La alegre imagen de su figura columpiándose entre las altas ramas de los árboles, contrasta con el incierto futuro del mono araña. Y es que la supervivencia de todas las especies de este género de primates, autóctona de América, está gravemente amenazada.
La fragmentación de su hábitat, la deforestación, la tala, la caza e incluso, enfermedades como la malaria, son una parte de los graves riegos a los que se enfrentan. Por ello, las siete especies de esta familia aparecen en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En Venezuela habita el Ateles hybridus y puede ser visto en los bosques de la Reserva de Caparo, así como en los parques nacionales Waraira Repano (El Ávila) y Guatopo. También vive en nuestro país el mono araña negro o Ateles paniscus, que se columpia en las selvas lluviosas de Delta Amacuro y Bolívar. Y el Ateles Belzebu o mono araña común, que se encuentra al sur del país.
Estas tres especies, representativas de lo afirmativo venezolano, están en peligro. Generar conciencia sobre su importancia y rescate es urgente, tanto por su valor intrínseco como por su aporte al equilibrio natural, al ser dispersores de semillas.
Son siete los monos
Se suele llamar mono araña a todos los primates originarios de América, poseedores de largas y flexibles extremidades. La denominación del género: Ateles proviene del griego y se refiere a la ausencia de dedo pulgar.
Son siete las especies de este género presentes en América, desde el sur de México hasta Brasil. Reciben otros nombres como marimonos, atelos, marimondas, koatás o coatás y maquisapas.
Aunque viven en las selvas tropicales, no todos sus hábitats son iguales. El Ateles hybridus habita en los bosques de Venezuela y Colombia. Mientras que el Ateles paniscus o mono araña negro, en Surinam, Guayana Francesa, Guyana y Brasil. El mono araña común, Ateles belzebuth, habita en Perú, Venezuela, Brasil, Colombia y Ecuador.
El mono araña de cabeza negra,Ateles fusciceps, está presente en Colombia, Panamá y Ecuador, esta especie prefiere vivir a 2,000 a 2,500 metros sobre el nivel del mar. Por su parte, el Ateles geoffroyi prospera en tierras bajas de México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Belice, Costa Rica, Panamá, Nicaragua y Colombia.
Por su parte, el Ateles marginatus se encuentra en Brasil y el Ateles chamek, conocido como mono araña peruano, en Brasil, Perú y Bolivia.
Valiosos dispersores de semillas
Su piel de pelo gruesa muestra colores que van de negro a marrón. La estructura ósea de esta especie es muy particular. Sus extremidades son muy largas y sus colas, aún más largas, sobrepasan la extensión de la cabeza al cuerpo. Estos son delgados y miden de 35 a 66 centímetros.
La larga y útil cola prensil se caracteriza por tener una callosidad en la punta que la convierte en una extremidad más, con la que se balancean en las ramas.
No poseen pulgares y los demás dedos están curvados y tienen las fosas nasales muy separadas entre sí. Las hembras tienen un clítoris muy grande que puede dificultar la distinción entre los sexos.
De frutas y nueces consiste su dieta, principalmente. Complementan su alimentación con hojas, huevos de aves y, en caso de que el alimento escasee, insectos, arañas, corteza de árboles y miel. Cuando comen una fruta tragan las semillas, que luego excretan por las heces y vuelven al suelo para germinar, por lo que son valiosos dispersores de semillas.
Otra característica del mono araña son sus expresivos ojos, comúnmente de color café claro, pero en algunos animales muestran un tinte gris, verde o azul. Su esperanza de vida alcanza los 20 años y se inician sexualmente a los cuatro o cinco años.
Seres sociales
El carácter social del mono araña lo lleva a reunirse en grupos de 15, 25 y hasta 40 miembros. Durante el día se dividen para buscar alimento y en la noche, también lo hacen pero para dormir. Son animales diurnos.
Se comunican con sonidos, gritos, gruñidos y mediante posturas corporales. Ante una amenaza, como la cercanía de un ser humano, hacen sonidos parecidos a los ladridos de un perro.
Las hembras escogen una pareja del grupo y la gestación dura de 226 a 232 días. La cría permanece durante los primeros 4 meses de vida está al lado de la madre y luego vuelve, con cierta frecuencia, a su lado, adquiriendo independencia poco a poco. Se reproducen cada tres años.
Mono araña marrón
También llamado norteño, frontino, mangalarga o marimonda, el mono araña marrón habita, principalmente, en los bosques bajos de la cuenca del Lago de Maracaibo y en los altos llanos orientales de Colombia y occidentales de Venezuela. Tiene presencia en el sureste del Parque Nacional Waraira Repano, en Caracas y en el Parque Nacional Guatopo, entre los estados Miranda y Guárico.
El mayor número de monos araña marrón vive en la Estación Experimental Caparo, ubicada dentro de la Reserva Forestal del mismo nombre en el estado Barinas. Antes el bosque de Caparo gozaba de la exuberancia propia de la unión de las montañas Ticoporo, Soropo, Anaro, Caparo, San Camilo, Cutufí y Arauca. Pero se ha reducido y este primate subsiste en pequeños fragmentos de su antigua morada.
Su pelaje largo y áspero es de color café oscuro en las extremidades y el dorso, y más claro en la parte ventral. Puede tener ojos verdes, azules, caramelo u oscuros, y tiene un parche blanco en la frente que los identifica.
En Venezuela está considerado como una especie En Peligro según el Libro Rojo de la Fauna Venezuela.
Reserva Forestal
La Reserva Forestal Caparo se creó en 1961, con el fin de realizar una explotación maderera sostenible por medio de concesiones. A pesar de ello, esta área perdió 62,5 % de su cubierta boscosa entre 1987 y 2007.
Dentro de la Reserva se ubica la Estación Experimental Caparo que, con siete mil hectáreas, está bajo la administración de la Universidad de Los Andes (ULA) desde 1982.
El área de la reserva se ha visto afectada por invasiones, así como por incendios provocados por los campesinos para limpiar potreros, además la traviesa una carretera interna.
La Estación Experimental Caparo (EEC) se dedica a la investigación, docencia, extensión y conservación de la diversidad biológica, desarrollando a la fecha cientos de trabajos e investigaciones. La Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la ULA designó al Mono Araña (Ateles hybridus) como Emblema de esta estación. en 2013.
Mono araña negro
El nombre científico Ateles paniscus, identifica al conocido como mono araña negro, otra especie de este género que se encuentra en Venezuela. También se le dice Coatá, Koata, y Mono Araña Común. En inglés se conoce como Black Spider Monkey, mientras en portugués se le llama macaco-aranha-preto.
Es una especie autóctona de América del Sur, distribuida entre las Guayanas y Brasil, al norte y este de los ríos Amazonas y Negro. En Venezuela habita en las selvas lluviosas de Delta Amacuro y Bolívar. Se diferencian por poseer rasgos característicos diferenciables a simple vista, como el color rojo de su cara
Otra especie del género Ateles ubicable al sur de Venezuela, es el Ateles belzebuth o mono araña común o de vientre amarillo.
Clave para los bosques tropicales
Los monos araña viajan por el territorio para recolectar alimento en subgrupos que cambian de tamaño y composición, durante el día. Cada grupo tiene un área de acción de 225 a 250 hectáreas.Pueden transportar grandes frutos, como los de las palmas, a grandes distancias. Su existencia es clave para el mantenimiento de los bosques tropicales.
Los monos araña son arbóreos por lo que requieren la existencia del bosque para subsistir. En vista de esto, el reemplazo de bosques por pastizales o por especies no nativas de árboles, afecta negativamente su alimentación y hábitos de vida. Al ser principalmente frugívoros, necesitan áreas extensas para buscar alimento y los espacios pequeños no pueden suplir sus necesidades. Además, en bosques intervenidos las manadas quedan aisladas en reducidos fragmentos, poniendo en peligro su variabilidad genética y hasta su supervivencia.
Estos primates son más sensibles a la intervención humana y se muestran temerosos ante su presencia. De hecho, no se acercan a espacios habitados por nuestra especie.
Incierto futuro
Lamentablemente, la situación actual de los monos araña es difícil y su futuro, es incierto. Las amenazas que enfrentan son, sobre todo, la deforestación y la tala. También la caza, la captura para usarlos en estudios científicos, y enfermedades como la malaria afectan su supervivencia.
Si bien algunas especies viven en áreas protegidas como la Reserva de Caparo, hace falta emprender acciones dirigidas a crear conciencia sobre su importancia y rescate.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN-SSC) incluye al Ateles hybridus dentro las 25 especies de primates más amenazados del mundo.
Las otrora majestuosas selvas, con cientos de árboles centenarios que daban hogar a los monos araña han ido desapareciendo. Las probabilidades de vida de estos primates, únicos de nuestra América, disminuyen con ellas. Las manchas de bosque que aún perviven ameritan ser protegidas, conservadas y aumentadas.
La situación de esta especie, representativa de lo afirmativo venezolano, es delicada pues puede desaparecer si no se toman medidas para su protección.
Con información de Vereda ULA Cuaderno Ecológico de Pdvsa y Venezuela Verde
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