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Sin voluntad política global no podremos enfrentar la emergencia climática

por Haiman El Troudi
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Sin voluntad política global no podremos enfrentar la emergencia climática

Una nueva advertencia científica sobre una mayor aceleración del cambio climático, con efectos cada vez más graves y frecuentes, reafirman que ha culminado el tiempo de los exhortos, las negociaciones dilatadas, de los acuerdos y tratados generalistas que no garantizan efectividad alguna y están a merced de los intereses económicos y políticos.

El aumento de la temperatura global y de niveles de concentración, sin precedentes, de los gases de efecto invernadero, particularmente de los volúmenes de CO2,  registrados en el período 2015-2019, indican que de continuar esta tendencia el planeta camina hacia + 3°C en las próximas décadas, con consecuencias catastróficas y un escenario donde no todo es previsible, de acuerdo al informe “Unidos en la Ciencia” (United in Science), publicado el 22 de septiembre por la Organización Meteorológica  Mundial (OMM).

La concentración de gases de efecto invernadero ha aumentado también a niveles sin precedentes, confirmando una tendencia de más calentamiento en el futuro.

Es momento de asumir con urgencia nuestro deber, como especie responsable de la devastación ambiental en los últimos dos siglos, y enfrentar la emergencia climática con un plan global realista, con acciones y medidas integrales audaces que generen un cambio radical de los actuales patrones productivos, energéticos y de consumo.

Para salvar y mejorar la vida en el planeta es imperativa la voluntad política global y el esfuerzo conjunto de la humanidad. Llevar a cero la brecha entre los objetivos establecidos para mitigar el calentamiento global, a partir del Acuerdo de Paris, y la realidad, requiere del compromiso de todos.

Son reveladores los datos del informe, compilado por la OMM, que agrupa las conclusiones de estudios sobre el estado del sistema Tierra bajo la influencia creciente del cambio climático antropógeno, realizados por las principales organizaciones mundiales de la ciencia del clima.

Continúa subiendo la temperatura

Sin voluntad política global no podremos enfrentar la emergencia climática

 

El quinquenio 2015-2019 está en camino de convertirse en el más cálido, con una temperatura media mundial que supera el 1,1ºC desde la era preindustrial y 0,2ºC respecto al período 2011-2015, y se estima podría llegar a ser la más alta de todos los quinquenios de los que se tiene registro.

Si esta tendencia continúa, advierte el informe, en los próximos cinco años la temperatura promedio podría aumentar entre 1.2 y 1.3°C por encima de los niveles preindustriales y para 2100, el incremento estaría entre 3 y 5ºC.

En lugar de reducirse, las causas y los efectos del calentamiento global se multiplican.“Para frenar un aumento de la temperatura mundial de más de 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, debemos triplicar el nivel de ambición. Y para limitar el aumento por debajo de 1,5 grados, es necesario multiplicarlo por cinco”, afirmó el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas

Record en concentración de CO2

Sin voluntad política global no podremos enfrentar la emergencia climática

 

La concentración en la atmósfera de CO2 registró aumentos continuos durante este período, alcanzando una tasa de incremento superior cercana a 20% respecto al quinquenio 2011-2015.

Para finales de 2019, la concentración mundial de CO2 podría alcanzar, o incluso exceder, las 410 partes por millón (ppm), de acuerdo a los datos preliminares de un subconjunto de emplazamientos de vigilancia de los gases de efecto invernadero.

En 2018, la concentración global de CO2 fue de 407,8 ppm, 2,2 ppm más alta que en 2017, año en que la media mundial fue de 405,6 ppm.

De acuerdo a datos de la OMM, el índice de aumento del CO2 de los últimos tres decenios consecutivos (1985-1995, 1995-2005 y 2005-2015) subió de 1,42 ppm/año, 1,86 ppm/año y 2,06 ppm/año, respectivamente. Hoy está cercano a 3 ppm al año.

Si se mantiene la tendencia actual, la concentración global de CO2 podría acercarse a 450 ppm en la próxima década, con un aumento de la temperatura media mundial correspondiente.

En 2018 las emisiones de CO2 aumentaron 2 %, alcanzando las 37.000 millones de toneladas, un elevado nivel sin precedentes.

Se prevé que al término de 2019, sean tan elevadas como las del año pasado, conforme a las tendencias actuales de la economía y la energía.

A pesar de que las energías renovables han venido creciendo, año tras año, desde el 2001, exceptuando 2018 cuando manifestó un estancamiento de acuerdo a lo indicado por la Agencia Internacional de Energía (AIE), los combustibles fósiles predominan en el sistema energético mundial.

El incremento anual del consumo de energía es superior al aumento de las energías renovables por lo que el uso de combustibles fósiles continúa creciendo.“Este crecimiento debe detenerse de inmediato”, indican.

Reducir las emisiones netas drásticamente en la próxima década (2030) y llevarlas a cero en 2050, es imprescindible para estabilizar el clima, aunque esta medida por sí sola, no es suficiente.

El mayor desafío, señalan los científicos, está en el cambio de la matriz energética, lo que implica una doble exigencia: impulsar el uso de fuentes de energías renovables, lo que lleva a “reducir rápidamente la proporción mundial de combustibles fósiles en el sistema energético”.

La transición energética global conlleva, sin lugar a dudas, la democratización de las tecnologías disponibles y la masificación de su uso a bajos costos, asegurando “el acceso universal a la electricidad limpia, entendida como derecho humano inalienable”.

De sumideros naturales a emisores de CO2

¿Quiénes están detrás de la explotación de la Amazonía?

 

Los bosques y océanos que absorben cerca de la mitad de las emisiones generadas por la actividad humana, que de otro modo terminarían en la atmósfera, resultarán menos eficientes para almacenar el CO2. Un volumen de emisiones cada vez mayor rebasa su capacidad como sumidero natural; la deforestación masiva de amplias zonas ricas en biodiversidad y la contaminación de los cuerpos de agua, son algunas de las causas de la reducción de la capacidad de almacenamiento de dióxido de carbono.

Cada año se talan un poco más de 15 mil millones de árboles en el planeta, indica un estudio publicado por la revista Nature en 2015. Con la pérdida de hectáreas, los bosques pasan de sumideros naturales a emisores de CO2.

Se derrite el hielo marino

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La aceleración de los cambios en el clima, como consecuencia del calentamiento global, y sus efectos cada vez más frecuentes y devastadores, indican un alto riesgo de cruzar puntos críticos que provocarán cambios profundos y/o abruptos o irreversibles, en algunos casos.

Al respecto el informe alerta sobre la aceleración del deshielo marino en el Ártico y Groenlandia y el aumento del nivel del mar.

“Se ha acelerado el aumento del nivel del mar y se teme que se produzca una reducción abrupta de la cubierta de hielo en la Antártida y en Groenlandia, que a su vez exacerbará el aumento del nivel del mar en el futuro”, señaló el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas.

La extensión estival del hielo marino del Ártico se redujo a una tasa del 12 % por decenio entre 1979 y 2018. Los cuatro valores mínimos de la extensión del hielo marino durante el invierno se registraron entre 2015 y 2019.

La pérdida de masa de los glaciares durante el período 2015-2019 es la más elevada de todos los quinquenios de los que se tienen datos.

El derretimiento anual de la cubierta de hielo de la Antártida aumentó al menos seis veces, pasando de 40 Gt por año en el período 1979-1990, a 252 Gt por año en el período 2009-2017.

Desde comienzos del milenio se ha acelerado, considerablemente, el ritmo de derretimiento de la cubierta de hielo de Groenlandia. Se ha producido un cambio promedio de masa específica de -908 mm del equivalente en agua por año, de acuerdo a lo indicado por el Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares. Este valor es superior al registrado para cada uno de los quinquenios desde 1950.

Con el proceso de deshielo viene la liberación de grandes cantidades de metano, otro gas de efecto invernadero, atrapado en el permafrost o suelo congelado bajo la capa de hielo, lo que incidirá en los cambios que hoy presenta el clima.

El nivel del mar y la acidificación de los océanos

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Fuente: https://es.ucsusa.org

 

El agua de los océanos es cada vez más ácida, con un impacto negativo en la biodiversidad marina, y se acelera el aumento del nivel del mar, lo que podría ocasionar el desplazamiento de millones de habitantes de ciudades y regiones costeras.

La tasa de aumento del nivel medio del mar a escala mundial se aceleró de 3,04 milímetros por año (mm/año) durante el período 1997- 2006, a un aproximado de 4 mm/año entre 2007–2016, como consecuencia de un mayor nivel de calentamiento del océano y el derretimiento de los mantos de hielo de Groenlandia y de la Antártida occidental.

Los océanos absorben cerca del 30 % de las emisiones anuales de CO2 generada por la actividad humana, lo que evita que suban a la atmósfera y exista un mayor calentamiento.

Sin embargo, el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero, no solo CO2, cada vez más crecientes, así como la contaminación de los cuerpos de agua salada, ha impactado negativamente en el ciclo de oxígeno y carbono, por lo que el nivel de acidez de los océanos ha aumentado en un 26 % desde los comienzos de la Era Industrial.

Respecto al calor oceánico, se indica que en 2018 se registraron los valores más altos de los registrados hasta ahora, y los años 2017 y 2015 ocuparon el segundo y tercer lugar, respectivamente, según datos obtenidos sobre la base de mediciones realizadas hasta los 700 metros.

En la encrucijada

Crece la deuda con el planeta tierra

 

El calentamiento global se manifiesta en todos los frentes, rebasando todas las previsiones sobre el incremento de la temperatura global, el nivel del mar, las concentraciones de CO2, el derretimiento de los hielos, el calentamiento y acidificación de los océanos, los desastres naturales e incendios forestales.

Las alertas del informe “Unidos en la Ciencia” (United in Science), que ojalá no caigan en un saco roto, se suman a las advertencias científicas desoídas en más de dos décadas por quienes han detentado el poder y ejercido responsabilidades de gobierno.

El sistema Tierra está en la encrucijada y los efectos del cambio climático, cada vez más graves y frecuentes, generarán, en un futuro no muy lejano, mayor presión de la que hoy tiene el planeta y sus ecosistemas: aumento de las migraciones, mayores afectaciones de las cosechas, extensión de los períodos de sequías, desastres naturales, exacerbación de la pobreza y la desigualdad, hambrunas, enfermedades, mortalidad, conflictos, etcétera.

Es más que evidente la urgencia de adoptar un conjunto de medidas concretas e integrales que detengan los efectos más graves del cambio climático. Se requieren  estrategias globales y locales de mitigación, de adaptación a los cambios y gestión de riesgos.

La preservación de la vida en el planeta requiere un cambio radical, genuinamente transformador de la economía global que genere, a su vez, un mundo sostenible, donde la equidad y la justicia, en todos los ámbitos, se manifieste sin distingo.

Se cuenta con soluciones y experiencias exitosas en diversos países, desarrollo tecnológico y científico, talento humano y otros recursos para enfrentar la crisis climática pero es indispensable la voluntad política y compromiso global.

 

Con información Organización Meteorológica MundialONU


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