Con más de dos siglos de existencia, la tradición de la parranda de los Santos Inocentes de Caucagua, en el estado Miranda, se mantiene vigente gracias a que ha pasado de generación en generación a través de la historia oral de sus protagonistas.
Este baile ancestral es expresión de la irreverencia de las y los esclavos de las haciendas cacaoteras de la Venezuela colonial contra sus amos, quienes le daban libre el día 28 de diciembre, sin saber que eran objeto de sus burlas.
La detonación de fuegos artificiales le da la bienvenida a las y los parranderos de Caucagua, junto a sus numerosos visitantes, cada 28 de diciembre en la mañana, Día de los Santos Inocentes. La fiesta, donde se celebra el triunfo del bien contra el mal, es muy colorida y musical.
Una tradición, dos grupos
Dos grupos culturales tienen a su cargo las celebraciones más concurridas de la parranda de los Santos Inocentes en Caucagua. Uno es del sector Pantoja y tiene la tradición desde hace 204 años. El otro pertenece a la calle La Línea.
El 27 de diciembre ambas comunidades leen un manifiesto, o Bando, en el que se nombra quiénes dirigirán e interpretarán los roles del festejo. Estos grupos son muy coloridos, donde el verde, amarillo y rojo, significan la esperanza, el sol radiante de Caucagua; mientras que el rojo representa el martirio de los esclavos africanos.
Esclavos y esclavas festejaban el 28 de diciembre con comida y bailes, vistiendo su colorida ropa de faena, encima de la cual se colocaban otros harapos para mofarse de sus dueños. En especial las mujeres, quienes se ponían un paltó para ejercer el poder que les negaba el patriarcado, y portaban un machete para mostrar su superioridad. Además, lucían sombreros adornados con frutas, flores y ramas.
Los personajes de la parranda
El bolero, el jefe de parranda, el abanderado y el comandante de policía son los personajes principales de la parranda, seguidos por la secretaria, la verdugo, fiscales, policías, músicos y demás parranderos.
Con la cara pintada de color negro y la lengua de rojo, el bolero representa a un bufón y es el primero en salir por las calles del pueblo pidiendo colaboraciones. También tiene el permiso de entrar a las casas y llevarse prendas de vestir que se va colocando encima de su atuendo.
La jefa de parranda, segundo personaje que desfila con un vestido de faena, sombrero y un paltó, decide el camino que debe seguir la comparsa, mientras que la abanderada es la guía de ese camino, cuya primera parada es la estación de policía, donde se pide el permiso para comenzar la parranda.
Para mantener el orden en todo el evento, la o el jefe de policía cuenta con un escuadrón femenino de agentes del orden público, reforzado por funcionarios reales, suministrados por las autoridades locales y regionales.
Rescatada hace 40 años
La parranda de los Santos Inocentes se disfrutaba en varias zonas mirandinas como Pantoja, Mendoza, Araguita y Tapipa Grande, pero la tradición se fue perdiendo al punto de que hace 40 años ya no salía en el sector La Línea y desapareció de varios caseríos. Pero la fuerza del legado ancestral se impuso y con músicos de un pueblo cercano, la fiesta volvió a tomar las calles de Caucagua.
La parranda de Pantoja, por su parte, es el legado de toda una familia que inició la bisabuela, hace más de 200 años, siguió con su hija, la nieta, el nieto y ahora el bisnieto quien la preside, aunque el mando siempre es de las mujeres.
Tanto en la parranda de la Línea como en la de Pantoja, la información sobre la tradición, así como la participación, ha ido pasando oralmente de generación en generación. Actualmente, niños y niñas de Caucagua participan en núcleos de Iniciación de Saberes donde aprenden la historia de la parranda y de otras tradiciones culturales.
Cantos de burla y protesta
En la parranda, las y los esclavos de la colonia fabricaban sus propios instrumentos musicales. Los cantos eran de burla a los amos y el capataz, pero también cantaban en protesta por el maltrato del que eran víctimas.
Fue en la década de los 40 del pasado siglo cuando llegó el llamado merengue apampinchao a Caucagua, el cual fue adaptado a la parranda de los Santos Inocentes por un músico autodidacta del sector Pantoja. Así nació un nuevo legado.
Ahora, con la llegada de instrumentos de viento como el saxofón y las trompetas, los acordes iniciales se han transformado al son de merengues. Pese a que las canciones ancestrales se han mantenido, el repertorio cuenta con nuevas melodías compuestas por músicos del pueblo, lo que ha enriquecido la tradición.
Un sancocho multitudinario
Otra costumbre que ha enriquecido la tradición es la preparación de un suculento y multitudinario sancocho, que es ofrecido a los visitantes y parranderos en distintas casas de Caucagua. En la preparación se utiliza carne, pollo y verduras autóctonas, que desde temprano aromatizan las calles del pueblo.
Jugos naturales acompañan a la tradicional sopa, pero la bebida más famosa es la guarapita, delicia artesanal preparada con licor combinado con frutas como parchita, guanábana, naranja y tamarindo.
Así, entre comida y bebidas espirituosas se va desarrollando la algarabía carnestolenda de la parranda de los Santos Inocentes de Caucagua, para el deleite de locales y turistas, pero sin excesos, pues las autoridades de los parranderos, la alcaldía local y la gobernación velan por el respeto de las normas.
Valor comunitario, histórico y cultural
La parranda de los Santos Inocentes de Caucagua ya ha obtenido varios reconocimientos, que demuestran su alto valor comunitario, histórico y cultural, entre los que destacan las declaratorias de: Patrimonio Cultural del municipio Acevedo, en el año 1989; Patrimonio Cultural del estado Miranda, en el año 2004, y la de Bien de Interés Cultural de la Nación, en el año 2014.
Además, los Bandos y Parrandas de los Santos Inocentes de Caucagua consolidaron un expediente que se encuentra ya en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en París, para que la festividad se eleve como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, bajo la modalidad de Buenas Prácticas por el núcleo de iniciación y transmisión de saberes y los Consejos Comunitarios.
Con información de Miranda, Sputnik News y El Estímulo
Fotos cortesía de Miranda y Centro de la Diversidad Cultural
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