En la vía que va desde San Fernando de Apure a Calabozo, podemos ver como el agua dibuja los Esteros de Camaguán, sabanas inundables en invierno, plenas de naturaleza y color, verdes por la vegetación exuberante y las grandes extensiones de pastos. Múltiples tonos vibrantes de cientos de aves, que plasman los matices de sus vuelos sobre el cielo azul del estero.
Son las aguas crecidas del río Portuguesa las que llenan de vida, en cada temporada de lluvias, estos esteros, ubicados al suroeste del estado Guárico, que incluso son navegables en invierno.
Y es que cuando las aguas cubren buena parte de los palmares y los morichales, el paisaje del estero se vuelve más hermoso, lleno de distintas especies de garzas y variedad de pájaros; mamíferos y reptiles que habitan este paraíso llanero y se suman a su mágico ambiente, como las toninas del Orinoco, mientras el agua dibuja los Esteros de Camaguán.
Reserva de vida
Los Esteros de Camaguán constituyen una zona anegadiza de los llanos occidentales sometida a un régimen estacional. La precipitación promedio anual es de 1.600 milímetros, y la temperatura es de 27 ºC. Se trata de una amplia llanura aluvial (banco, bajío y estero) de pendientes muy suaves, con algunas elevaciones de arena, llamadas médanos, que se encuentran ubicadas hacia el extremo sur.
La importancia de la zona, debido a la riqueza de su diversidad natural y la belleza de su paisaje, motivó la creación de la Reserva de Fauna Silvestre Esteros de Camaguán, el 9 de Marzo de 2000, bajo el Decreto Presidencial Nº 728, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 36.911.
Esta reserva cuenta con 19.300 hectáreas, aunque la totalidad de la superficie de los Esteros de Camaguán es mayor. Esta área, caracterizada por ser una de las más grandes reservas de agua en Venezuela, nace de diversos afluentes de la cuenca hidrográfica del Orinoco, como los ríos Portuguesa, Capanaparo y Apure, que otorgan el característico tono oscuro a sus aguas.
De esteros anegados a tolvanera
Desde el paisaje conformado por pozos de agua y un cielo teñido de hermosos colores durante sus amaneceres y atardeceres, la luna reflejada en los esteros anegados en invierno, hasta las tolvaneras que en verano recorren con sus aires secos la verde sabana, los Esteros de Camaguán constituyen un regalo más de la naturaleza a la tierra venezolana.
En temporada de sequía, cuando el terreno está muy seco, caliente y polvoriento, se observan remolinos de polvo y viento, son las tolvaneras que caracterizan ese momento de la vida en los Llanos. También son comunes los “espejismos” que a lo lejos parecen lagunas, donde el cielo y la sabana se unen.
El atardecer en los esteros es un espectáculo que se repite todos los días, con lluvia o sin ella. Las garzas llenan los árboles preparándose para pasar la noche, mientras el sol se oculta en el horizonte, tiñendo el cielo de increíbles colores y diferentes tonalidades.
Inspiración llanera
Las estampas llaneras de los Esteros de Camaguán ha sido fuente de inspiración para artistas y cultores, quienes extasiados ante la belleza de este humedal plasmaron, en distintas manifestaciones, como homenaje a este regalo de la Pachamama.
El agua que dibuja los esteros en las pinturas de Cástor Vasquez, conocido como el “Pintor del Estero”, los hermosos poemas de Germán Fleitas Beroes, así como variadas canciones, desde la década de 1950, como las compuestas por Ángel Custodio Loyola, apodado “El Renco Loyola” o conocido también como “El Tigre de Masaguarito”. Las popularizadas por Magdalena Sánchez o la singular voz de tenor lírico de Mario Suárez Montero, entre ellas, «Esteros de Camaguán».
“Noche de amor en el estero de Camaguán con el claror de una luna tropical, del canto de la llanura, de la brisa del palmar”, comienza esta canción cuya melodía fue compuesta por el músico y arpista camaguanense, Juan Vicente Torrealba, a quien se le dedica un monumento a la entrada de su ciudad natal.
“Es la llanura que va llorando en silencio porque nos vamos, esteros de Camaguán”, dice otra estrofa de la letra esta canción, declarada Patrimonio Cultural del estado Guárico, escrita por su paisano, Germán Fleitas Beroes, quién le dio a Torrealba varios de sus poemas para que los musicalizara.
Riquezas naturales sin fin
En estos parajes del sur de la geografía guariqueña, predominan zonas vegetales cubiertas de palma llanera y moriche, así como una variada fauna característica del llano venezolano, de la cual es reservorio. Los Esteros de Camaguán se caracterizan por una vegetación típica de los llanos y sabana con abundantes palmas, árboles, nenúfares, plantas herbáceas y arroz. En invierno, la mayor parte de la vegetación reciente muere debido al aumento del agua, en un proceso de renovación constante.
Entre los animales que habitan el lugar está la mayor diversidad de aves en la región de los Llanos como garzas reales, corocora roja, chusmita, gabánes, garzas paletas, garzón soldado, diversas especies de tucánes, gavilanes, patos güirirí, pericos cara sucia, periquitos mastranteros, guacamayas, chenchenas y colibríes.
Los yacaré, anacondas, boas constrictoras, tortugas matamatá, galápagos y caimanes del Orinoco, son algunos de los réptiles que los habitan, además de cientos de peces tales como la cachama, el coporo, el curito, el caribe colorao, la guabina y el bagre rayado, fuente importante de la dieta de los llaneros.
La reserva constituye también un área relevante para el desove y desarrollo de especies de peces como la cachama, el coporo, el curito, el caribe colorao, la guabina y el bagre rayado.
Otras especies que pueden observarse son el venado, el chigüire, el mono araguato o mono aullador, la baba, el galápago, los cachicamos o armadillos gigantes, y la iguana.
La brisa del palmar
El ambiente de los esteros no sería el mismo sin los palmares y moriches, tan característicos como el estero mismo, pues están presentes en casi todos los ambientes llaneros de relieve más bajo, donde se acumula el agua temporal o permanentemente. Las palmas Llanera y de moriche son recias especies, capaces de vivir en las extremas condiciones cambiantes de estos ecosistemas.
La palma llanera vive en áreas que están bajo el agua durante seis meses y durante otros seis, secas, mientras los moriches requieren de un terreno húmedo y pantanoso.
Estas plantas son útiles al hombre del llano. La palma aporta estantillos para cercas, hojas secas para los techos y frutos para el forraje de los animales, mientras el Moriche ofrece sus frutos abundantes y carnosos, también sus hojas, cuya fibra es muy utilizada en cestería y la confección de chinchorros. Existe toda una cultura indígena autóctona de cestería con la fibra de moriche dondequiera que esta palmera crece.
Más que esteros
Estos ambientes venezolanos tienen mucho más que ofrecer que sus hermosos parajes. En esta tierra de tradición agrícola, las tortas de casabe de Camaguán son conocidas por su sabor y textura. Aquí también se puede degustar la carne en vara, quesadillas, dulces típicos y platos exóticos como pisillo de baba y el chigüire.
La zona posee producción de arroz, así como áreas destinadas a la pisicultura en las cuales se crían especies como bagres, cachamas, bocachicos, palometa, chorrosco y míje. La pesca se realiza durante todo el año, y cuando las aguas bajan los peces se concentran en lagunas. Los esteros de Camaguán ofrecen también otras actividades recreativas como paseos en lancha.
Ciclo de vida
Durante el verano el agua se retira de los esteros, dejando humedecido y abonado el suelo. Al llegar el invierno, cuando el agua dibuja los Esteros de Camaguán, nuevamente, muchos organismos acuáticos tienen acceso a las planicies inundadas para realizar sus procesos de alimentación y reproducción.
La llegada anual del agua, gracias a las lluvias, permite la renovación de las especies animales y vegetales, contribuyendo a mantener la rica biodiversidad. La verde vegetación garantiza a la fauna durante el verano, refugio, agua y los alimentos.
Los esteros constituyen humedales de importancia y relevancia significativa para los procesos ambientales y humanos en los Llanos, a la vez que representan un conjunto de valores ambientales, paisajísticos y socioculturales que deben ser preservados.
Sin embargo las especies que habitan este ambiente, se han visto seriamente afectadas por varios factores como la degradación de su hábitat por la alteración de los cauces de agua, deforestación indiscriminada y elevados niveles de contaminación por el uso excesivo de agroquímicos.
Bajo Amenaza
El paisaje de los Esteros de Camaguán, ícono de Los llanos y de lo afirmativo venezolano, ha sufrido muchos cambios que afectan sus condiciones de vida y que pudieran conducir a la destrucción de este hábitat.
Especies como el bagre, la cachama, el curito y el coporo son amenazadas por la sobrepesca y la pesca ilegal. La vista del venado es cada vez más esporádica por la caza furtiva, que sufren igualmente otras especies como la baba, el chigüire y hasta la iguana. Es necesario luchar contra estas amenazas, así como evitar la quema y tala indiscriminada; las alteraciones de cauces de ríos y caños y la propagación de especies invasoras.
Todos podemos contribuir con acciones como disponer adecuadamente de los desechos y evitar verter sustancias contaminantes a ríos, caños y lagunas, proteger nidos y sitios de anidación de aves y reptiles, pescando con moderación y respetando las vedas.
Como buena parte de los ecosistemas estratégicos del planeta los esteros requieren urgentes medidas para restaurar su equilibrio. A tal efecto son cruciales acciones como el fomento de investigaciones que conduzcan al conocimiento y aprovechamiento sostenible de sus recursos y crear conciencia a través de campañas de educación ambiental que resalten los valores y la importancia de este humedal del Sur del Guárico, mágico paisaje cambiante, sitio de paz donde la mirada se extiende hasta el horizonte, mientras el agua dibuja lo Esteros de Camaguán.
Con información de Cuenta el Abuelo Blog, Últimas Noticias, Llanerísimo y Venezuela Tuya
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