Le gustaba que lo llamaran maestro, evidencia de que enseñar era parte relevante de su esencia. No obstante, Luis Beltrán Prieto Figueroa también fue un destacado filósofo, político, abogado y poeta, que luchó por establecer a la educación como un valor estratégico en la liberación de la población venezolana.
Nacido el 14 de marzo de 1902 en La Asunción, estado Nueva Esparta, el maestro Prieto padeció, entre otras, las limitaciones educativas de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Para poder culminar el bachillerato, tuvo que viajar a la capital del país, donde logró graduarse en el Liceo Caracas, entonces dirigido por el escritor Rómulo Gallegos. Tenía 25 años y no imaginaba que llegaría a ser el Ministro de Educación del autor de Doña Bárbara.
Prieto aportó a la Venezuela del siglo XX la tesis del Estado docente, según la cual “todo Estado responsable y con autoridad real asume como función suya la orientación general de la educación”. El Estado docente es el principio esencial y articulador de toda política educativa pensada y aplicada con miras a los intereses de las mayorías nacionales y de la posición soberana.
El Estado debe ser el responsable
El maestro Prieto siempre sostuvo que el Estado debe ser el responsable supremo de la orientación general de la educación de la República. Con el fin de conformar la conciencia de la población, surgió una filosofía educativa denominada Humanismo Democrático.
En la exposición de motivos del Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional, gestada por Prieto y aprobado en 1948, al abordarse el tema del Humanismo Democrático se señala que “formar al hombre en la plenitud de sus atributos físicos y morales, ubicado perfectamente en su medio y en su tiempo como factor positivo del trabajo de la comunidad, tiene que ser la meta de un sistema educativo moderno. La educación venezolana ha de ser, por tanto, humanista, desde las escuelas primarias hasta los institutos superiores.”
Esta ley solo tuvo vigencia durante 37 días, porque el gobierno de Rómulo Gallegos fue derrocado por un golpe militar, en noviembre de 1948. La reorientación del proceso educativo fue una de las primeras consecuencias de ese golpe de Estado.
Pero el ímpeto de la lucha del maestro neoespartano nunca decayó, pese a que en el camino quedaron iniciativas que apuntalaron la tesis del Estado Docente como tres campañas alfabetizadoras (cumplidas entre 1946 y 1948), así como la creación tanto de Colegios Federales y Liceos como de la primera Escuela Técnica Industrial del país. Además de la creación de comedores escolares, casas cunas y proyectos de alfabetización para obreros, entre otros logros.
Educación democrática, gratuita y obligatoria
La iniciativa reformadora de la educación del llamado maestro de maestros, expresada en sus obras, sostiene que la educación debía responder a los intereses de la mayoría y, en tal sentido, habría de ser democrática, gratuita y obligatoria, combinando la igualdad de oportunidades y la selección sobre la base de las capacidades del individuo.
Luis Beltrán Prieto Figueroa concibió la escuela como “una comunidad de vida y de trabajo”, que debía solicitar la colaboración de los padres, “no en cuanto a métodos y procedimientos científicos puestos en práctica para la educación, sino para orientarla mejor y realizarla en toda su amplitud.”
Se trazó un plan de educación nacional, sobre bases pedagógicas, que renovara todo el cuerpo de la escuela venezolana. Se buscaba transformar la educación “en célula vital de la ciudadanía, con un amplio sentido social, solidario y humano; escuela nueva para la vida y por la vida”, enunciado en el que se percibe el legado del maestro del Libertador, Simón Rodríguez.
Prieto considerado portavoz de la Escuela Nueva
El maestro Prieto fue considerado un portavoz del movimiento de la Escuela Nueva surgido a finales del siglo XIX, el cual tuvo como uno de sus principales promotores al suizo Adolphe Ferriere. Éste, frente a la escuela tradicional, propuso una actitud pedagógica de respeto a las necesidades e intereses del niño y la niña, para desarrollar un espíritu crítico y de cooperación mediante una metodología eminentemente activa.
De hecho, con un grupo de notables colegas, Prieto organizó en 1932, la primera organización gremial de maestras y maestros (la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria), animados por la reforma de la escuela tradicional venezolana, según las orientaciones pedagógicas de la Escuela Nueva, basadas en la libertad del niño, el respeto a su persona; la libertad de creación y estudio, según sus intereses cognitivos, sociales y emocionales; además de una educación con un espíritu comunitario, de servicio social y a la acción concertada de la escuela con la comunidad.
Comprender el legado de Prieto Figueroa pasa por recordar que su pensamiento iba de la mano con la lucha gremial, a lo largo de la cual además de crear la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria, núcleo germinal de la Federación Venezolana de Maestros, contribuyó con la creación de organismos como el Consejo Nacional de Universidades y el Instituto de Profesionalización del Magisterio. Además fundó el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE).
La pasión política del maestro Prieto
De acuerdo a algunos historiadores, por su orientación filosófica y política, al pensamiento del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa se le ubica en la corriente del Socialismo Democrático. Su pasión política obedecía al propósito de liberación verdadera y definitiva del colectivo nacional de los cepos económicos, políticos, sociales y culturales que tanto la dominación colonial como la capitalista neocolonial forjaron con el paso del tiempo y se infiltraron en lo cotidiano como costumbres.
Tras la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, el maestro Prieto se incorporó a la política como miembro fundador del movimiento organización venezolana (ORVE). Fue el redactor, en 1937, de la tesis educativa del Partido Demócrata Nacional (PDN) enfocada en crear una escuela en cada aldea, un liceo en cada pueblo. De allí pasó a formar parte de los fundadores de Acción Democrática (AD) en 1941.
Con AD fue secretario de la Junta Revolucionaria de Gobierno que surgió al ser derrocado el presidente Isaías Medina Angarita, el 18 de octubre de 1945. Antes ya era parlamentario y llegó a ocupar la presidencia del Congreso de la República, así como la del entonces partido del pueblo.
Choques con Betancourt
Pero entre el llamado líder histórico de AD, Rómulo Betancourt, y Luis Beltrán Prieto Figueroa se interponían concepciones muy distintas de la democracia, el desarrollo, el valor estratégico de la educación, el tratamiento de la corrupción y el modo de entender la reforma agraria, entre otros temas fundamentales para los venezolanos y las venezolanas.
El maestro Prieto era un hombre honorable, honesto y respetuoso de los valores, que llegó a considerar a Betancourt como su amigo. «Para mí la amistad es el sentimiento más puro del hombre. Yo hago de la amistad una hermandad. Por rendir ese culto es que me hiere tan hondo la deslealtad de un amigo”, expresó en una oportunidad.
Prieto protagonizó la tercera división de Acción Democrática. Fue la ruptura más significativa para esa organización política, pues llevó a la primera derrota de los adecos en unas elecciones principales. Gonzalo Barrios fue el perdedor en la contienda electoral de 1968, que con una ventaja de solo 32.906 votos ganó el copeyano Rafael Caldera. En diciembre de 1967 se había constituido el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), partido presidido por el maestro margariteño.
El sueño del maestro Prieto en el siglo XXI
Es en el siglo XXI cuando nos alcanzan los principios de la filosofía educativa desarrollada por Simón Rodríguez en el siglo XIX, y renovada por Luis Beltrán Prieto Figueroa en el siglo XX. Éstos se encuentran especialmente perfilados en las Misiones Educativas, que representan el inicio de un nuevo proyecto del sistema escolar venezolano, y en especial en la Misión Robinson, gracias a la cual Venezuela fue declarada territorio libre de analfabetismo.
Formulados ahora como doctrina de Estado, con los principios de la filosofía educativa de nuestros maestros Simón Rodríguez y Prieto Figueroa (entre otros aportes de importantes pedagogos foráneos) se apuesta por una educación de masas sin exclusión de la calidad, aspecto que representa el reto mayor de cualquier proyecto educativo.
El Estado docente bolivariano busca la integralidad de la educación, concepto inspirado en Prieto Figueroa, que conectaba la antigua educación primaria con la universidad y que hoy, en la práctica, sigue buscando la conexión de la escuela bolivariana con el liceo bolivariano y con la universidad bolivariana.
Ya lo decía el maestro de maestros: «Educar es, por encima de todo, formar una conciencia, crear un espíritu, señalar un rumbo y a veces el que señala el rumbo, no ha recorrido el cambio, pero sabe por donde va.»
Con información de Biblioteca Digital ULA, Venezuela en retrospectiva, Diario Avance y SciELO
Fotos cortesía de Otras voces en educación y Wikipedia
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1 comentario
Saludos poeta, refrescante articulo del maestro de maestros.