En la cordillera de los Andes, cerca de las nubes, donde la vida silvestre fluye y conviven cientos de especies de animales y plantas, habita el ave de múltiples tonos: el Perico Multicolor.
También conocido como Hapalopsittaca amazonina, esta ave pertenece a la familia de las Psittacidae, una especie de las cotorras montañeras que tiene su origen en Australia.
Tres subespecies de este género surcan los cielos coloreando las montañas andinas, entre los 2.000 y 3.800 metros sobre el nivel del mar: la Hapalopsittaca amazonina velezi, típica de Ecuador y la región central de Colombia; la Hapalopsittaca amazonina amazonina, concentrada en la región norte de Colombia y el extremo suroeste de Táchira; y la Hapalopsittaca amazonina theresae, endémica de nuestros estados Táchira, Trujillo y Mérida.
El también llamado lorito amazonino es, probablemente, uno de los géneros de psitácidos más amenazados de la región tropical del continente americano. Las dos subespecies venezolanas son muy poco conocidas y, desde 1999, se consideran vulnerables por lo pequeña que es su población y las continuas amenazas a su hábitat.
Vestimenta de espectaculares tonalidades
Con tan solo 24 centímetros de estatura, el perico multicolor destaca por su vestimenta de espectaculares tonalidades. Se distingue por el rojo oxidado de su rostro, frente y coronilla; su dorso de plumas verdes con los hombros pintados de rojo; la parte inferior de las alas azules y el doblez de sus plumas de vuelo de negras a azul oscuro.
El pecho y la garganta, de un color mostaza oliváceo, se difumina hacia el verde a la altura del vientre y su parte inferior. Su cola es un estallido de matices que van de un rojo tostado con tonalidades verdes, que se degrada a azul en la punta. El pico es de un gris azulado y sus ojos de un marrón rojizo a amarillo. Todo en él es una explosión de colores.
Un amor para toda la vida
En esta especie destaca la monogamia como una práctica absolutamente natural. Estas aves escogen un amor para toda la vida. Una vez que la hembra selecciona a un macho, establecerán una unión permanente.
El ritual del cortejo del perico multicolor es iniciado por el macho, quien exhibe su hermoso plumaje frente a la hembra. Él limpia su pico contra la percha y emite intensos sonidos para llamar su atención. La perica lo estudia y si es de su agrado, permite que éste se acerque dando saltos de rama en rama mientras vocaliza, hace reverencias y eriza su plumaje para dar mayor efecto al acto de seducción.
Ella se toma su tiempo, pero una vez que accede a las caricias, inicia la cópula y con ello un coqueteo permanente en el tiempo.
Un ave difícil de estudiar
El loro multicolor es un ave difícil de estudiar, se le considera poco tolerante al cautiverio, por lo que no se tienen registros fiables de su comportamiento en estas circunstancias. Además, su captura como mascota no constituye, en principio, una amenaza.
Se ha logrado documentar ciertos aspectos de la vida en libertad del perico multicolor: suele volar muy alto y en círculos, en grupos de entre cinco y treinta individuos, antes de posarse entre las copas de los árboles en donde se alimentan de semillas de muérdago, flores y frutos del matapalo.
Esta especie no tiene una época reproductiva definida, suele anidar en árboles muertos por lo que entre febrero y mayo se aprestan a buscar nidos potenciales. Cuando nacen, el padre y la madre hacen visitas periódicas al nido y asumen roles de vigilancia y alimentación de los polluelos.
Un hogar plagado de riesgos
Las subespecies venezolanas de la Hapalopsittaca amazonina han sido consideradas como vulnerables por la IUCN y reportadas en la misma condición por el Libro Rojo de la Fauna Venezolana.
Esto obedece a que su hogar está plagado de riesgos ya que, a pesar de que su vida discurre en algunas de las áreas andinas consideradas de importancia para la conservación de aves y otras especies endémicas y amenazadas, también son zonas expuestas a diversos factores que impactan negativamente los bosques en los que anidan.
Los parques nacionales Sierra Nevada, El Tamá, Guaramacal, Páramos, El Batallón y La Negra son algunos de los espacios en los que nuestras subespecies se encuentran distribuidas y cuyo hábitat se ha visto afectado por actividades agropecuarias como el desarrollo de la ganadería de altura, cafetales y otros cultivos.
Los incendios forestales y problemas asociados a la ubicación fronteriza de estos estados; así como el otorgamiento de concesiones mineras en El Tamá reflejan las mayores amenazas para la supervivencia del perico multicolor.
Con información de Cuadernos Ecológicos de PDVSA, Destino Pueblos del Sur, Especies en Extinción Venezuela y Wikieva
Fotos cortesía de Cuadernos Ecológicos de PDVSA, Mascotarios y Proaves
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