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La hierba del Niño Jesús

por Haiman El Troudi
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La hierba del Niño Jesús

Cuando llegan los primeros días de noviembre en Venezuela los cielos parecen más azules y el clima se torna más frío y húmedo. A medida que se acerca diciembre, el ambiente se hace ideal para que florezca el capín melao, razón por la que se le ha denominado la hierba del Niño Jesús, el regalo que en navidad la naturaleza le da a espacios tan venezolanos como el Waraira Repano.

Su nombre científico es Melinis minutiflora y sus flores le regalan al Ávila un hermoso resplandor vinotinto cuando el sol de diciembre lo ilumina.

 

La hierba del Niño Jesús

 

Pero no todo es flores cuando hablamos de esta planta. Su belleza está ensombrecida por una oscura carga: la salud respiratoria de los caraqueños, pues muchos alegan que es justamente el polen de sus florescencias el que causa casos de alergias y hasta afecciones respiratorias en la urbe, cuando llega la navidad.

Sea como sea, el impactante color que las flores de esta gramínea dan a los ambientes donde crece es, sin duda, representativo de la llegada de las fiestas decembrinas y de lo afirmativo venezolano.

Espigas de noviembre

La hierba del Niño Jesús

 

A partir de noviembre una fina y hermosa espiga morada comienza a cubrir campos, montañas y llanuras.

Originaria del continente africano, el Capín Melao, es una hierba perenne de tallo largo que puede alcanzar 1,5 metros de altura. Las hojas están cubiertas por pequeños pelos blancos que al florecer tienen un color que va desde un intenso rojo hasta un bello tono más purpúreo, con toques violeta, que le cambia totalmente la cara a los espacios.

Además del nombre científico Melinis minutiflora, capín melao o hierba del Niño Jesús, es conocida como gordura, yaraguá, chopin, pasto melaza y  hierba de Brasil.

Lejano origen

La hierba del Niño Jesús

 

Esta gramínea original de África, fue introducida en el trópico americano como forraje para la cría del ganado, aprovechando que posee un crecimiento muy acelerado pues logra la dispersión rápidamente a través del viento, liberando el polen que encuentra su camino hasta llegar a otra planta para fecundarla.

En nuestro país se adaptó pronto y llegó no solo a las faldas bajas del cerro El Ávila, sino también a los llanos venezolanos, y a otras zonas del país como el oriente, donde por ejemplo, los cerros de Caripe también se tiñen de vinotinto cuando florece a comienzos de diciembre.

El capín melao además invadió las sabanas de Brasil, Colombia, e incluso Hawaii y Australia, de hecho en algunas partes es considerada maleza y puede haber contribuido a la desaparición de especies nativas en diversas regiones. Aun así, o justamente por eso, es utilizada como especie pionera en la plantación de suelos pobres y para neutralizar otras malezas que puedan aparecer.

Algunas referencias aseguran que el capín melao fue sembrado en El Ávila a propósito, por su rápido crecimiento, para recubrir la franja inferior del cerro afectada por las múltiples deforestaciones ocasionadas debido al uso habitual de leña para fuego por parte de los pobladores de antaño y  la quema provocada.

Actualmente la hierba del Niño Jesús ocupa extensas proporciones de las sabanas del Parque Nacional WarairaRepano, donde se pueden ver praderas repletas de espigas moviéndose de un lado al otro con el viento, distinguidas por su follaje oloroso y pegajoso. Se dice que el olor fresco del capín melao repele insectos y es especialmente efectivo para el control de garrapatas, y serpientes.

¿Alergia a la navidad?

 

La hierba del Niño Jesús

Caripe, estado Monagas.

 

El polen que liberan las flores del capín melao en diciembre es justamente el origen de la conocida como “alergia de Navidad” o “gripe decembrina”, que afecta la salud respiratoria de una gran parte de la población de la Gran Caracas por su cercanía al cerro y las fuertes corrientes de aire.

Ese polen suele producir una reacción alérgica que afecta, sobre todo, a asmáticos y a quienes sufren de rinitis, y hace parecer que las personas tienen alergia a la navidad. Lo anterior ocurre debido a que esta planta tiene un alérgeno muy potente que afecta, en el caso de Caracas, por su cercanía a la ciudad, una gran parte de la población padece de síntomas que van desde  estornudos, irritación en los ojos, tos seca y picazón en la garganta, hasta infecciones respiratorias.

El período de afectación comienza justamente con el mes de diciembre y puede extenderse hasta febrero, mes hasta el cual florece el capín melao.

El Ávila y su flor en la historia

La hierba del Niño Jesús

 

En la madrugada del dos de enero de 1800 Alejandro de Humboldt y Aimé Bonpland iniciaron una aventura en Venezuela que los llevaría a convertirse en los primeros europeos en ascender a la Silla del Ávila, formación de la cordillera costera que separa a la ciudad de Caracas del Mar Caribe.

Iban acompañados por varios vecinos de la capital venezolana, entre ellos el joven académico Andrés Bello, de tan solo 18 años de edad, para quien un científico como Humboldt debió encarnar la llegada del nuevo pensamiento a Caracas.

La aventura no era nada comparable a subir el Ávila hoy en día. La excursión hacia la formación ubicada entre el Pico Occidental 2.480 msnm y el Pico Oriental, a 2.640 msnm duró varios días, y fue descrita como un “arriesgado y penoso viaje”.

La subida se hacía cada vez más empinada y resbalosa a causa de la vegetación del lugar, haciendo que los caraqueños que acompañaban la expedición no pudieran completar el ascenso, incluyendo a Andrés Bello, quien no tuvo la fortaleza física para llegar hasta la cúspide, e incluso cuentan que sufrió los efectos del capín melao en su sistema respiratorio.

Sin embargo Humboldt y Bonpland culminaron su expedición con éxito, que se sumaría a las múltiples hechas en Venezuela para conocer y registrar sus riquezas naturales.

Desde tiempos más remotos hasta el día de hoy, la hierba del Niño Jesús ha sido sin duda una referencia importante en Caracas y Venezuela. Ver los tonos rosas, púrpuras y hasta morados, cubriendo las laderas de la montaña que custodia la capital, significa que llegó el momento de celebrar la Navidad, aunque con esto lleguen también los estornudos y la alergia. Es parte sin duda alguna de lo afirmativo venezolano.

 

Con información de La Guía de Caracas, Revista Saber ULA, Caripe VirtualCaricuao, Foto, Historia


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