No es fácil imaginar los tiempos del tranvía de Caracas. Para finales del siglo XIX, era una ciudad de techos rojos con unos cien mil habitantes. Su rápido crecimiento comenzaba a requerir un medio masivo de transporte. Aparecieron entonces los tranvías de tracción animal, los cuales se replicaron en una docena de ciudades de Venezuela.
Pocos años más tarde, mulas y caballos serían reemplazados por tranvías eléctricos, que transportaron pasajeros en Caracas, Valencia, Maracaibo, Carúpano y a lo largo de la costa entre Maiquetía y Macuto. El Ferrocarril La Guaira y Caracas (La Guaira and Caracas Railway) también usó carros eléctricos parecidos a los tranvías.
El boom petrolero y la disponibilidad de gasolina muy barata, determinó la sustitución de estos sistemas de transporte por unidades motorizadas.
Ya para la mitad del siglo XX, todas las líneas de tranvías habían desaparecido y fueron rápidamente abandonadas para dar paso al progreso. Hoy quedan pocos indicios, algunos viejos rieles de tranvía en el centro de Caracas, y la antigua fachada de la línea del ferrocarril, que puede verse en Caño Amarillo, son huellas de esa época de antaño.
Comienzos del transporte urbano
El desarrollo de la capital de Venezuela determinó el inicio del transporte urbano en el país. Se acercaba el siglo XX y ciudad ameritaba soluciones masivas de transporte. Así surgió el tranvía de Caracas, vehículo que circulaba sobre rieles incrustados en el pavimento de las calles.
Eran coches de trenes de recorrido corto, generalmente destinados al transporte de personas, con estaciones marcadas a lo largo de una ruta. Historiadores venezolanos aseguran que el Tranvía de Caracas fue formado como una compañía en 1881. Comenzó a transportar pasajeros entre la plaza Bolívar y Palo Grande, entendiendo su línea hasta Puente Hierro un poco después. Así, el 28 de octubre de 1882, se inauguró el primer tranvía a tracción animal.
Tranvías Bolívar comenzó a operar sus líneas desde la plaza Bolívar y la estación del ferrocarril La Guaira y Caracas. Luego amplió sus vías hacía el oriente del país hasta la estación del ferrocarril central en 1886.
Tranvías Bolívar cubría la ruta entre Caño Amarillo (donde estaba la estación del Ferrocarril) y Quebrada Honda, con unidades que se movían mediante mulas. Mientras que las de Tranvías Caracas, tiradas por caballos, recorrían la Pastora- Puente Hierro-Paraíso- Palo Grande.
¿Tracción animal?
Por las vías estrechas y tranquilas de la capital, transitaba el tranvía tirado por educados animales, que detenían su andar cuando un pasajero sonaba la campanita antes de llegar a la parada.
En las calles empinadas, como algunas de La Pastora, una mula esperaba sola en la esquina. Al llegar el tranvía se ponía delante de éste, y el cochero la enganchaba para poder subir la calle con la fuerza de tres mulas. Al llegar a la esquina final, la desenganchaban y ella volvía sola, al punto de partida, a esperar el siguiente tranvía.
El tranvía de Caracas era conducido por un cochero correctamente uniformado. Los animales que tiraban de ellos tenían nombres y les colocaban mantas de colores para protegerlos de la lluvia. Algo característico era el sonido de los cascabeles o campanitas que llevaban en los arneses y que anunciaba la aproximación del tranvía.
Estos coches estuvieron en funcionamiento hasta el siglo XX, cuando la electricidad los relegó al olvido. Un anuncio del 14 febrero de 1908 indicaba: “la compañía de tranvías vende los caballos de esta empresa, se hará rebaja en los precios si son comprados por lotes”. Se marcaba así el fin de una era y del trabajo de estos nobles animales.
El tranvía de Caracas en el siglo XX
Para 1891, el tranvía de Caracas contaba con unos 31 coches. Tres años después, en 1893, la compañía Tranvías Bolívar adquirió nuevos equipos en Bélgica. Los primeros tranvías eléctricos se desarrollaron, contrariamente a como se hacía en la mayoría de las ciudades, electrificando dos de sus ferrocarriles a vapor, en lugar de sus líneas a tracción.
A comienzos de 1900, cuando unas 100 mil personas poblaban la capital, ejecutivos y empresarios de la compañía inglesa de teléfonos de Caracas adquirieron el control de «Tranvía de Caracas», «Tranvía Bolívar», «Ferrocarril del sur», y registraron nuevas compañías de Londres. La United Electric Tramways de Caracas contrató una firma inglesa y trajo cuatro tranvías eléctricos. Mientras que otra compañía alemana se encargó de electrificar los ferrocarriles.
Más adelante, en 1907, la compañía Tranvías Eléctricos de Caracas ordenó 30 tranvías eléctricos. Eran modelos con ocho escalones y las dimensiones adecuadas para recorrer las curvas cerradas de las pequeñas calles de la ciudad: 7,3 metros de largo por 1,6 metros de ancho.
Cuando llegaron los tranvías eléctricos la capital estaba muy orgullosa. Las compañías los mantenían limpios y en perfecto estado, mientras sus choferes y colectores siempre estaban uniformados y con un caucho para la lluvia. El costo del pasaje era de 0,25 céntimos, pero los que prestaban servicio a la parroquia foránea de El Valle cobraban una tarifa fija de 0.50. También había un bono semanal de 30 bolívares, mediante el cual el pasajero podía viajar todas las veces que quisiera. Este bono se suministraba a los estudiantes mayormente.
La revolución de la electricidad
La electrificación del Ferrocarril del Sur hasta El Valle y del Ferrocarril Central hasta Petare, comenzó en 1906. La compañía Tranvías Eléctricos de Caracas (TEC) inició la prueba de sus carros Stephenson en octubre de ese año y el 15 de enero de 1907, inauguró el primer sistema de tranvías eléctricos entre Las Flores y El Valle.
Al día siguiente, el Ferrocarril Central inauguró el servicio de tranvías eléctricos entre Santa Rosa y Petare. Para febrero de 1908, la línea El Valle se había extendido a través de Puente Hierro hasta la Plaza Bolívar, y electrificado todas las líneas hasta las estaciones ferroviarias.
Por su parte, el Ferrocarril Central también adquirió carros eléctricos adicionales. Su servicio de tranvías locales ayudó a desarrollar los suburbios del oriente de la ciudad.
Las unidades y sus rutas
Las unidades del tranvía de Caracas estaban enumeradas. Los números estaban situados al lado del faro y un motor en la parte delantera. Una cajeta cubierta con un vidrio y un rollo de tela pintada, al que le daban vueltas con una manigueta para fijar el nombre de la ruta, se ubicaban en parte superior.
Cada tranvía de Caracas tenía una ruta específica y la central estaba ubicada en la plaza Bolívar. Los ubicados en la plaza de Catia hacían su ruta por la Avenida Sucre Pagüita, Camino Nuevo, Piñango, hasta La Torre. Los del ferrocarril a Valencia y al puerto de La Guaira, recorrían Caño Amarillo, Solíz, Padre Sierra y Las Monjas, donde también se encontraban los de Palo Grande, El Paraíso. Los de la avenida sur en la esquina Las Piedras.
El tranvía de Nuevo Circo, el de Parque de Carabobo y el de San José entroncaba con la línea del ferrocarril central hasta El Cují, el este, y de allí tomaban al sur, a Salvador de León, cruzando hacía el oeste hasta La Gradillas.
De tranvía a trolebús
La década de 1920 fue un período de gran actividad. Se ordenaron nuevos carros, construyeron nuevas rutas, incluso se trajeron de Inglaterra una cantidad desconocida de motores y bogies (bastidores de ruedas) para construir los carros en Venezuela.
En 1927 el Ferrocarril Central compró dos grandes tranvías de dos pisos de cuatro ejes al operador de tranvías de West Hartlepool, de Inglaterra. Los periódicos de Caracas de ese período describen un viaje a Petare en un carro de dos pisos.
El 9 de abril de 1928, el Ferrocarril inauguró el servicio eléctrico, en su línea montañosa de 37 kilometros de longitud, entre La Guaira y Caracas, con seis locomotoras eléctricas y cuatro carros interurbanos tipo tranvía. Dos años después, en 1930, las compañías Tranvías Eléctricos de Caracas (TEC) y Ferrocarril Central, acordaron compartir sus rieles. La conexión de las vías fue hecha en Santa Rosa.
Tranvías Eléctricos de Caracas construyó en 1937 y a partir de autobuses a gasolina nuevos comprados a la General Motors, un trolebús experimental. Tuvieron tan buena acogida, que agregaron diez más al año siguiente. Los nuevos buses eléctricos reemplazaron a los tranvías de la línea Catia y, más tarde, se inauguraron dos líneas a San Juan y a San Agustín.
El ocaso del tranvía de Caracas
A comienzos de la década de 1940 y del boom petrolero en Venezuela, su capital había crecido muchísimo. La gasolina era barata. Los diminutos tranvías que corrían por las estrechas calles, no podían proporcionar un transporte adecuado y fueron reemplazados por autobuses con motores a combustión.
El tranvía número 42 hizo su último viaje a El Paraíso el 2 de septiembre de 1941. El tranvía de Caracas cesó operaciones el miércoles 13 de agosto de 1947. Todos los carros fueron desincorporados y se perdieron, solo los rieles fueron dejados en las calles y algunos permanecen allí hasta hoy.
Con información de Voce, Unellez, Tramz y Ciudad CCS
Fotos cortesía de Voce, Colección Allen Morrinson, Colección Carlos Eduardo Misle y Ciudad CCS.
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3 comentarios
Excelente reportaje.
Muchas gracias.
Es posible que vuelvan los tranvias a Caracas?