Si no se toman medidas, el hundimiento de 10 % de la tierra provocado por la extracción excesiva de agua subterránea, podría afectar para 2040 a más de 1.200 millones de personas que habitan en las zonas costeras y cuencas fluviales, principalmente.
A esta conclusión llegó un grupo de científicos luego de elaborar el primer mapa global de las áreas del planeta más vulnerables al hundimiento del terreno, como consecuencia de la sobreexplotación de acuíferos subterráneos para uso agrícola, industrial o urbano.
La actividad humana, sumada a la sequía y el aumento del nivel del mar exacerbado por el calentamiento global, pone en riesgo a las ciudades de las zonas fluviales o costeras que son las áreas más afectadas por este fenómeno. El 86% de la población expuesta habita en Asia, el continente con mayor subsidencia del terreno.
Hundimiento paulatino de la tierra
El hundimiento de la tierra dispara el peligro de inundaciones de las tierras más bajas, particularmente las que se encuentran en las regiones costeras y cuencas fluviales; reduce permanentemente la capacidad de almacenamiento del sistema acuífero, causa grietas en el terreno y daña las edificaciones e infraestructuras.
Advierte el estudio, publicado a finales de diciembre en la revista Science, que el hundimiento de la superficie terrestre se intensificará debido al incremento de la demanda de agua subterránea relacionada con abastecimiento de la población mundial y la producción agrícola, en zonas afectadas por este fenómeno y favorecerá el desarrollo en otras áreas propensas en las que aún no se ha producido.
La subsidencia o hundimiento progresivo de la superficie de la tierra se produce por causas naturales (desplazamientos de las capas tectónicas, cese de la actividad volcánica, etc.) y antropogénicas (minería, extracción de agua o de petróleo).
La sobreexplotación de acuíferos
Este estudio, auspiciado por la Unesco y desarrollado por equipo internacional de científicos, se centró en el hundimiento progresivo de la tierra generado por la extracción de aguas subterráneas.
En este caso, la subsidencia se produce cuando la cantidad de agua extraída de forma continua en el tiempo, es superior a la capacidad de regeneración natural del acuífero. El hundimiento paulatino de tiene lugar en terrenos con un elevado contenido de arcillas.
«En los acuíferos sobreexplotados, la recarga natural es inferior al volumen que se extrae. Los poros de esos suelos quedan vacíos, compactándose ante la falta del agua que contribuía a sostener la infraestructura», explica Pablo Ezquerro, investigador del Instituto Geológico y Minero de España y coautor del estudio.
Un problema global
Si bien la subsidencia es un fenómeno estudiado durante el siglo XX, las investigaciones siempre se realizaron localmente, aportando soluciones para el problema específico de la zona o región.
La investigación que inició con las subsidencias en Lorca, Región de Murcia, se transformó en un estudio global que abarcó el análisis de documentación científica existente sobre el tema, con el objeto de encontrar patrones comunes en todas las áreas donde se producía este fenómeno.
Además de hallar 200 hundimientos como consecuencia del agotamiento de las aguas subterráneas que se produjeron en 34 países en el siglo pasado, los científicos diseñaron un modelo de aplicación universal para predecir qué áreas estaban en mayor riesgo de hundimiento.
En el mapa global creado por los investigadores se señalan las zonas susceptibles de sufrir subsidencia. Los resultados evidencian que el hundimiento es problema mundial vinculado al calentamiento global y a las prácticas agrícolas insostenibles.
“La mayor probabilidad se da en zonas áridas o templadas con periodos de sequía”, indica Gerardo Herrera-García, experto del Instituto Geológico y Minero de España y coautor del mencionado estudio.
Explica que el desencadenante del hundimiento es la extracción excesiva de agua, ya sea para uso agrícola, industrial o urbano. Son procesos graduales que afectan a grandes extensiones y durante largos periodos.
Para 2040, el 19 % de la población mundial, 635 millones de personas, asentadas sobre zonas inundables, podrían sufrir las consecuencias de la subsidencia de la tierra.
Producción de alimentos sostenible
“Los acuíferos más grandes del mundo se están agotando con fines agrícolas”, afirma Herrera-García.
De acuerdo a lo señalado por el investigador, el agua subterránea en Estados Unidos, México, China e India se está drenando rápidamente para satisfacer la demanda mundial de alimentos.
“El hundimiento continuo en esas áreas afectará a las poblaciones de todo el mundo. Hacer sostenible la producción mundial de alimentos es posible”, indica el científico, y añade que este problema debería abordarse lo más pronto posible.
Calentamiento global y hundimiento de la tierra
Los científicos indican que la tasa de hundimiento se acelerará a medida que se incremente la extracción de agua del subsuelo, durante los prolongados períodos de sequía provocados por el calentamiento global.
Por otra parte, el aumento del nivel del mar incrementará a su vez, las áreas propensas a inundaciones. De continuar la actual tendencia de calentamiento global, la altura promedio de los océanos podría subir hasta 1,1 metros para 2100, según informe reciente del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).
Son varios los ejemplos de subsidencia en el mundo. Yakarta, ciudad con tasas de hundimientos de 28 cm/año, se ha hundido más de 2,5 metros en los últimos 10 años. Esto ha llevado al gobierno de Indonesia a elaborar planes para el traslado la capital del país a la isla de Borneo.
Herrera-García afirma que el hundimiento es una gran amenaza para el medio ambiente global, su solución mucho más fácil que el cambio climático.
El conocimiento científico y técnico disponible con este tipo de investigaciones estudios posibilita entender el proceso y aplicar medidas para frenar y/o revertir los hundimientos.
Las soluciones están
Al respecto el investigador recuerda el caso de Tokio. La capital de Japón presentó un grave problema de subsidencia desde finales del siglo XIX, presentando un hundimiento de hasta cuatro metros. Lograron frenarlo con una adecuada gestión de acuíferos y políticas sostenibles para la explotación de aguas subterráneas.
Los autores refieren que la soluciones al hundimiento incluye, entre otras, la búsqueda de fuentes de agua alternativas, la práctica de una agricultura sostenible y eficiente en el uso del agua posible, así como la inyección de agua en los acuíferos.
“Estas soluciones son las mismas en todas partes y se pueden aplicar tanto a acuíferos grandes como a pequeños. Creo que estamos a tiempo. Las soluciones están ahí, y este es el momento de implementarlas «, afirma Gerardo Herrera-García.
Con información de Science, The Guardian, Agencia Sinc, Tiempo y Actualidad RT
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