En los últimos años hemos visto a la población juvenil movilizada, alrededor del mundo, por distintos temas a favor de la vida en el planeta. En tiempos en que se estima que las personas de menos de 24 años llegan a ser una cuarta parte de la población mundial, estos asumen cada vez más la batuta, especialmente en aquellas luchas que unen a la humanidad, en una agenda global como la construcción de un frente contra el cambio climático.
Los jóvenes han sabido entender que el momento del cambio es ahora. Haber crecido en medio de un ilimitado flujo de información por vías digitales, parece también producir efectos positivos, no solo perjudiciales o alienantes en los más de 1.800 millones de jóvenes, entre 10 y 24 años, que reaccionan ante temas vitales, dedicándose a llamar la atención sobre estos asuntos y a trabajar por hacer de sus luchas, las de todos.
Esta población juvenil, considerada la mayor que el mundo ha visto hasta ahora, asume desde muy tempranas edades temas considerados como “adultos” o “maduros” y además, concibe y motoriza sus propias acciones para crear un cambio. Esta generación está tomando la vanguardia a favor de la vida en el planeta, acciones que pueden significar la esperanza para la humanidad.
Desde Fridays for Future
Más de un año lleva un movimiento iniciado por una muchacha sueca de menos de 16 años con síndrome de Asperger. Greta Thumberg decidió tomar acciones concretas frente a los efectos del cambio climático para dar un mensaje claro a los dirigentes del planeta, convirtiéndose en la inspiración de muchos jóvenes. Hace un año comenzó a faltar los viernes a su escuela para reclamar por el clima frente al Parlamento sueco, y esta acción pasó a ser un movimiento mundial.
Hoy a “Fridays for future”, Viernes para el Futuro en español, se han venido sumando miles en todo el orbe para alzar su voz a favor de la vida en el planeta. «Nuestra responsabilidad como adolescentes es exigir que otros tomen su responsabilidad y hagan algo. Exigir soluciones, no proveerlas» dijo Thumberg en entrevista a la BBC.
Cuando los políticos le preguntan a esta joven si debería estudiar y prepararse ella responde: «No queda tiempo para eso. ¿De qué sirve aprender si no vamos a tener un futuro?».
La adolescente tuvo un encuentro con el Papa Francisco, habló ante el Parlamento Europeo y ante los líderes del mundo reunidos en la Cumbre del Clima en Nueva york. Recientemente el movimiento Fridays for future recibió el premio Campeones de la Tierra otorgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su llamado a favor de la acción climática.
“Hay muchas cosas que puedes hacer como individuo, pero creo que lo más importante es que te informes sobre la situación y que hables con la gente y esparzas el mensaje, porque una vez que comprendes la magnitud de las consecuencias climáticas y ecológicas de esta crisis, entonces sabes qué debes hacer y qué hábitos debes cambiar”. Es el mensaje de Thumberg.
Huelga por el clima
El pasado viernes 27 de septiembre miles de jóvenes se manifestaron en 180 ciudades del mundo para evitar un legado del que no son responsables.
Las movilizaciones convocadas por el movimiento “FridaysForFuture” y otras organizaciones han servido de acto final de la Semana del Clima realizada en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, que se inició el lunes 23 de septiembre con la Cumbre convocada por el Secretario General António Guterres.
Los organizadores aseguran que cuatro millones de jóvenes de todo el mundo mostraron su rechazo a lo que consideran la inacción de los gobiernos para frenar el calentamiento global.
En Italia fueron cerca de un millón de personas movilizadas, solo en Roma se calcula llegaron a 200 mil y en Milán 150 mil. Algunas de las manifestaciones más numerosas se celebraron en Berlín, Londres y Melbourne, con cerca de 100.000 participantes en cada una. Se suman 150 mil en Austria, 35 mil en Holanda, 20 mil en Madrid y Barcelona, y miles más en Budapest, India y otros países como Brasil donde manifestantes salieron a las calles de diversas ciudades en reclamo de mayor protección ambiental.
En Buenos Aires, Argentina, Sofía Bianchimano es un ejemplo de los jóvenes que, preocupados por el devenir del mundo, se sumaron a Viernes por el Futuro. Esta joven participa en una radio comunitaria, hace danza clásica y dirige un taller de Naciones Unidas. Es parte de una generación que cree que deben impulsar un cambio estructural en el sistema productivo mundial para proteger el planeta que les queda. «La empatía es nuestra bandera», le dijo la joven a BBC Mundo.
Fue el agua lo que le hizo concienciar en el problema. Desde muy pequeña se preocupaba por no desperdiciarla, e incluso se bañaba con un cronómetro. Más tarde se sumó a Jóvenes por el Clima Argentina. Sofía asegura que el cambio climático es un tema al cual no se le ha prestado atención, por lo que su objetivo, compartido por miles de jóvenes en el mundo, es que la gente tome conciencia sobre el impacto que estamos generando en el medio ambiente. La joven se muestra optimista, pero cree que el futuro depende de que el poder tome en cuenta la voz de los jóvenes.
Nos estamos quemando
«Señor presidente, nos estamos quemando», decía el cartel de Johny Guaman, de 17 años, neoyorkino con ascendencia ecuatoriana, uno de los 60 mil participantes en la Huelga por el clima, manifestación realizada en Manhattan para exigir mayor compromiso de líderes como el presidente Donald Trump, quien ha eliminado diferentes protecciones ambientales.
En la misma manifestación Nina Deneve, de 13 años mostraba su pancarta en la que se leía: «Como los océanos nos levantamos».
«Si no empezamos a cuidar la Tierra ahora, morimos», dijo a BBC Mundo Kyla Brown, estudiante de secundaria de 16 años. «Los chicos de esta generación necesitamos hablar porque somos los próximos. Tenemos que ser mejores para los niños que están creciendo, enseñarles a ser mejores» aseguró.
Por todo el mundo se escucharon con fuerza mensajes como “Cambio de sistema, no de clima” o “Es hora de rebelarse”, así como llamados a los líderes a tomar conciencia a favor de la vida en el planeta.
Otras acciones se siguen sumando, por ejemplo en Canadá, más de 2.400 firmas apoyaron la promesa de la activista Emma Lim, de 18 años, de no tener hijos hasta que el gobierno garantice un futuro más seguro para ellos.
La protesta del viernes 27 de septiembre adquirió otro matiz en Burundi donde un grupo de jóvenes tomó ese día para limpiar el plástico y basura de las costas del lago Tanganica.
Estos movimientos juveniles forman parte de una ola que ha ido creciendo en todo el mundo y que parece haber tenido su cúspide en la manifestación del 27 de septiembre. El reto es mantener el impulso de las acciones y lograr cambios concretos a favor de la vida en el planeta, y los jóvenes están conscientes de ello.
Dylan Hamilton, quien con 15 años participó en la organización de la protesta de Edimburgo, que reunió a unas 20 mil personas aseguró a la BBC: «Esto podría ser un punto de inflexión, porque en cada movimiento tienes un punto de inflexión. Hay más gente en general y cuando tienes al público general involucrado, sabes que la acción sucede».
Generadores de cambio
El hecho de que la generación joven, que muchos creían desinteresada en causas colectivas, se siga sumando a estas protestas ha tomado por sorpresa al mundo.
Patricia Espinosa, responsable de la Convención de la ONU para el Cambio Climático, señaló que la Cumbre del clima recientemente celebrada significó un giro en la lucha contra el calentamiento global, que ha servido para descubrir que “hay muchas Gretas (en referencia a la joven activista) en distintos países” y que la preocupación y el interés de los jóvenes debe ser muy fuerte para que los que deberían estar estudiando, “estén literalmente angustiados por lo que va a ser su futuro”.
«Nuestra generación se enfoca más en la solución de energía verde, mientras que esta generación aborda todo de manera más inmediata: no se trata tanto de nuevas fuentes de energía sino de detener lo que hacemos y cambiar drásticamente nuestros estilos de vida», dijo al respecto Molly Ornati, activista ambiental de 62 años que trabaja para 350.or, una de las organizadoras de la huelga por el clima.
«Es un cambio generacional», explicó Lise Strickler de 59 años, integrante del directorio de la organización Fondo para la Defensa del Medio Ambiente. Con admiración aseguró a la BBC que los jóvenes «están considerando todo lo que pasa en el mundo, y se dan cuenta de que el clima es muy frágil y que los adultos no actúan como adultos».
Kirsten Dunlop, directora ejecutiva del proyecto europeo contra el cambio climático, EIT Climate-KIC, es otra de las personas que reconoce el aporte del movimiento juvenil. “Ha contribuido, junto con otros factores como la preocupación por la acelerada extinción de especies, al auge de los partidos verdes en las elecciones al Parlamento Europeo, en el que se han consolidado como cuarta fuerza política”, dijo en entrevista a EFE.
Dunlop explica que el discurso de la juventud “se dirige a los adultos y les apela a salvar el futuro de sus hijos”, un mensaje que está calando en una parte de la ciudadanía, “que demanda más regulación”.
Acciones ejemplares que cambian vidas
La rebeldía natural de las etapas de la adolescencia y la temprana juventud se está volcando, cada vez más, en la lucha por causas vitales, y lo vemos reflejado en algunas historias.
Una de ellas es la de Ryan Hreljac, quien en el año 1998 conoció la que sería su vocación de vida a la edad temprana de seis años, cuando su maestra le contó que en África había niños que sufrían y no podían ir a la escuela porque no tenían acceso al agua. Movido por la injusticia comenzó a reunir fondos para construir un pozo y lo logró. Hoy, veinte años después, Ryan ha logrado construir un millar de pozos a través de la organización Ryan Well´s Foundation, cambiando radicalmente la vida de cerca de un millón de personas. Su vocación y sensibilidad temprana le labraron un camino de vida que le ha hecho recorrer el mundo con su mensaje.
“Hagamos nuestra parte para hacer del mundo un lugar mejor”, con esta frase se presenta Ryan en la página de su fundación www.ryanswell.ca. Allí sus los logros de una vida de esfuerzo en pro del planeta y la humanidad: 1.429 proyectos, 1.255 letrinas y 996.128 personas que hoy cuentan con agua limpia para mejorar sus vidas.
“Mi consejo para cualquiera es que para hacer un cambio positivo en el mundo necesitas encontrar algo que te apasione y luego debes tomar medidas para actuar. Espero que mi historia sea un recordatorio de que todos podemos marcar la diferencia, se aplica a todos y cada uno de nosotros”, dice este joven activista canadiense, cuya historia tiene dos décadas de éxito, y aún se está escribiendo.
Los dos últimos siglos de vorágine humana han dejado un oscuro legado. Estudios señalan que en el siglo XXI, cientos de millones de personas enfrentarán inseguridad alimentaria, migración forzada y enfermedades como consecuencia de la emergencia climática resultante del calentamiento global.
Las evidencias del cambio climático nos presentan una realidad urgente que demanda acciones y la juventud de todo el mundo está tomando la vanguardia. Ahora, más que nunca, toda iniciativa a favor del planeta es positiva, suma, muchos más si viene de las generaciones que representan el futuro más inmediato de la humanidad.
Con información de Medium, EFE, BBC News y Ryan´s Well Foundation
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