado en varias ocasiones. En 1906, por orden del presidente Cipriano Castro, se levantó un segundo cuerpo de artillería sobre los viejos muros coloniales. Se intervino de nuevo en 1956, para reparar daños estructurales causados por los terremotos que lo habían dejado en ruinas y escombros.
El Castillo fue declarado Monumento Histórico Nacional, según Gaceta Oficial Nº 27.876 de fecha 29 de octubre de 1965. Actualmente cuenta con guías turísticos que relatan su historia.
Casa natal del poeta Andrés Eloy blanco
Casa Natal de Andrés Ely Blanco, Cumaná.
La casa natal de Andrés Eloy Blanco también es considerada patrimonio de Cumaná. Esta estructura que ha funcionado como Casa de Cultura y museo, ha sido restaurada conservando sus características originales. En ella destacan la que fuera habitación del poeta y el parral que nombra en sus versos.
“¡Mi casona oriental!, aquella casa
con claustros coloniales, portón y enredaderas,
el molino de viento y los granados,
los grandes libros de la biblioteca…
El corral con guayabos y almendros,
el corral con peonías y cerezas
y el gran parral que daba todo el año
uvas más dulces que la miel de abejas…”
Andrés Eloy Blanco
Museo Gran Mariscal de Ayacucho
Fundado en 1974, en homenaje a Antonio José de Sucre, el Museo Gran Mariscal de Ayacucho ocupa lo que fue la sede del antiguo Concejo Municipal de Cumaná
Esta edificación fue construida en 1945, en ocasión de la conmemoración de los 150 años del natalicio del Mariscal de América, por instrucciones del entonces presidente de Venezuela, Isaías Medina Angarita.
El museo exhibe una colección de obras iconográficas y de objetos vinculados a la vida y obra del Mariscal Antonio José de Sucre, entre ellos el croquis con la estrategia de guerra utilizada en la Batalla de Ayacucho, elaborado por Sucre y remitido al Libertador el 11 de mayo de 1824; así como el libro de bautismo original que contiene el Acta de Fe de Bautismo del héroe de la independencia de nuestra América.
Además de estudiar y difundir la memoria del hijo más ilustre de Cumaná, el museo se dedica a la promoción y difusión de las artes visuales.
Río Manzanares
Desde tiempos ancestrales, la majestuosidad del río Manzanares ha acompañado a los pobladores de este territorio. Cumaná fue la primera ciudad de tierra firme, engalanada desde siempre con las aguas del antiguo río Chiribichí.
Tiene su origen en la Serranía del Turimiquire a 2.200 msnm. Desde allí recorre unos 80 kilómetros llega a la ciudad y luego desembocar en el Golfo de Cariaco. Este río, que antiguamente tenía un rico caudal, fue bautizado Manzanares por los conquistadores españoles, en referencia al río que atraviesa Madrid, capital de España.
Ha sido motivo de inspiración para las artes. Andrés Bello, en su notable poema titulado América, evoca al Manzanares:
“Y del pueblo también cuyos hogares
A sus orillas mira el Manzanares;
No el de ondas pobres y de verdura exhausto
Que de la regia corte sufre el fausto,
Y de su servidumbre está orgulloso,
Como su gente lo es de bellas almas,
Del cielo, en su cristal sereno, pinta
El puro azul, corriendo entre las palmas
De esta y aquella deliciosa quinta”
El amor por Cumaná de Alejandro de Humboldt se extiende al río Manzanares, el cual describió también en sus magistrales obras literarias.
Con información de Turismo Sucre, Venezuela Tuya y Radio Miraflores
Fotos cortesía de Wikipedia.
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