Un grupo de jóvenes en Córdoba, Argentina, construye sueños con ladrillos ecológicos, una idea convertida en realidad por tres amigos que imaginaron hacer viviendas sustentables con ecoladrillos hechos de botellas plásticas usadas.
La reutilización, reducción y reciclaje de plástico es el norte de la Fundación Ecoinclusión , creada por Fabián Saieg, Leandro Lima y Leandro Míguez, inspirados por una meta común: hacer algo por su país y por su gente.
La construcción de un comedor, vestidor y baños para una escuela en su pueblo natal, Alta Gracia, es una de las victorias tempranas de este proyecto, reconocido con el premio Desafío Google.Org 2017.
Lo que comenzó en el pueblo de Alta Gracia, y luego siguió en tres pueblos cercanos, ya llegó a Córdoba, capital de la provincia homónima del centro de Argentina, donde están activos 40 puntos verdes de recolección de botellas de plástico.
Una historia que apenas comienza
Leandro Lima, Fabián Saieg y Leandro Miguez mantienen una amistad desde que estaban en el colegio y en 2014, se les ocurrió diseñar un proyecto que contribuyese a reciclar las toneladas de plástico que se producen diariamente en Argentina. Así fue cómo nació la Fundación Ecoinclusión, una idea original que planteaba utilizar botellas de plástico recicladas para la construcción con fines sociales.
Los tres jóvenes contactaron a investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina, quienes los asesoraron en la creación de ladrillos a base de residuos plásticos y así convirtieron su idea en realidad.
En un pequeño galpón comenzaron con la producción y desarrollaron, en el transcurso del tiempo, una red a la que se han sumado empresas, municipios y organizaciones, con el objetivo de ampliar el reciclaje de residuos y la elaboración de los ladrillos en Córdoba y otras provincias argentinas.
Los ladrillos ecológicos
Con el asesoramiento del Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE), instalaron una máquina que trituraba el plástico de botellas y otra que armaba ladrillos de igual tamaño que los tradicionales.
Una de las primeras acciones de esta fundación fue la de colocar puntos de recolección para desechos plásticos.
Ecoinclusión recibió en 2017 el premio en la competencia regional de Google.org, con el que obtuvieron 250 mil dólares, al ser seleccionados entre 14 proyectos de toda Latinoamérica. El jurado, en el que se encontraba Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz, valoró su compromiso con la comunidad y con el planeta.
«Transformamos desechos plásticos en ladrillos ecológicos destinados a la construcción de proyectos con impacto social» aseguran en el sitio web www.ecoinclusion.com.
La idea, explica Leandro Lima uno de los fundadores de Ecoinclusión, era conectar lo social con lo ecológico y ciertamente consiguieron la vía para hacerlo.
La tecnología para la fabricación de estos ecoladrillos, al igual que los equipos para fabricarlos, fue aportada por el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) de Argentina, que depende del Conicet.
Para fabricar cada bloque se utilizan de 20 a 25 botellas de plástico, aproximadamente un kilo de plástico por cada ladrillo, y se utilizan 55 ladrillos por metro cuadrado de construcción.
Los ecoladrillos utilizan el plástico triturado de los envases de desecho y se arman con cemento.
Esta iniciativa asegura Ecoinclusión permitirá reciclar al menos 50.000 toneladas de plástico por año.
Logros concretos en plástico
Los ladrillos plásticos cumplen con todas las normas de construcción, fueron evaluados y cuentan con la certificación CAT (Certificado de Aptitud Técnica).
Gracias al comedor construido en Alta Gracia, los estudiantes de esa escuela reciben su merienda bajo techo, además tienen vestuarios y baños nuevos.
Entre los proyectos en desarrollo por esta fundación están la construcción de una sede propia para la Biblioteca Popular de Los Reartes, en Córdoba, Argentina. Una propuesta inicial de los vecinos de la comunidad, acompañada por la municipalidad, que está siendo apoyada además por Ingeniería sin fronteras.
Además trabajan en la construcción de un Ecocentro en el barrio Nueva Esperanza en Córdoba, y entregaron material de construcción para un salón comunal en Los Aromos.
Entre sus avances se incluye también la producción de manuales que buscan estandarizar todos los procesos, para difundirlos, a fin de que otros puedan replicarlos.
En el año 2017, después de varias entrevistas, pasaron a la semifinal nacional del Desafío Google.Org. D, junto con otros tres proyectos, y ganaron con el voto de la gente. Eso les permitió pasar a la final en México, donde compitieron con cinco organizaciones de países de América Latina.
Los avances siguen. Ecoinclusión trabaja en un convenio con la municipalidad de Córdoba para montar una gran planta de acopio y producción de ecoladrillos en la capital de la provincia. Para tal fin, el municipio ya entregó un terreno en el Parque Industrial Ferreyra. Parte del premio obtenido con Google será invertido en esa nueva planta.
Más allá de sus fronteras
Estos jóvenes se plantean en los próximos años ver sus procesos replicados en toda Argentina e incluso, en América Latina, con organizaciones aliadas y gente involucrada y consciente porque se pueden hacer cosas positivas con la basura.
«Queremos ver nuestros procesos replicados en toda América Latina, con muchas organizaciones aliadas que reciclan plástico y producen elementos de construcción», explica Saieg.
Leandro Lima agrega, por su parte, que “la idea de la Fundación es darle la posibilidad a la gente para que se una fácilmente y vea un resultado tangible de sus acciones”.
Leandro Míguez resume la visión. «Espero que logremos generar un cambio en la manera en que la gente usa los materiales descartables, que el reciclaje se vuelva algo común, y no la excepción. También, queremos ayudar a que haya más consumidores responsables, que entiendan que todo lo que se tira va a algún lado», asegura el joven.
Además de aplicarse en Alta Gracia, a través de la Fundación Ecoinclusión, una experiencia similar se sostiene en la provincia de Chubut, con ayuda del estado provincial.
Lucio Scandino, del Ceve, explicó que los desechos de envases componen buena parte del volumen total de basura. “Si pudieran separarse, se estima que de 13 camiones con residuos domiciliarios, uno llevaría plásticos PET”, apuntó.
Un problema cada vez mayor
Según Greenpeace, en los últimos 50 años la fabricación de plásticos en el mundo ha crecido de forma drástica. En 2016 la producción mundial alcanzó las 335 millones de toneladas. Sólo en Argentina se calcula que cada día se desechan 12 millones de botellas de plástico.
El problema más grave se presenta con los plásticos de un solo uso.
Océanos, carreteras, vertederos, ríos, playas, montañas están sumidos en el plástico, que ocupa casi todos los espacios de la vida humana.
Codiciados en algunos lugares del mundo y usados y tirados en otros, estos materiales derivados del petróleo continúan produciéndose sin medida alguna.
Ante esta difícil realidad que amenaza al planeta, Fabián Saieg, Leandro Miguez y Leandro Lima proponen y trabajan en una solución que contribuye a luchar contra la invasión del plástico y brinda alternativas sustentables, económicas y justas para construir mucho más que sueños.
Con información y fotografías de Ecoinclusión, La Voz, Cronista y 20 Minutos
No te pierdas
> EcoARK: megaestructura construida con botellas de plástico reciclado
> Planta de reciclaje portátil convierte la basura en baldosas arquitectónicas
> El micelio de hongos revoluciona la construcción