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El Cardenalito al rojo vivo

por Haiman El Troudi
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De plumaje rojo intenso en el cuerpo y con alas marrones o negras, el Cardenalito (Spinus cucullatus) es un ave venezolana víctima de la captura y el comercio ilegal por la hermosura de su vibrante color, lo que mantiene al rojo vivo su existencia.

Esta especie autóctona figura en la categoría En Peligro de Extinción de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el estatus En Peligro Crítico del Libro Rojo de la Fauna Venezolana.

Pese a que su comercio está regulado por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES), que lo incluye en su Apéndice I, el peligro de su supervivencia se mantiene, porque nada detiene la persecución de esta pequeña ave autóctona.

Perseguido en Europa

AP/Fernando Llano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La captura y el comercio ilegal del Cardenalito datan del siglo XIX, cuando fue llevado a Europa y sus preciosas plumas rojas, comenzaron a ser usadas para adornar sombreros de las damas de la época. Luego su precio aumentó para cruzarlo con canarios, con el fin de crear una especie de canario rojo que hasta premios ha ganado en el viejo y “sabio” continente.

Otra de las causas del peligro de extinción del Cardenalito es la extracción de madera de su hábitat, lo que hace que éste se convierta en inhabitable. Quienes mantienen en cautiverio a la pequeña ave, también atentan contra su vida.

Las cifras sobre Cardenalitos capturados y exportados adquieren dimensiones alarmantes, por lo que urge reforzar las medidas para evitar esta ilegal práctica y el cumplimiento de la resolución 439 del 07/12/82, publicada en la Gaceta Oficial No. 32619, que declara la veda total del ave en todo el territorio nacional, prohíbe la alteración de su hábitat y establece sanciones para los infractores.

Dispersor de semillas

El venezolanísimo Cardenalito es un ave pequeña, de unos 10 centímetros de alto. Se le define como granívoro, porque se alimenta de semillas, con lo que juega un importante papel de dispersor.

También consume una gran variedad de hierbas salvajes, frutas y de pequeños insectos. El Cardenalito habitaba en entidades como el Distrito Capital, Miranda, Zulia, Barinas, Trujillo, Portuguesa, Lara, Falcón, Yaracuy, Carabobo, Aragua, Guárico, Anzoátegui, Sucre y Monagas.

Actualmente solo se le ha visto en  los estados Lara, Falcón y Barinas. También es probable que queden algunas especies en el Distrito Capital. No obstante, expertos consideran necesario no publicar detalles de su  actual paradero, ya que esto podría facilitar su captura y comercio ilegal.

Vuelo nupcial

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El vuelo nupcial de esta ave seminómada suele darse entre dos épocas: de mayo a julio y de noviembre a diciembre. La hembra es quien escoge a su pareja luego de escuchar a los machos cantar, hasta durante tres minutos consecutivos. También hay casos en que una macho se impone a otro al ganarle una pelea.

El nido generalmente es construido, en un extremo de la rama más alta de un árbol bien camuflado. La hembra es la encargada de la construcción, el macho la acompaña a colectar los materiales.

La Cardenalita pone de dos a tres huevos, los incuba durante 12 días, mientras que el macho la alimenta. Las crías salen del nido a los 15 días de su nacimiento. La madre construye otro nido donde su pareja, los cuidará hasta alcanzar la madurez.

Ícono de la fauna venezolana

Indudable ícono de la fauna venezolana, el Cardenalito es considerado el ave nacional sentimental. Fue propuesto para este sitial por su descubridor, el ornitólogo inglés William Swainson, pero la decisión favoreció al Turpial. Con su nombre fue bautizado un reconocido grupo de gaitas: los Cardenales del Éxito y el equipo de béisbol los Cardenales de Lara, del estado homónimo.

Además, su figura adorna el billete de 20 mil bolívares de nuestro país, en un llamado de alerta por el peligro de extinción en el que se encuentra.

En navidad, especialmente en el occidente del país, es común escuchar el aguinaldo El Cardenalito, compuesto por el larense Adelis Freitez:

«Estando en la cruz nuestro redentor/a sacar la espina llegó un pajarito/Manchó su plumaje con sangre de Cristo/Y por eso es rojo, y por eso es rojo/El Cardenalito.

Si el niño está triste se contentará/Y si el niño llora se consolará/La virgen lo arrulla con su dulce manto/Y un Cardenalito le brinda su canto.

Estando en la cruz nuestro Redentor/Cantaba en su jaula, triste un Cardenal/Cuando un preso canta es por no llorar/Llegó un muchachito, las puertas le abrió/Y a la libertad, contento voló.     

Estando en la cruz nuestro Redentor/El Cardenalito cruzó el ancho mar/Cruzando fronteras llegó hasta Belén/Y le dijo al niño que aquí en Venezuela/Toditos los niños lo adoran también”.

 

Con información de Mongabay, Animales Enigmáticos Venezuela, Cardenalitos y  Ecured

Fotos cortesía de Cardenalitos, Venezuela Comenta, El Impulso y Especies Endémicas


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