No pocos visitantes de las montañas de la isla de Margarita han contado que existen unos monitos, que los acompañan de la mitad del camino hacia arriba y repiten la compañía de regreso de lo más alto. La mayoría no sabe que han tenido el privilegio de conocer a una de las criaturas en mayor riesgo de extinción de Venezuela: el endémico mono margariteño.
Cuentan los turistas que han visto al Cebus apella margaritae, que éste emite muchos sonidos y hace muchas gracias en el trayecto para llamar la atención pidiendo comida, lo que les parece muy simpático.
Esto no sucede con los pequeños productores agrícolas, quienes los consideran una amenaza para los cultivos. Ésta, junto a la pérdida y fragmentación del hábitat, la caza y la captura para ser vendidos como mascotas, son algunas de las causas de la drástica desaparición de esta subespecie de primates exclusiva del estado Nueva Esparta.
Único primate autóctono de las islas caribeñas
También conocido como mono machín y machango, el capuchino margariteño es considerado, además, como único primate autóctono en las islas del Caribe, exceptuando a Trinidad.
Su distribución está seriamente fragmentada y restringida a zonas en la Serranía del parque nacional Cerro El Copey, así como los cerros El Tamoco, Tragaplata, La Valla y Matasiete. El tamaño poblacional se estima en unos 200 a 250 individuos.
El Cebus apella margaritae es una subespecie representada por ejemplares pequeños, cuyo cuerpo puede llegar a medir unos 50 centímetros de largo, con una cola de la misma longitud, mientras que su peso está cercano a los 3,5 kilogramos.
La mona margariteña, al igual que el resto de las capuchinas, da a luz una sola cría tras unos seis meses de gestación. A lo largo de otros seis meses, la cría será cuidada- hasta con la vida- por su madre, de cuyos pelos se agarra fuertemente, enrollándose ambas colas para mayor seguridad.
En Peligro Crítico de la UICN
Nuestro mono margariteño figura en la categoría En Peligro Crítico de la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y está incluido en la Lista Oficial de Animales en Peligro de Extinción de Venezuela (Decreto N° 1.486 de la Presidencia de la República del 11de septiembre de 1996).
De hecho, ya ha sufrido extinciones locales como la del cerro Los Micos (isla de Margarita) cuyos pobladores aseguran que no se le ve desde hace unos 15 a 20 años.
La principal causa de la drástica reducción de su población, es que se le considera una amenaza para los cultivos en las montañas neoespartanas. No obstante, y pese a que los estudios son escasos, se ha determinado que actualmente su cacería es injustificada ya que la incidencia en los problemas de los conucos es ínfima.
Por otra parte, la fragmentación poblacional debido a la separación de las montañas en las que se encuentra por extensos valles, le está ocasionando un problema de deterioro genético por endogamia, lo que determina la pérdida de su vitalidad. Asimismo, aunque en menor proporción que los primos que viven en otras regiones, estos monos son susceptibles de la caza para ser vendidos como mascotas.
Tres especies de primos capuchinos
El mono margariteño tiene al menos otras tres especies de primos en Venezuela. Todos son diurnos y de costumbres gregarias, es decir, viven y se desplazan en grupos pequeños, usualmente entre 8 y 15 individuos (aunque los de Margarita no pasan de 6 por su crítica condición).
El de mayor distribución y más conocido es el mono capuchino común (Cebus olivaceus). El capuchino pardo (Cebus apella), es localizable al sur del estado Amazonas; mientras que el capuchino cariblanco (Cebus albifrons), está presente en el Lago de Maracaibo, la vertiente sur de la Sierra Nevada, en el piedemonte barinés y en el extremo occidental de los llanos apureños.
Estos primates son reconocidos porque poseen una especie de sombrero de pelo negro o marrón oscuro. Tienen el pelaje algo largo y erizado, de color pardo oscuro, la cabeza es un poco más clara y cremosa, con la mancha negruzca (el sombrero) distintiva que le llega hasta la frente. El rostro es achatado, desnudo y oscuro. Tiene una cola larga y peluda, prensil, con el extremo enrollado.
Los monos más inteligentes del Nuevo Mundo
A los capuchinos se les considera los monos más inteligentes del Nuevo Mundo. Su privilegiado intelecto es tal que se ha comprobado que en su hábitat natural son capaces de utilizar herramientas de piedra y palos para resolver sus necesidades básicas, por ejemplo, excavar con ayuda de palos y triturar milpiés para untarse el polvillo en la espalda contra el ataque de insectos.
Diariamente divide su tiempo en 12% de descanso, 21% de viaje y 66% de alimentación consistente en frutas, insectos, hojas, néctar, nueces, y médula, que varían considerablemente con las temporadas.
Hay testimonios de cómo se acercan con sigilo a visitantes de los parques para arrebatarles galletas, bolsitas de chucherías, jugos y bebidas gaseosas, botín que disfrutan en los árboles, en cuyas copas más altas duermen protegidos de los depredadores.
Como todo primate, el capuchino (llamado así por su semejanza con la vestimenta de la orden religiosa de los Frailes Menores Capuchinos), tienen un sistema emocional similar al de los humanos. Son animales sociales, que requieren contacto físico, atención, interacción y afecto. También son curiosos y juguetones.
Siempre la amenaza mayor es el ser humano
Varias especies de monos capuchino tienen poblaciones estables y su supervivencia no peligra en demasía. Pero otras tienen amenazada esa supervivencia y al ser humano en el rol estelar. La pérdida y fragmentación del hábitat, la caza y la captura para ser vendidos como mascotas o como alimento, son los más grandes peligros a los que está expuesto.
Si bien siempre destacan las recomendaciones para salvar de la extinción del mono margariteño, tales consejos valen para el resto de su especie en Venezuela y el mundo.
En tal sentido, se requiere concebir un programa de conservación integral que incluya trabajo con los habitantes de las zonas cercanas a su hábitat con educación ambiental y concientización; así como ampliación de las áreas con protección legal; control de conocidos portales de compra-venta en Internet; así como considerar la cría en cautiverio con fines de repoblación y estricto manejo de las poblaciones silvestres.
Al proteger sus especies endémicas, Venezuela asume la defensa de sus patrimonios naturales, lo cual constituye la misma línea de actuación asumida en otros campos, por ejemplo, la salvaguarda de las manifestaciones culturales del país.
Con información de Mas Verde, Monkey Worlds, Explorando Rutas
Estudio Interacción del mono capuchino de Margarita Sapajus apella margaritae con los cultivos en el Parque Nacional Cerro El Copey
Estudio Conservación del Mono Capuchino de Margarita Cebus apella margaritae en la Isla de Margarita Venezuela
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