Una nariz larga y cilíndrica, que semeja un tubo respirador, permite que la tortuga matamata (Chelus fimbriatus), respire sin salir a la superficie del agua y la convierte en única dentro de la familia Chelidae.
La tortuga matamata es carnívora y se alimenta, especialmente, de invertebrados acuáticos y peces. Por ello la nariz en forma de snorkel le facilita mantenerse inmóvil por mucho más tiempo que sus primas bajo el agua, mientras pacientemente acecha a su presa.
Mata matá, otro de los nombres de esta tortuga, es una especie endémica de Sudamérica, que habita en Venezuela, Colombia, Surinam, Guyana Francesa, Brasil, Ecuador, Perú y norte de Bolivia. Su presencia es amplia en todos los tributarios llaneros y guayaneses de la Orinoquia venezolana, donde también la llaman Caripatúa.
La Caripatúa es más grande que sus familiares
La Caripatúa como también se conoce a esta tortuga se distingue de sus familiares por su mayor tamaño, pues alcanza hasta 53 centímetros de largo de caparazón y llega a pesar más de 17 kilogramos.
Especie estrictamente acuática a la que se le atribuyen hábitos bentónicos, porque prefiere andar en los fondos de aguas poco profundas, razón por la cual su hogar preferido son ríos lentos, lagunas calmadas, ciénagas, pantanos y humedales.
Este tipo de hábitat y ayudas sensoriales facilitan la satisfacción de su dieta carnívora, al permanecer sumergida e inmóvil con los raros salientes de su piel que la ayudan a camuflarse entre la vegetación para, sorpresivamente, abrir la enorme boca al máximo, para causar la corriente que atrapa a la presa.
Entonces cierra su boca de golpe y mientras el agua sale lentamente, la presa es engullida, pues la matamata no puede masticar bien debido a la forma aplanada de su boca. Tampoco su visión es buena.
Matamata tiene una presencia exótica
Unos consideran que la tortuga matamata es fea, otros creen que es hermosa, mas todos coinciden en que su presencia es exótica, en especial por su enorme cabeza que es triangular, aplanada y alargada.
Posee un caparazón marrón o negruzco y un plastrón estrecho, angosto, recortado adelante y marcadamente echado hacia atrás, que en el macho es cóncavo. El cuello es aplanado y más largo que la columna vertebral dentro del caparazón con salientes a ambos lados que le dan aspecto de sierra.
En los adultos, cabeza, cuello, patas y cola son de color marrón grisáceo. Tiene dos bigotes y dos filamentos adicionales en el mentón. Cinco garras con membranas natatorias destacan en cada pata delantera. Las colas de los machos son más gruesas y largas que la de las hembras y su piel cuenta con numerosas protuberancias.
Incubación de la Matamata tarda unos 200 días
La incubación de la tortuga Matamatama tarda unos 200 días. Desova entre 12 y 28 huevos en nidos ubicados en bancos de arena a orillas de los cuerpos de agua, barrancos e incluso en los terrenos que se convierten en islotes en las márgenes de los ríos, lagunas y esteros, y charcas cuando no se anegan con las crecidas, llamados albardones.
Para Chelus fimbriatus, la temporada reproductiva coincide con la llegada del verano y el descenso de las aguas de los ríos, entre los meses de agosto y noviembre. Durante el cortejo, los machos atraen a las hembras extendiendo sus miembros, balanceando la cabeza hacia ellas con la boca semiabierta, y batiendo las salientes laterales de la cabeza.
Los recién nacidos de esta especie, cuya actividad es tanto diurna como nocturna, salen de huevos de 35 milímetros de diámetro y tienen coloraciones rosadas o rojas en la cara y el caparazón.
La Matamata del Orinoco
En el año 2020 fue reconocida la tortuga Matamata del Orinoco (Chelus orinocensis), al separársele de Chelus fimbriata, luego de observarse diferencias morfológicas distintivas (en la forma y longitud del escudo intergular, coloración del cuello y las superficies abdominales, así como en los bordes de los caparazones) entre especímenes de las poblaciones de las cuencas del Amazonas y del Orinoco.
Específicamente, se publicó un análisis genético de matamata que mostró una profunda división entre dos de sus poblaciones. Los autores propusieron que la población mayoritariamente orinoquina se asignara a una nueva especie: Chelus orinocensis, y que la población amazónica conservara la designación de especie Chelus fimbriatus.
Además de la cuenca del río Orinoco, Chelus orinocensis también tiene presencia en el Alto Río Negro – Branco y el Esequibo; así como en la isla de Trinidad, con registros confirmados en Brasil, Colombia, Guyana y Venezuela.
Se requiere reforzar seguridad de la Matamata
Si bien Chelus fimbriatus está categorizada a nivel global como una especie de Preocupación Menor, su comercialización como mascota ha ido creciendo con los años, así como las amenazas del hombre a su hábitat. Por ello urge reforzar las regulaciones para su conservación en cada país con normas internacionales como la Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
En tal sentido, han surgido iniciativas para incluir a las especies Chelus fimbriata y Chelus orinocensis en la Convención de la CITES, de acuerdo a lo establecido en su Apéndice II, de conformidad con el párrafo 2 (a) del Artículo II.
El referido texto refiere que “todas las especies que, si bien en la actualidad no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, podrían llegar a esa situación a menos que el comercio de especímenes de dichas especies esté sujeto a una reglamentación estricta a fin de evitar utilización incompatible con su supervivencia”.
Con información de Researchgate, Minec, World Wildlife, Inaturalist, Cites
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